El jueves 17 de abril, un tiroteo interrumpió las actividades académicas en la Universidad Estatal de Florida (FSU). El ataque, que ocurrió cerca del sindicato estudiantil, dejó dos personas muertas y seis heridas, según informaron las autoridades. El presunto agresor, Phoenix Ikner, de 20 años, fue arrestado y trasladado a un hospital. La policía estatal y agentes locales desplegaron un operativo con decenas de vehículos y acordonaron la zona, mientras emitían una alerta de tirador activo.
La respuesta inmediata de los estudiantes ante el ataque
Los estudiantes reaccionaron rápidamente al peligro. Algunos se encerraron en aulas, otros buscaron refugio en edificios cercanos y muchos dejaron atrás sus mochilas, dispositivos electrónicos y zapatos en su huida. Utilizaron escritorios, botes de basura y cualquier objeto cercano para protegerse del atacante mientras intentaban comunicarse con sus familias.
Aidan Stickney, estudiante de administración de empresas de 21 años, relató a AP que observó al sospechoso descender de un vehículo con una escopeta y apuntar a un hombre vestido con camiseta blanca. Cuando el arma falló, el atacante regresó al vehículo, sacó una pistola y abrió fuego, alcanzando a una mujer cercana. Stickney aprovechó la oportunidad para alertar a otros estudiantes mientras llamaba a emergencias.
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Foto: FSU/EFE
Las estrategias de supervivencia de los estudiantes en el ataque
Estudiantes como Jayden D’Onofrio reaccionaron con rapidez ante el tiroteo. D’Onofrio, quien había sobrevivido a la masacre de Parkland en 2018, entendía el protocolo de emergencia y corrió hacia el campus cuando recibió la alerta de un tirador activo. Otros estudiantes, como Sam Swartz, también se refugiaron en el sótano del centro estudiantil, donde utilizaron botes de basura y muebles para formar barricadas. Permanecieron allí, siguiendo procedimientos aprendidos en simulacros de seguridad.
Refugio en medio del caos: testimonios de supervivientes
Carolina Sena, estudiante de contabilidad, se encontraba en el edificio del sindicato estudiantil cuando comenzaron los disparos. Junto con otros estudiantes, bajaron al sótano y se refugiaron en un rincón, permaneciendo en silencio mientras esperaban información. “Algunos lloraban, mientras intentaban mantenerse alejados de las puertas y ventanas”, comentó Sena. Por su parte, Maya Cabal, quien trabajaba en el gimnasio del campus, fue evacuada junto a otros empleados tras recibir un código de amenaza.
El perfil del atacante y el contexto del tiroteo
Phoenix Ikner, identificado como el presunto autor del tiroteo, era estudiante en la Universidad Estatal de Florida y miembro del consejo asesor juvenil de la oficina del sheriff del condado de Leon. El sheriff Walt McNeil informó que el arma utilizada por Ikner pertenecía a su madre, quien es agente de la misma institución. Ikner fue arrestado y trasladado a un hospital, aunque no ha prestado declaración hasta el momento.
El atacante había sido expulsado previamente de un club político en una institución anterior por comentarios relacionados con el multiculturalismo y el comunismo, aunque estas afirmaciones no han sido confirmadas por las autoridades. El perfil del agresor ha generado preocupación sobre la facilidad con la que las armas circulan en Estados Unidos.
(Rastreo de Redes / EFE)
El protocolo de emergencia y el impacto en la comunidad universitaria
La Universidad Estatal de Florida activó su protocolo de emergencia tras el tiroteo, buscando garantizar la seguridad de estudiantes y personal. Varios estudiantes buscaron refugio en la Concatedral de Santo Tomás Moro, donde el sacerdote Luke Farabaugh ofreció protección. El presidente de la universidad, Richard McCullough, expresó en un comunicado que la prioridad era el bienestar de la comunidad universitaria.
La comunidad de FSU se vio profundamente afectada, y las actividades académicas fueron suspendidas temporalmente. Por la noche, se organizaron vigilias con velas, flores y mensajes en memoria de las víctimas. La tragedia ha abierto nuevamente el debate sobre la seguridad en los campus universitarios.
Preocupación por el aumento de tiroteos masivos en Estados Unidos
Este tiroteo en la Universidad Estatal de Florida es solo uno de los 81 tiroteos masivos registrados en Estados Unidos en lo que va de 2025, según el Gun Violence Archive. La violencia armada ha aumentado considerablemente en el país, y la respuesta a esta crisis sigue siendo un tema divisivo. El presidente Donald Trump calificó el tiroteo como una tragedia, pero dejó claro que no impulsaría nuevas leyes sobre el control de armas, afirmando que “el arma no perpetra el tiroteo, las personas lo hacen”.
La historia se repite: un precedente en la FSU
Este tiroteo no es el primero que afecta a la Universidad Estatal de Florida. En 2014, un exalumno abrió fuego en la biblioteca Strozier, hiriendo a tres personas antes de ser abatido por la policía. El ataque de 2025 ha reavivado los temores sobre la seguridad en los campus universitarios y ha puesto en el centro del debate las políticas de control de armas en el país.