La destrucción del Anillo del Pescador es una tradición milenaria del Vaticano que se activa con la muerte de un papa. Este acto simbólico, solemne y cargado de historia no solo tiene una función ritual, sino también un propósito práctico dentro del funcionamiento de la Iglesia Católica. El anillo no es una joya cualquiera: representa el poder pontificio y la continuidad de la figura de San Pedro, el primer papa según la tradición cristiana.
Con la reciente muerte del papa Francisco, ocurrida el 21 de abril a los 88 años, esta ceremonia vuelve a tomar relevancia pública. El fallecimiento del pontífice argentino activa protocolos eclesiásticos rigurosos que incluyen, entre otros, la destrucción del Anillo del Pescador para dar inicio a un nuevo período de sede vacante, en el que se prepara la elección del nuevo sucesor de Pedro.
El significado simbólico de la destrucción del Anillo del Pescador
El Anillo del Pescador —conocido también como Anulus Piscatoris en latín— es una pieza de oro o plata dorada que porta cada sumo pontífice desde el siglo XIII. En él figura una imagen de San Pedro pescando desde una barca, una referencia directa a la misión apostólica de “ser pescadores de hombres”.
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Este anillo es símbolo de la autoridad papal y se utiliza para sellar documentos oficiales, en especial durante los primeros siglos de su implementación. A pesar de que en los últimos tiempos el uso del anillo como sello se ha reducido, su peso simbólico permanece intacto.
Con la muerte del papa, la destrucción del Anillo del Pescador simboliza el fin del poder y del mandato de ese pontífice. También actúa como medida de seguridad para evitar la falsificación de documentos durante el periodo de sede vacante, cuando la Iglesia queda sin un líder visible hasta que se elige al nuevo papa en el cónclave.
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Cómo se realiza la destrucción del Anillo del Pescador
El procedimiento está regido por la Constitución Apostólica del Vaticano, actualmente bajo el documento Universi Dominici Gregis, promulgado por Juan Pablo II en 1996 y ligeramente actualizado por sus sucesores.
La destrucción del Anillo del Pescador es llevada a cabo por el Camarlengo de la Santa Iglesia Romana, una figura clave durante el interregno. Este alto funcionario, que asume funciones administrativas tras el fallecimiento del papa, se encarga de verificar la muerte del pontífice, anunciarla formalmente y coordinar los preparativos para el cónclave.
Una vez se confirma la muerte, el Camarlengo en presencia de algunos cardenales rompe el anillo utilizando un cincel de plata. También se destruye el sello oficial del papa fallecido. La ruptura del anillo evita que cualquier documento sea falsamente sellado en nombre del pontífice fallecido, asegurando la transparencia del período entre pontificados.
En el caso del papa Benedicto XVI, quien renunció en 2013, el procedimiento fue similar, aunque ajustado a su condición de papa emérito. En su caso, el anillo fue rayado en forma de cruz, en lugar de ser completamente destruido, marcando simbólicamente la pérdida de autoridad papal activa.
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La destrucción del Anillo del Pescador y su relevancia histórica
La destrucción del Anillo del Pescador ha sido una constante en la historia papal desde su institucionalización por el papa Clemente IV en el siglo XIII. En un principio, el anillo era el principal método de autenticar documentos, en un tiempo donde la verificación escrita era escasa y los sellos representaban una forma de poder irrefutable.
Con el paso de los siglos, la función práctica del anillo fue sustituida por otros métodos, pero su valor simbólico nunca desapareció. Hoy, representa la investidura del papa y su vínculo con San Pedro. La ceremonia de su destrucción es una de las tradiciones más observadas dentro del Vaticano, seguida de cerca por millones de fieles católicos alrededor del mundo.
El anillo es único para cada papa. Cuando uno es elegido, un nuevo Anillo del Pescador es elaborado específicamente para él, con su nombre inscrito en latín alrededor de la imagen de San Pedro. Francisco, por ejemplo, eligió un modelo más austero y en plata dorada, en línea con su estilo de vida sobrio.
El nuevo anillo y la elección del próximo papa
Una vez finalizado el período de sede vacante y elegido el nuevo pontífice, el nuevo Anillo del Pescador es entregado durante la misa de inauguración del pontificado. El decano del Colegio Cardenalicio es el encargado de colocar el anillo en el dedo del nuevo papa, completando así la transmisión del poder espiritual.
El nuevo anillo será usado durante el resto del pontificado, y el proceso se repetirá con su fallecimiento o renuncia. En el caso de Francisco, su elección en 2013 marcó un hito como primer papa latinoamericano. Ahora, tras su fallecimiento, comienza nuevamente el ritual que, entre sus actos más emblemáticos, incluye la destrucción del Anillo del Pescador, símbolo del cierre de un capítulo en la historia de la Iglesia.