La tensión política en Ecuador sigue en aumento luego de que Luisa González, candidata presidencial por el correísmo, calificara como una “cortina de humo” la alerta lanzada por las Fuerzas Armadas sobre un supuesto plan de atentado contra el presidente Daniel Noboa. La polémica se encendió tras la publicación de un informe de inteligencia que sugiere la movilización de presuntos sicarios desde México y otros países para ejecutar actos violentos contra el mandatario y su equipo de trabajo.
En su cuenta oficial de la red social X (antes Twitter), González citó un artículo sobre la supuesta amenaza terrorista y el rechazo del gobierno mexicano a las insinuaciones. “Cortina de humo ante el mega fraude”, escribió, dejando en claro que, desde su perspectiva, el gobierno busca desviar la atención de lo que considera un fraude electoral.
Luisa González critica la alerta militar como maniobra política
Según la información divulgada por el Ministerio de Gobierno, el documento de las Fuerzas Armadas —con fecha del 17 de abril— advertía sobre posibles atentados terroristas organizados por estructuras del crimen transnacional. La alerta indicaba que las amenazas surgieron tras los resultados electorales en los que Daniel Noboa fue reelegido frente a Luisa González, quien ha venido denunciando irregularidades en el proceso.
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El informe, que fue viralizado en redes sociales, no tardó en ser confirmado como auténtico por el ministro José de la Gasca, lo que elevó al máximo la alerta institucional en todo el territorio ecuatoriano. El Ejecutivo denunció que sectores políticos derrotados estarían aliándose con grupos criminales para generar caos a través de la violencia y el miedo, sin mencionar directamente al correísmo.
Frente a estas acusaciones implícitas, González se defendió apuntando al “show mediático” que, a su juicio, intenta desviar la conversación pública de un presunto fraude electoral. Aunque varias misiones de observación internacional, incluyendo la de la OEA y la Unión Europea, validaron la legitimidad del proceso, la excandidata insiste en que presentará pruebas formales para impugnar los resultados.

La candidata del movimiento Revolución Ciudadana Luisa González, durante una actividad de campaña el 31 de enero de 2025. EFE/Jonathan Miranda
México responde a las acusaciones en medio de la crisis diplomática
El conflicto escaló aún más cuando la Secretaría de Relaciones Exteriores de México (SRE) respondió con contundencia a las insinuaciones de que ciudadanos mexicanos estarían involucrados en el supuesto plan para atentar contra Noboa. En un comunicado oficial, México rechazó “tajantemente” cualquier narrativa que los vincule con hechos delictivos en Ecuador y criticó la “manipulación” de información oficial.
Este cruce ocurre semanas después de que la policía ecuatoriana ingresara por la fuerza a la embajada de México en Quito para capturar al exvicepresidente Jorge Glas, lo que derivó en la ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos países. La SRE aprovechó la ocasión para recordar su compromiso con el principio de no intervención y exigió respeto al derecho internacional.

La candidata presidencial del movimiento Revolución Ciudadana (correísmo), Luisa González, habla durante una entrevista a EFE, en Quito (Ecuador). EFE/José Jácome
Luisa González insiste en el fraude electoral y anuncia impugnaciones
Mientras tanto, el Consejo Nacional Electoral (CNE) llevó a cabo el escrutinio nacional de la segunda vuelta electoral, en la que Daniel Noboa resultó victorioso en 19 de las 24 provincias. Aunque el organismo aún debe revisar los resultados del voto en el exterior, ya anunció que la coalición liderada por Luisa González tendrá la oportunidad de presentar impugnaciones durante la audiencia correspondiente.
Desde el correísmo, la narrativa del fraude se ha mantenido firme, a pesar de que no han presentado pruebas concluyentes que respalden las acusaciones. La estrategia parece apuntar a mantener la tensión política y sembrar dudas sobre la transparencia del proceso electoral.
En contraste, el oficialismo acusa a los opositores de utilizar este discurso para justificar alianzas con grupos que buscan desestabilizar el país mediante la violencia.