El tono y enfoque de la nueva publicidad antiinmigrante del gobierno de EE.UU. en TV mexicana han sido señalados como estigmatizantes. ¿Qué alternativas tiene EE.UU. para abordar el tema de forma constructiva y efectiva?
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Una campaña publicitaria del gobierno de Estados Unidos irrumpió en la televisión mexicana con un mensaje contundente: “los criminales no son bienvenidos”.
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Atribuida a la administración de Donald Trump y promovida por la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, la campaña busca disuadir la migración irregular al asociarla con la delincuencia. Sin embargo, su tono ha sido calificado de estigmatizante y potencialmente inhumano, generando críticas tanto en México como en la comunidad internacional. Este informe analiza el impacto de la campaña, las críticas que ha suscitado y propone alternativas de comunicación constructivas y efectivas.

La campaña, descrita como una inversión multimillonaria, se transmite en horarios estelares en cadenas como TelevisaUnivision, incluyendo el noticiario más visto de México. Según reportes de Reforma, los anuncios muestran imágenes de migrantes en condiciones precarias o enfrentándose a autoridades fronterizas, acompañadas de frases como “si está considerando venir a Estados Unidos ilegalmente, ni siquiera lo piense”.
Este enfoque responde al aumento de flujos migratorios: en 2024, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) registró 2.5 millones de encuentros con migrantes en la frontera sur, un 10% más que en 2023.
El mensaje no solo busca disuadir a potenciales migrantes, sino también moldear la opinión pública en ambos países. Sin embargo, su transmisión en México, un país soberano, ha sido vista como una intromisión diplomática. Organizaciones como Amnistía Internacional México han denunciado que la campaña deshumaniza a los migrantes al vincularlos con la criminalidad, ignorando que, según el Instituto Nacional de Migración (INM), el 70% huye de la violencia, la pobreza o desastres climáticos.
El impacto de la campaña es multidimensional. En México, ha generado indignación entre la sociedad civil y los medios. Usuarios en X, la han calificado de “propaganda xenófoba”, mientras que @telecomymedios criticó a TelevisaUnivision por aceptar transmitirla, acusándola de priorizar ganancias sobre ética.
En EE.UU., la campaña refuerza narrativas polarizantes: una encuesta de Pew Research (2024) revela que el 60% de los estadounidenses apoya políticas migratorias más estrictas, pero el 75% reconoce las contribuciones económicas de los migrantes.
Las críticas también se centran en la falta de sustento del mensaje. Un estudio de la Universidad de California (2023) encontró que los migrantes indocumentados en EE.UU. tienen tasas de criminalidad más bajas que los ciudadanos nativos, desmintiendo la narrativa de la campaña. Además, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) reportó que en 2024 murieron 800 migrantes intentando cruzar la frontera, lo que sugiere que mensajes disuasorios no abordan los riesgos reales ni las causas estructurales de la migración.
A nivel diplomático, la campaña tensa las relaciones México-EE.UU.
México ya colabora con EE.UU. a través de acuerdos como el programa “Quédate en México” (2019), que obliga a solicitantes de asilo a esperar en México. Expertos como Tonatiuh Guillén, excomisionado del INM, advierten que mensajes unilaterales como este dificultan la cooperación regional. Socialmente, la campaña alimenta la discriminación contra migrantes centroamericanos y haitianos en México, con albergues como Embajadores de Jesús en Tijuana reportando un aumento en la hostilidad local.
Publicidad antiinmigrante: alternativas de comunicación constructiva
A continuación, se presentan alternativas de comunicación basadas en datos y experiencias exitosas:
- Campañas informativas sobre vías legales: EE.UU. podría financiar anuncios que informen sobre opciones legales, como las visas H-2A y H-2B, que en 2024 otorgaron 300,000 permisos de trabajo temporal. Ampliar estas visas y difundir su acceso, como sugiere el Centro de Estudios Migratorios, reduciría la migración irregular. Un ejemplo es la campaña “Conoce Tus Opciones” del gobierno canadiense, que explica procesos migratorios y ha incrementado solicitudes legales en un 20% desde 2022.
- Narrativas de empatía: En lugar de criminalizar, EE.UU. podría colaborar con México en campañas que destaquen historias de migrantes y sus contribuciones. La iniciativa mexicana “Migrantes Somos Todos”, liderada por Sin Fronteras, alcanzó a 2 millones de personas en redes sociales en 2024, promoviendo empatía. Un modelo similar en EE.UU. podría contrarrestar la polarización, mostrando, por ejemplo, que los migrantes aportan 79 mil millones de dólares anuales a la economía, según el American Immigration Council (2023).
- Mensajes de prevención humanitaria: Los anuncios podrían centrarse en los peligros de la migración irregular, como la trata de personas, sin estigmatizar. La OIM implementó una campaña en Guatemala que redujo los cruces peligrosos en un 12% al informar sobre riesgos y ofrecer recursos locales. EE.UU. podría adoptar este enfoque, trabajando con México para incluir información sobre albergues y asesoría legal.
- Diálogo bilateral en medios: En lugar de mensajes unilaterales, EE.UU. y México podrían financiar programas conjuntos en televisión, como mesas de diálogo con migrantes, autoridades y ONG. Esto promovería una narrativa equilibrada y soluciones colaborativas, como el fortalecimiento del Plan de Desarrollo Integral de la CEPAL, que en 2024 creó 50,000 empleos en Honduras, reduciendo la emigración en un 15% en comunidades específicas.
Estas estrategias podrían transformar el discurso migratorio. Las campañas informativas reducirían los cruces irregulares al ofrecer opciones legales, mientras que los mensajes empáticos disminuirían la xenofobia, fomentando la cohesión social.
La colaboración bilateral fortalecería la diplomacia, posicionando a México y EE. UU. como socios en un desafío compartido. Además, apoyar iniciativas como el Albergue Ágape en Tapachula, que atiende a 1,500 migrantes al mes con capacitación y apoyo psicológico, podría replicarse para facilitar la integración o el retorno digno.
La campaña “los criminales no son bienvenidos” opta por un enfoque que estigmatiza y polariza, ignorando las complejidades de la migración. Los datos muestran que los migrantes no son una amenaza, sino personas impulsadas por la supervivencia y la esperanza.

EE.UU. tiene la oportunidad de adoptar estrategias de comunicación que informen, humanicen y colaboren. Cambiar la narrativa no sólo es posible, sino necesario para construir un sistema migratorio justo y efectivo. Mientras las pantallas sigan proyectando división, el desafío será amplificar las voces que proponen soluciones.