La administración del presidente Donald Trump ha intensificado su ofensiva migratoria al revocar visas estudiantiles de más de 600 estudiantes internacionales en universidades de Estados Unidos hasta el 16 de abril, según datos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
Estas cancelaciones, que afectan principalmente a estudiantes con visas F-1 y J-1, se justifican por motivos de seguridad nacional y supuestas infracciones legales, como multas de tránsito o participación en protestas pro-palestinas, según el Departamento de Estado, liderado por el secretario Marco Rubio. Los estudiantes más afectados provienen de países como India, China, Turquía y Nepal, y han sido sorprendidos por operativos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en campus de todo el país. Esta política ha generado temor en la comunidad académica y ha llevado a demandas legales que cuestionan la falta de debido proceso.
El DHS ha confirmado que las detenciones se han realizado en al menos 32 estados, afectando a instituciones como Harvard, Stanford, Columbia y la Universidad de California. Los estudiantes, muchos de los cuales cursan programas en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), enfrentan la cancelación de su estatus en el Sistema de Información de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (SEVIS), lo que los deja en riesgo de deportación inmediata. La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) ha denunciado que estas medidas podrían estar dirigidas a silenciar el activismo estudiantil, especialmente entre quienes han participado en protestas relacionadas con el conflicto en Gaza.
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Impacto en las universidades
Las universidades han alertado sobre las graves consecuencias económicas y académicas de estas medidas. Según la Asociación de Educadores Internacionales (NAFSA), los estudiantes internacionales generaron 43,800 millones de dólares en la economía estadounidense durante el ciclo 2023-2024, apoyando más de 378,000 empleos.
Instituciones como la Universidad de California, con al menos 76 visas canceladas, y Arizona State University, con ocho casos, han señalado que estas acciones afectan la investigación científica y la diversidad en los campus. Un caso emblemático es el de Rumeysa Öztürk, estudiante de doctorado en la Universidad de Tufts, detenida en marzo de 2025 tras publicar un artículo crítico sobre la política exterior de EE.UU. Su caso desató protestas en Massachusetts, donde cientos exigieron su liberación.
El DHS también ha implementado un grupo de trabajo que utiliza herramientas de análisis de datos para revisar el historial de redes sociales de los estudiantes, buscando posibles motivos para justificar las revocaciones. Esta práctica, según un comunicado del Departamento de Estado, busca identificar “actividades que puedan tener consecuencias adversas para la seguridad nacional”. Sin embargo, la falta de explicaciones claras ha generado críticas, y los estudiantes afectados reportan haber sido notificados con mensajes vagos, como “información adicional disponible tras la emisión de su visa”.
Revocan visas estudiantiles: motivos y controversias
El secretario Marco Rubio defendió las cancelaciones en una conferencia de prensa el 28 de marzo de 2025, afirmando que las visas se revocaron a estudiantes que representan “riesgos para la seguridad” o que han cometido infracciones legales menores, como exceso de velocidad o conducir bajo la influencia.
En algunos casos, como el del estudiante de posgrado de Columbia Mahmoud Khalil, detenido tras participar en protestas pro-palestinas, el gobierno citó su falta de transparencia sobre trabajos previos con el UNRWA y la Embajada Británica en Beirut. Sin embargo, la ACLU argumenta que estas justificaciones son insuficientes y que las políticas de revocar visas estudiantiles podrían violar los derechos de libertad de expresión. El DHStambién ha advertido que los estudiantes que permanezcan en EE.UU. tras la revocación de su visa enfrentan multas de hasta 998 dólares por día.
El futuro de los afectados
La incertidumbre generada por la revocación de visas estudiantiles ha llevado a universidades como el MIT, con nueve casos confirmados, y la Universidad de Massachusetts a recomendar a sus estudiantes internacionales evitar viajes al extranjero. La NAFSA ha creado un centro de recursos para informar sobre los cambios migratorios, destacando la importancia de mantener a EE.UU. como destino educativo.
Los estudiantes afectados enfrentan decisiones críticas: permanecer en el país bajo riesgo de detención o buscar alternativas en países como Canadá y el Reino Unido, que han reportado un aumento en solicitudes de estudiantes internacionales. Demandas legales en tribunales de estados como Michigan, Nueva York y Montana buscan frenar estas medidas, con casos como el de dos estudiantes de Montana State University que obtuvieron una orden de restricción temporal para evitar su deportación. Mientras tanto, la comunidad académica espera claridad y justicia en un contexto de creciente tensión migratoria.