El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, declaró este jueves como cerrada la crisis migratoria en la selva del Darién, frontera natural con Colombia, tras la drástica disminución del número de migrantes que cruzan esta peligrosa ruta. En su rueda de prensa semanal, el mandatario destacó que solo 73 migrantes atravesaron el Darién en abril de 2025, lo que representa una caída impresionante del 99,7% en comparación con el mismo mes del año anterior, cuando 29,259 personas cruzaron el paso.
«Para todos los efectos prácticos, el Darién está cerrado», afirmó Mulino, quien describió este descenso como una «misión cumplida» en el marco de las políticas migratorias implementadas por su gobierno.
Datos reveladores: un descenso drástico en el tránsito migratorio
Según las cifras oficiales proporcionadas por el gobierno panameño, en lo que va de 2025 han cruzado el Darién 2,904 migrantes, una cifra minúscula en comparación con los más de 126,000 migrantes que transitaban por la misma ruta en el mismo período de 2024. Este cambio tan significativo ha sido atribuido a una serie de medidas adoptadas por Panamá para controlar el flujo migratorio, en su mayoría hacia Estados Unidos.
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El presidente Mulino explicó que, además de la caída en el número de migrantes provenientes de países como Venezuela, Colombia, Perú y Ecuador, se ha experimentado un fenómeno inverso, el regreso de migrantes hacia el sur. Esta situación es impulsada en parte por el endurecimiento de las políticas migratorias de Estados Unidos, que ha dificultado el acceso de los migrantes a su territorio.
Fotografía cedida por la presidencia de Panamá del presidente de Panamá, José Raúl Mulino, hablando durante una rueda de prensa este jueves, en Ciudad de Panamá (Panamá). EFE/ Presidencia de Panamá
El flujo inverso: migrantes que regresan desde el norte
El presidente de Panamá detalló que, a pesar de la caída en el tránsito hacia el norte, también ha habido un aumento en el «flujo inverso», con migrantes regresando a sus países de origen debido a la imposibilidad de ingresar a Estados Unidos o por las deportaciones tras las estrictas políticas migratorias del país norteamericano. Según Mulino, en 2025, Panamá ha recibido 7,757 migrantes en tránsito hacia el sur, una cifra que refleja una ligera disminución con respecto a los 2,804 migrantes que llegaron en marzo.
De acuerdo con los datos, el 95% de estos migrantes son venezolanos, seguidos por colombianos, peruanos y ecuatorianos. Aunque el número de migrantes que retorna no es elevado en comparación con los flujos migratorios previos, el fenómeno sigue siendo una señal importante del impacto que las políticas migratorias están teniendo en la región.
Políticas de control migratorio: medidas clave para el éxito
El gobierno de Panamá ha vinculado el drástico descenso en el tránsito migratorio a diversas medidas implementadas a lo largo del último año. Entre las más destacadas se encuentra el cierre de múltiples rutas en la selva del Darién, lo que ha obligado a los migrantes a tomar un único “corredor humanitario” habilitado por las autoridades. Además, se han impuesto multas económicas a quienes intentan ingresar al país de manera irregular, lo que ha desincentivado el paso masivo de migrantes.
Otra de las medidas cruciales ha sido el programa de vuelos de deportación financiado por Estados Unidos. Desde el 1 de julio de 2024, Panamá y EE. UU. firmaron un acuerdo para la repatriación aérea de migrantes irregulares. Este acuerdo ha permitido que los vuelos de deportación sean gestionados bajo las leyes panameñas, con el gobierno de Estados Unidos cubriendo los costos de los traslados.
Además, la situación en Estados Unidos ha jugado un papel clave en el descenso de migrantes hacia el norte. Desde la llegada de Donald Trump al poder, las nuevas restricciones migratorias han dificultado el paso de migrantes hacia su territorio, lo que ha generado una disminución en el flujo migratorio a través de Centroamérica.

Migrantes cruzan el río Turquesa, el 14 de septiembre de 2023 en Darién (Panamá). EFE/ Bienvenido Velasco
La importancia de la cooperación regional
El manejo del flujo migratorio no solo ha dependido de las acciones de Panamá, sino también de una estrecha cooperación con sus países vecinos. Según Mulino, las autoridades panameñas están trabajando de manera coordinada con Colombia y Costa Rica para gestionar el tránsito de migrantes y, en caso necesario, coordinar su retorno. Este enfoque regional ha sido esencial para garantizar una gestión coherente y eficaz de la situación, asegurando que los migrantes no se queden varados en territorio panameño sin opciones claras de desplazamiento.
Un cambio en la dinámica regional
La reducción en el paso de migrantes por el Darién representa un cambio radical en la dinámica de la migración regional. Panamá, que antes era una de las principales rutas para los migrantes que intentaban llegar a Estados Unidos, ahora ha logrado reducir considerablemente el número de personas que atraviesan su territorio en busca de una vida mejor. Sin embargo, la situación no está completamente resuelta, ya que persisten desafíos como el aumento del flujo inverso y la necesidad de seguir colaborando con otros países para garantizar el respeto de los derechos humanos de los migrantes.
Las cifras en contexto: ¿qué implica este cambio?
En 2024, Panamá cerró el año con 300,549 migrantes que cruzaron el Darién, lo que representó una disminución del 41% respecto a los 511,103 migrantes del año anterior. Este descenso refleja tanto las políticas implementadas por Panamá como los cambios en la situación migratoria global, que incluyen la creciente dificultad para ingresar a Estados Unidos y las condiciones adversas en otros destinos.
Con la reducción de migrantes, los desafíos económicos de las comunidades locales también han cambiado. La disminución del paso migratorio ha afectado a muchos en el Darién que dependían del comercio y los servicios asociados al tránsito de migrantes. No obstante, el gobierno panameño está trabajando en iniciativas para ayudar a estas comunidades a adaptarse a la nueva realidad.