Patrick Wood Crusius, autor del tiroteo racista que dejó 23 muertos y 22 heridos en un Walmart de El Paso, Texas, el 3 de agosto de 2019, fue condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional el 21 de abril de 2025, tras declararse culpable de cargos de asesinato capital y asalto agravado, según anunció el fiscal del condado de El Paso, James Montoya.
La sentencia, dictada por el juez estatal Sam Medrano Jr., cierra un capítulo doloroso para la comunidad, marcando el fin de un proceso estatal que evitó la pena de muerte a cambio de una resolución más rápida. Crusius, de 26 años, ya había recibido 90 cadenas perpetuas consecutivas en 2023 por cargos federales de crímenes de odio, según el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Montoya explicó en una conferencia de prensa el 21 de abril que la decisión de ofrecer un acuerdo de culpabilidad se tomó tras consultar a las familias de las víctimas, quienes en su mayoría buscaban cerrar el caso tras casi seis años de demoras, según el fiscal. “No fue una decisión tomada a la ligera. Las familias querían justicia sin prolongar el dolor”, afirmó Montoya.
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El ataque, descrito como el más letal contra latinos en la historia moderna de Estados Unidos, fue motivado por el odio de Crusius hacia los hispanos, según un manifiesto que publicó en línea minutos antes del tiroteo, donde calificó su acción como una respuesta a una “invasión hispana” en Texas. El juez Medrano, al leer la sentencia, dijo a Crusius: “Llegaste a una ciudad que te habría recibido, pero trajiste odio. Tu misión falló; no dividiste a esta comunidad, la fortaleciste”.
Texas: Detalles del ataque en El Paso
El tiroteo en el Walmart de Cielo Vista permanece como una herida profunda para El Paso. Crusius, entonces de 21 años, condujo más de 700 millas desde Allen, Texas, hasta la ciudad fronteriza, armado con un rifle estilo AK. Según documentos judiciales, comenzó a disparar en el estacionamiento antes de entrar al supermercado, donde mató a compradores y empleados, incluyendo a 13 estadounidenses, ocho mexicanos y un alemán, con edades entre 15 y 90 años.
Entre las víctimas estaban un estudiante de secundaria, un conductor de autobús retirado y varios ciudadanos mexicanos que cruzaron la frontera para compras rutinarias, según el Departamento de Seguridad Pública de Texas. Crusius se rindió a la policía minutos después, confesando que su objetivo era “disuadir a los hispanos” de venir a Estados Unidos.
El manifiesto de Crusius, titulado “Una verdad inconveniente” y publicado en 8chan, citaba la teoría conspirativa del “Gran Reemplazo” y los atentados de Christchurch como inspiración, según el FBI, que investigó el caso como terrorismo doméstico y crimen de odio. La fiscalía estatal destacó que el ataque no solo devastó familias, sino que dejó un trauma duradero en la comunidad binacional de El Paso y Ciudad Juárez.
Durante la audiencia de sentencia, más de 100 familiares y sobrevivientes ofrecieron declaraciones de impacto, enfrentando a Crusius con el dolor causado. Elise Hoffmann-Taus, cuya padre Alexander Hoffmann fue asesinado, dijo: “Nos robaste la oportunidad de verlo. Tu odio no define a El Paso”.
El proceso judicial y la decisión de evitar la pena de muerte
El caso de Crusius ha sido emblemático por su complejidad y duración. En 2023, tras declararse culpable de 90 cargos federales, incluyendo violaciones a la Ley de Prevención de Crímenes de Odio Matthew Shepard y James Byrd Jr., Crusius fue sentenciado a 90 cadenas perpetuas consecutivas, con una recomendación no vinculante de cumplir la condena en la prisión de máxima seguridad en Florence, Colorado, según el Departamento de Justicia. Los fiscales federales, bajo la administración Biden, optaron por no buscar la pena de muerte, una decisión que no explicaron públicamente, aunque la defensa señaló que Crusius padece un trastorno esquizoafectivo diagnosticado, según registros judiciales.
En el caso estatal, la fiscalía enfrentó retos, incluyendo demoras por la pandemia de COVID-19 y controversias durante el mandato de la exfiscal Yvonne Rosales, quien renunció en 2022 tras acusaciones de mala gestión.
Su sucesor, Bill Hicks, había prometido buscar la pena de muerte, pero Montoya, quien asumió en enero de 2025, priorizó la resolución rápida tras reunirse con las familias. El gobernador Greg Abbott expresó el 21 de abril su desacuerdo: “Creo que este tipo merece la pena de muerte. Casos como este son para lo que existe el castigo capital”. Sin embargo, Montoya defendió el acuerdo, destacando que garantiza que Crusius, actualmente en custodia estatal, pase el resto de su vida en prisión sin posibilidad de apelación.
Impacto en la comunidad y esfuerzos de sanación
La sentencia llega en un momento en que El Paso sigue sanando. La comunidad ha respondido con actos de solidaridad, como funerales gratuitos ofrecidos por casas funerarias locales y una vigilia en Ciudad Juárez organizada por el capítulo de Rotary International, según el Departamento de Policía de El Paso.
El músico Khalid realizó un concierto benéfico en 2019, y el poeta cubanoamericano Richard Blanco citó el tiroteo como inspiración para su poema “The U.S. of Us”, que reflexiona sobre el lugar de los hispanos en Estados Unidos. La fiscalía también acordó que Crusius pague más de 5 millones de dólares en restitución a las víctimas, aunque no está claro si tiene activos significativos, según registros judiciales.
El caso ha reavivado debates sobre la retórica antiinmigrante, especialmente el uso del término “invasión” por parte de algunos políticos, que refleja el lenguaje del manifiesto de Crusius. El fiscal federal Ian Martinez Hanna afirmó en 2023: “Su misión de vender odio y división falló”.
Mientras El Paso honra a las víctimas con memoriales como el Jardín de Sanación del Condado, la sentencia estatal ofrece un paso hacia la justicia, aunque el dolor persiste. Las familias, como la de Javier Amir Rodriguez, de 15 años, cuyo padre Francisco lleva sus cenizas en un collar, continúan buscando formas de seguir adelante.