En Ciudad Juárez, Chihuahua, el legado del papa Francisco, conocido como el papa de los migrantes, sigue más vivo que nunca. A casi diez años de su histórica visita a esta ciudad fronteriza, sus palabras y gestos en favor de los desplazados y refugiados aún marcan el trabajo de las organizaciones locales y de la comunidad católica.
Misa por el alma del papa de los migrantes en la Casa del Migrante
Este miércoles, el sacerdote Francisco Javier Bueno, director de la Casa del Migrante, ofició una misa en memoria del pontífice fallecido recientemente en El Vaticano. Durante la ceremonia, se rezó por su alma y se recordó su legado como el papa de los migrantes, un líder que supo poner en el centro de su pontificado la dignidad de los desplazados.
El evento fue sencillo, pero cargado de simbolismo. Frente a una fuente dedicada a la Virgen de Guadalupe, se colocó un altar con fotografías del papa Francisco durante su visita de 2016, junto a banderas de países de origen de los migrantes que han pasado por el albergue. El altar es un gesto de amor y recuerdo, coherente con el estilo humilde y cercano de Jorge Mario Bergoglio.
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El sacerdote destacó que uno de los legados más importantes de Francisco fue su propuesta de los “cuatro verbos” para orientar el trato hacia las personas migrantes: acoger, proteger, promover e integrar. “Francisco nos enseñó que no basta con mantener con vida a los migrantes, hay que garantizarles una vida digna”, afirmó.
Foto: Luis Torres/EFE
El mensaje del papa de los migrantes sigue vigente en Ciudad Juárez
La visita del papa Francisco a Ciudad Juárez fue un momento trascendental. Durante su misa en el estadio El Punto, a solo metros del muro fronterizo con Estados Unidos, ofreció un discurso lleno de empatía hacia quienes arriesgan todo por cruzar una frontera. Los llamó “peregrinos de la esperanza” y comparó su travesía con la del mismo Jesucristo, que también fue un migrante.
Ese mensaje sigue inspirando a muchas personas. “No solo vino a hablar del fenómeno migratorio”, recordó el padre Bueno. “Se reunió con empresarios, con personas privadas de libertad, con líderes sociales. Su presencia en esta ciudad nos dejó muchos temas que todavía estamos procesando y que siguen siendo fuente de reflexión”.
Durante su pontificado, el papa de los migrantes fue una voz crítica contra la criminalización de la migración. En distintos foros internacionales, incluyendo Naciones Unidas, denunció las políticas que marginan, expulsan o detienen a quienes buscan mejores condiciones de vida. En 2017, estableció una sección especial para migrantes y refugiados dentro del Vaticano, reflejando la importancia que este tema tuvo en su agenda.
Foto: Luis Torres/EFE
El legado del papa de los migrantes en la Iglesia y la sociedad
Más allá de su impacto en lo político, Francisco dejó huella dentro de la Iglesia católica. En 2021, instauró la Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores, subrayando el valor de las personas en edad avanzada y el rol fundamental que deben tener en la sociedad. Esta mirada a los más vulnerables fue constante en su pontificado, desde los migrantes hasta los pobres, enfermos y marginados.
En la Casa del Migrante, el recuerdo del papa de los migrantes se expresa también en el trabajo diario. “Aquí aplicamos sus enseñanzas con hechos”, explicó Francisco Javier Bueno. “Acogemos a personas de Haití, Venezuela, Honduras, Guatemala… tratamos de ser ese primer rostro humano que muchos necesitan al llegar”.
Su fallecimiento ha conmovido profundamente a comunidades como la de Ciudad Juárez, que aún mantienen vivo su mensaje. No se trata solo de nostalgia: en cada misa, en cada plato de comida entregado, en cada cama ofrecida a quienes llegan sin nada, se materializa la enseñanza de Francisco.