¿Cómo será el velorio y sepelio del papa Francisco?
El Papa Francisco falleció el 21 de abril de 2025 a los 88 años en su residencia de la Casa Santa Marta, en el Vaticano. Con su deceso, se activó el protocolo de Sede Vacante, dando inicio a los preparativos para su funeral y la elección de su sucesor. Sin embargo, el pontífice argentino dejó instrucciones precisas para que sus exequias se celebraran de manera más austera y sencilla, alejadas de la pompa tradicional que caracterizaba los funerales papales.
Un funeral simplificado por voluntad del Papa
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En abril de 2024, Francisco aprobó una reforma del ritual funerario papal mediante el documento Ordo Exsequiarum Romani Pontificis. Entre las principales modificaciones, se eliminó el uso del triple ataúd (de ciprés, plomo y roble), el catafalco y el báculo papal. En lugar de ser expuesto sobre una plataforma elevada, el cuerpo del Papa será presentado directamente en un ataúd abierto, sin ornamentos adicionales, reflejando su deseo de ser velado como “un pastor y discípulo de Cristo, no como un poderoso de este mundo” .
El velorio se llevará a cabo en la Basílica de San Pedro a partir del 23 de abril, permitiendo que los fieles se despidan sin privilegios ni distinciones. Esta decisión rompe con la tradición de un velatorio privado reservado a altos cargos del Vaticano y cardenales .
Sepultura en Santa María la Mayor
Contrario a la costumbre de enterrar a los pontífices en las Grutas Vaticanas, Francisco expresó su deseo de ser inhumado en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma. Este templo, uno de los cuatro principales de la ciudad, alberga la imagen de la Virgen Salus Populi Romani, a la que el Papa tenía una profunda devoción. La sepultura se realizará en una sencilla capilla ubicada en la nave izquierda del templo, reforzando la conexión espiritual que mantuvo con este lugar durante su pontificado.
Rito de constatación de la muerte
El ritual de constatación de la muerte también fue modificado por Francisco. Tradicionalmente, este acto se realizaba en la habitación del pontífice, donde el camarlengo golpeaba suavemente la frente del Papa con un martillo de plata y lo llamaba por su nombre de pila. Sin embargo, en la nueva versión del ritual, la constatación se lleva a cabo en una capilla, aunque no se especifica cuál.
Inicio del cónclave y elección del sucesor
Tras la sepultura, se iniciará el período de “novendiales”, nueve días de misas en honor al difunto. Durante este tiempo, el Colegio Cardenalicio se reunirá para preparar el cónclave que elegirá al nuevo Papa. Gracias a una norma promulgada por Benedicto XVI, el cónclave puede adelantarse si todos los cardenales electores ya se encuentran en Roma.
El cónclave se celebrará en la Capilla Sixtina, donde los cardenales menores de 80 años votarán en secreto hasta alcanzar una mayoría de dos tercios. Las papeletas se queman tras cada votación; el humo negro indica indecisión, mientras que el blanco, conocido como “fumata blanca”, anuncia la elección del nuevo pontífice.
Con estas modificaciones, el Papa Francisco buscó reflejar una Iglesia más humilde y cercana a los fieles, dejando un legado que perdurará en la forma en que se despide a sus líderes espirituales.