Acusan nuveamente a Nick Carter, de Backstreet Boys, de agresión sexual
Una nueva denuncia ha vuelto a poner en el centro de la polémica al cantante y exmiembro de Backstreet Boys, Nick Carter, de 45 años, acusado nuevamente de agresión sexual. La denunciante, quien se ha identificado de manera anónima, presentó una demanda formal ante un tribunal federal el pasado mes, alegando que el artista cometió actos de conducta sexual no consentida durante un evento privado celebrado en Los Ángeles en octubre de 2024. Según el relato, la acusada sostiene que Carter se aprovechó de su estado emocional vulnerable para forzar actos íntimos sin su consentimiento, utilizando tácticas de presión y manipulación.
La denunciante aseguró que, después de un encuentro en una gala exclusiva, Carter la invitó a un área apartada del recinto, donde inició comportamientos que, según ella, cruzaron la línea del consentimiento. La víctima describe que intentó resistirse, pero que las circunstancias, sumadas al ambiente privado y la condición de poder del artista, hicieron que se sintiera intimidada y sin posibilidad de escapar. Estos hechos se relatan en un documento legal presentado en Nueva York, el cual detalla la cronología de los hechos y las supuestas conductas inapropiadas.
Este nuevo caso no es el primero en el que se le vincula a Nick Carter con agresiones sexuales. En años anteriores ya surgieron rumores y algunas denuncias, las cuales el cantante negó enérgicamente, calificándolas de infundadas y motivadas por intereses mediáticos. Sin embargo, esta denuncia, respaldada por elementos de prueba como mensajes de texto y testimonios de testigos que estuvieron presentes en parte del evento, ha reavivado la discusión sobre el historial del artista y su conducta fuera del escenario.
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La defensa de Carter ha emitido un comunicado en el que rechaza rotundamente todas las acusaciones, afirmando que se trata de “un ataque difamatorio sin fundamento” diseñado para empañar su imagen personal y profesional. Su equipo legal declaró que se presentarán pruebas contundentes que demostrarán que la relación mantenida con la denunciante fue consensuada y que cualquier afirmación en contrario carece de veracidad. Además, señalaron que ya han iniciado acciones judiciales para desestimar la demanda por considerarla “motivada políticamente” y basada en testimonios contradictorios.
Expertos en derecho penal y en violencia de género han señalado que estos casos suelen ser complejos y se caracterizan por la dificultad de reconstruir los hechos en un entorno privado. “Es fundamental que se realice una investigación exhaustiva y se escuchen todas las partes involucradas,” comentó la abogada especializada en derechos de las mujeres, Mariana López, quien destaca la necesidad de proteger a la denunciante mientras se garantiza el derecho a la defensa de los acusados. López agregó que “la verdad de estos casos puede tardar en emerger, pero es vital que el sistema judicial actúe con imparcialidad y rigor.”
La noticia ha generado un amplio debate en redes sociales y en medios especializados. Mientras algunos fanáticos y seguidores del grupo defienden la trayectoria de Carter y critican lo que consideran un “cacería de brujas” mediática, otros grupos de derechos humanos y colectivos de mujeres han reaccionado exigiendo justicia y una investigación transparente que no deje pasar más casos de abuso en la industria del entretenimiento.
En el ámbito musical, la polémica ha encendido nuevamente la discusión sobre la conducta de los artistas y la responsabilidad de las grandes disqueras en prevenir y sancionar actos de violencia sexual. Diversas organizaciones han pedido que se implementen protocolos claros y efectivos para atender denuncias de agresión en eventos y giras, y que se brinde apoyo integral a las víctimas, incluyendo asesoría legal y atención psicológica.
Por su parte, algunos críticos señalan que el resurgimiento de estas acusaciones pone de manifiesto la importancia de revisar los mecanismos de protección y denuncia que existen para quienes trabajan en la industria del espectáculo. “Es indispensable que tanto el sistema judicial como las empresas involucradas tomen medidas decisivas para crear entornos seguros y responsables,” afirmó un analista de cultura pop, quien pidió no emitir juicios precipitados sin conocer todos los hechos.
Mientras las investigaciones continúan y se espera la presentación formal de pruebas en el tribunal, la comunidad se muestra expectante ante el desenlace del caso. La atención de los medios se centra no solo en el impacto que estas acusaciones pueden tener en la carrera de Nick Carter, sino también en el mensaje que envían para la responsabilidad y el respeto en el ámbito del entretenimiento. Las próximas semanas serán cruciales para determinar si el caso derivará en una sentencia que cambie el curso de la carrera del cantante o si sus defensores lograrán desacreditar las alegaciones en su favor.
La denuncia, sumada a antecedentes previos, reaviva el debate sobre la cultura de la cancelación y la necesidad de un enfoque equilibrado en la justicia penal que considere el derecho de defensa y, al mismo tiempo, la protección de las víctimas. Con el sistema judicial analizando detalladamente los testimonios y evidencias, la sociedad observa cómo se enfrentan dos posturas muy distintas: la de una denuncia que busca justicia y la defensa que insiste en la inocencia del acusado.