El Club Atlético San Lorenzo de Almagro, equipo del corazón del fallecido papa Francisco, celebró una emotiva misa en su honor el 23 de abril de 2025 en la capilla San Antonio, ubicada en el barrio porteño de Almagro, Buenos Aires. La ceremonia, que reunió a decenas de hinchas vestidos con camisetas azulgranas y portando rosarios, rindió homenaje a Jorge Mario Bergoglio, el primer pontífice latinoamericano, quien murió el 21 de abril a los 88 años, según un comunicado del Vaticano. La misa, presidida por el padre Juan Pablo Sclippa, reflejó el profundo vínculo entre el papa y el club que lo vio crecer como hincha en el barrio de Flores.
San Lorenzo y el papa Francisco: Un lazo eterno
Nacido en 1936 en Buenos Aires, Jorge Bergoglio desarrolló su pasión por San Lorenzo desde niño, acompañando a su padre a los partidos en el Viejo Gasómetro. Socio vitalicio con el carnet número 88,235, mantuvo su membresía activa hasta su fallecimiento, según confirmó el club en un comunicado el 22 de abril.
“No despedimos a un hincha más, sino a un amigo”, expresó el padre Sclippa durante la misa, celebrada frente a un altar decorado con retratos del pontífice. San Lorenzo, fundado en 1908 por el sacerdote Lorenzo Massa para alejar a los jóvenes de la delincuencia, fue un pilar en la vida de Bergoglio, quien incluso ofició misas en la capilla del club antes de convertirse en papa en 2013.
Te Recomendamos
La conexión del papa Francisco con San Lorenzo trascendió su infancia. Durante su papado, recibió en el Vaticano a jugadores y directivos del club, quienes le llevaron los trofeos de la Liga Argentina 2013 y la Copa Libertadores 2014, según registros del club. Los hinchas atribuyen estas victorias a la “suerte” que trajo el pontífice, un sentimiento reforzado por la coincidencia de su número de socio, que incluye su edad (88) y la hora de su muerte en Buenos Aires (2:35 a.m.), según publicaciones de fans en redes sociales verificadas por el club.
Tributos y dolor
La misa del 23 de abril no fue el único homenaje. El 21 de abril, directivos y aficionados se reunieron en la capilla Lorenzo Massa de la Ciudad Deportiva para una oración en memoria del papa, según un comunicado de San Lorenzo.
El club también anunció que los jugadores usarán camisetas conmemorativas en el partido contra Rosario Central el 26 de abril, coincidiendo con el funeral del papa en la Plaza de San Pedro, presidido por el cardenal Giovanni Battista Re, según la Oficina de Prensa del Vaticano. Además, varias peñas de San Lorenzo en Argentina suspendieron actividades el 21 de abril en señal de duelo, mientras que en el estadio Pedro Bidegain se colocaron ofrendas con rosarios y emblemas del club, según la Oficina de Eventos del club.
Sin embargo, el luto se vio empañado por una crisis interna. El presidente del club, Marcelo Moretti, anunció su licencia el 23 de abril tras enfrentar acusaciones de fraude, según un comunicado de la Asociación del Fútbol Argentino que inició una investigación disciplinaria. Algunos hinchas, mientras rezaban por el papa, protestaron frente a la sede del club, exigiendo transparencia, según reportes de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires.
Un legado imborrable
El legado del papa Francisco en San Lorenzo va más allá del fútbol. Su compromiso con los valores de unidad y humildad, reflejados en su apoyo al club, inspiró a generaciones de hinchas. “Francisco fue el mejor jugador en la cancha de la vida, siempre humilde”, afirmó Sclippa en la misa. La propuesta de nombrar un nuevo estadio en Boedo en honor al papa, presentada por Moretti en septiembre de 2024, sigue en pie, según el Departamento de Infraestructura del club.
Mientras el Vaticano prepara la sepultura del papa en la Basílica de Santa María la Mayor tras su funeral, los hinchas de San Lorenzo continúan honrando su memoria. En Buenos Aires, murales que retratan a Francisco junto a íconos como Lionel Messi adornan el barrio Padre Ricciardelli, según la Oficina de Cultura de la Ciudad. La devoción de los cuervos por su hincha más ilustre promete mantenerse viva, uniendo al club con el legado de un papa que nunca dejó de ser uno de los suyos.