Este 10 de abril, el mundo del fútbol llora la pérdida de Leo Beenhakker, legendario entrenador neerlandés que falleció a los 82 años tras enfrentar problemas de salud en las últimas semanas. Conocido como Don Leo, Beenhakker dejó una huella imborrable en clubes como Real Madrid, Ajax, Feyenoord, y en México con América y Chivas, además de dirigir selecciones nacionales como Países Bajos y Polonia. Su carrera, que abarcó más de cuatro décadas, es recordada por su estilo táctico innovador y su capacidad para liderar equipos hacia el éxito.
Nacido el 2 de agosto de 1942 en Róterdam, Leo Beenhakker comenzó su trayectoria como entrenador a los 26 años tras una breve carrera como futbolista, truncada por una lesión. Su primer gran impacto llegó con el Ajax, donde conquistó la Eredivisie en las temporadas 1979-80 y 1989-90. Sin embargo, fue en el Real Madrid donde alcanzó la cima de su fama, liderando a la mítica Quinta del Buitre entre 1986 y 1989. Bajo su dirección, el club blanco ganó tres Ligas consecutivas, una Copa del Rey y dos Supercopas de España, consolidando una era dorada en el fútbol español.
El Real Madrid expresó su dolor en un comunicado oficial: «Lamentamos profundamente el fallecimiento de Leo Beenhakker, histórico entrenador que dirigió a nuestro equipo entre 1986 y 1989, y en 1992. Extendemos nuestras condolencias a su familia y seres queridos». Su paso por el club no estuvo exento de desafíos, especialmente en Europa, donde el equipo cayó en tres semifinales consecutivas de la Copa de Europa, incluyendo una derrota por 5-0 ante el Milan en 1989.
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Leo Beenhakker: un trotamundos del fútbol
La influencia de Leo Beenhakker trascendió fronteras. Antes de llegar al Bernabéu, ya había dejado su marca en el Real Zaragoza entre 1981 y 1984, donde su fútbol ofensivo enamoró a la afición. Más tarde, en México, su trabajo con el Club América en la temporada 1994-95 es recordado por un estilo espectacular que, aunque no culminó en títulos, marcó a una generación. También dirigió a Chivas en 1996, enfrentando el reto de liderar a otro gigante del fútbol mexicano. Su capacidad para adaptarse a diferentes culturas futbolísticas fue una de sus mayores fortalezas.
En el ámbito internacional, Beenhakker llevó a Polonia a clasificar a su primera Eurocopa en 2008, un hito histórico. También logró que Trinidad y Tobago debutara en el Mundial de 2006, demostrando su habilidad para sacar resultados con equipos menos favorecidos. Su paso por selecciones como Arabia Saudí y Países Bajos, donde enfrentó el Mundial de Italia 1990, añadió más capítulos a su extensa carrera.
Leo Beenhakker y su huella en los jugadores
El legado de Leo Beenhakker también se mide en los jugadores que moldeó. En el Real Madrid, figuras como Emilio Butragueño, Míchel y Manolo Sanchís florecieron bajo su tutela. En México, fue él quien dio la oportunidad de debutar a un joven Guillermo Ochoa en el América, un momento que el portero agradeció públicamente tras conocerse la noticia. Su enfoque táctico, inspirado en la escuela holandesa de Rinus Michels, priorizaba el trato al balón y un fútbol vistoso, algo que influyó en generaciones de futbolistas.
En Países Bajos, Beenhakker hizo historia al ser el único entrenador en ganar la Eredivisie con Ajax y Feyenoord, rivales acérrimos. Su título con el Feyenoord en 1998-99, acompañado de dos Supercopas holandesas, cerró una carrera doméstica envidiable. La Federación Neerlandesa de Fútbol (KNVB) lamentó su pérdida: «Leo fue un pionero que llevó el fútbol holandés al mundo. Su legado vivirá en cada campo donde entrenó».
Leo Beenhakker: Más que títulos
A lo largo de sus 44 años como entrenador, Leo Beenhakker dirigió a 11 clubes y cuatro selecciones, desde el modesto Veendam hasta el poderoso Real Madrid. Aunque no conquistó la Copa de Europa, su impacto trasciende los trofeos. En Zaragoza, transformó al equipo en un contendiente respetado. En México, dejó recuerdos imborrables en las aficiones de América y Chivas. En Polonia y Trinidad y Tobago, abrió puertas históricas para el fútbol de esos países.
La Federación Mexicana de Fútbol también se pronunció: «Enviamos nuestras condolencias por el fallecimiento de Leo Beenhakker, un técnico que dejó una marca imborrable en nuestro fútbol». Mientras los tributos continúan llegando, los estadios donde Don Leo dejó su sello se preparan para rendirle homenaje en los próximos partidos. Su pasión por el juego, su elegancia en el banquillo y su legado táctico aseguran que su nombre seguirá resonando en el fútbol mundial.