California, el estado más poblado de Estados Unidos, se enfrenta a un desafío crítico en su sector energético. En los próximos 12 meses, el cierre de refinerías en California reducirá casi una quinta parte de la capacidad de procesamiento de crudo del estado, lo que tendrá repercusiones significativas en la producción y los precios de la gasolina. Las empresas Valero Energy y Phillips 66 han anunciado el cierre de plantas clave, lo que comprimiría aún más un mercado de combustibles que ya está acostumbrado a precios elevados.
Cierre de refinerías en California: Una disminución de la capacidad crítica
Valero Energy y Phillips 66 planean paralizar una capacidad combinada de refinación de 284 mil barriles diarios, lo que impactará directamente en el mercado de combustibles para motores en el Estado Dorado. Estos cierres, programados para los próximos meses, reducirán la oferta en un mercado que ya está ajustado, lo que podría llevar a precios de gasolina aún más altos para los californianos.
La refinería Benicia de Valero, ubicada cerca de San Francisco, cerrará sus puertas a finales de 2026. Este complejo de 145 mil barriles por día es clave en la producción de combustibles en la región. Por otro lado, Phillips 66 cerrará su planta en Los Ángeles, que tiene una capacidad de 139 mil barriles diarios. Estos cierres no son aislados; ya han sido precedidos por la conversión de otras refinerías en California a plantas de diésel renovable, como las instalaciones de Marathon Petroleum y Phillips 66 en Rodeo.
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Impacto en los precios de la gasolina: ¿Lo peor está por venir?
California, conocida por tener algunos de los precios de gasolina más altos del país, probablemente experimentará un aumento en estos precios debido a la reducción en la capacidad de refinación. Actualmente, los precios de la gasolina en el estado promedian casi 5 dólares por galón, lo que es más del 50% superior al promedio nacional. Con la reducción de la capacidad de producción de crudo, los precios seguirán subiendo, lo que afectará aún más a los consumidores.
Raúl Calzada, analista senior de Energy Aspects, advirtió que, a medida que la oferta se reduce, los precios podrían subir tanto que la demanda se verá afectada. «Es posible que lleguemos a un punto en el que el precio sea tan alto que la demanda colapse, porque no habrá suficiente combustible disponible», señaló. Esta situación pone de manifiesto la fragilidad del sistema energético de California y la dependencia que tiene el estado de sus refinerías locales.
Respuesta del gobierno: Buscando alternativas ante el cierre de refinerías
El gobernador de California, Gavin Newsom, ha solicitado una intervención urgente en respuesta al anuncio de los cierres. En una carta dirigida a Siva Gunda, vicepresidente de la Comisión de Energía de California, Newsom pidió colaborar estrechamente con las refinerías para garantizar un suministro de gasolina accesible y fiable. Aunque las importaciones de combustible asiáticas de otras partes de la Costa Oeste podrían cubrir parte de la escasez, los analistas afirman que el mercado californiano es tan delicado que cualquier incidente puede desencadenar una crisis de suministro aún más grave.
En el corto plazo, las importaciones de combustible desde otros estados y países pueden mitigar los efectos del cierre de refinerías en California. Sin embargo, la dependencia de estos suministros externos solo subraya la creciente vulnerabilidad del sistema de refinación en el estado.
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¿Qué significa para las refinerías que quedan?
A pesar de los cierres, algunas refinerías de California se beneficiarán de la menor competencia. Según Mark Broadbent, director de investigación de aceites de América del Norte en Wood Mackenzie, el cierre de la planta de Benicia podría aumentar las ganancias de las refinerías restantes de la Costa Oeste hasta en 1.25 dólares por barril durante la próxima década.
El cierre de refinerías en California también podría representar una oportunidad para las refinerías que siguen operando, como Chevron, que domina el sector con más de medio millón de barriles diarios de capacidad de procesamiento en el estado. Sin embargo, incluso las grandes empresas como Chevron han estado recortando gastos en California debido al entorno regulatorio desafiante, lo que refleja la creciente incertidumbre en el sector energético del estado.