Miles de migrantes que entraron a Estados Unidos mediante el programa CBP One enfrentan la revocación de sus permisos laborales, generando desesperación entre las comunidades afectadas. “Estamos desesperados, porque en pocas horas nos suspenden el permiso de trabajo”, dijo Heidy, una migrante cubana que ingresó con su familia a través de CBP One junto a sus dos niñas y su esposo bajo un parole humanitario. Las notificaciones emitidas por el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EE. UU. (USCIS) indican que sus autorizaciones de empleo dejarán de ser válidas a partir de hoy, dejando a muchas familias en una situación precaria.
Heidy, quien depende de su permiso para sostener a su familia, expresó su preocupación: “Sin él sería imposible trabajar y mantenernos en este país. La administración está pidiendo que nos autodeportemos, no podemos, ya que tenemos un corte”. Su caso no es aislado; otros migrantes, como un cubano con su familia varada en México, también enfrentan la misma realidad.
“Yo tengo mi familia en México, mi mujer, mi niña, que no pudieron entrar y tengo que ayudarlos, por supuesto allá, y tengo muchas cosas que pagar acá”, relató, destacando las dificultades económicas que enfrentan sin un ingreso estable. Otra migrante cubana agregó que ella y sus familiares se sienten “muy mal, muy estresados, muy preocupados, ya que con ese permiso de trabajo podemos generar ingresos para costear los trámites de un asilo”.
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Impacto en los migrantes
La revocación de permisos laborales afecta a miles de beneficiarios del programa CBP One, una herramienta que ha permitido la entrada legal de más de 900,000 personas desde su implementación. Según las notificaciones de USCIS, los permisos dejan de ser válidos a partir de hoy, dejando a muchos sin la capacidad de trabajar legalmente. Esto ha generado una ola de incertidumbre, especialmente entre los cubanos, venezolanos, nicaragüenses y haitianos que llegaron bajo este programa humanitario. Sin ingresos, estas familias enfrentan el riesgo de no poder pagar rentas, alimentos o los costos legales asociados a sus procesos migratorios.

Un abogado de inmigración, Mayron Gallardo, explicó que los afectados “automáticamente van a quedar sin permiso de trabajo, no pueden continuar trabajando, ya que trabajar sin permiso de trabajo es una violación migratoria, incluso puede llegar a ser un crimen bajo las leyes federales”. Esta situación pone a los migrantes en una encrucijada, ya que muchos dependían de estos permisos para mantenerse mientras avanzan en sus solicitudes de asilo o ajustes de estatus, como el Ley de Ajuste Cubano para algunos beneficiarios.
Situación de los no notificados
La incertidumbre también afecta a quienes aún no han recibido notificaciones de USCIS. Gallardo señaló que, en su opinión, “sigue completamente válido y pueden seguir trabajando, hasta tanto el Departamento de Seguridad Nacional le envíe una carta”. Sin embargo, esta falta de claridad ha dejado a muchos en vilo, sin saber si sus permisos serán los próximos en ser revocados. Hasta el momento, las autoridades no han especificado cuántas de las más de 900,000 personas que ingresaron por CBP One han recibido estas notificaciones, lo que agrava la desesperación entre los migrantes.
La revocación ha generado preocupación adicional sobre el impacto en las solicitudes futuras de estatus legal. Gallardo advirtió que nadie debe trabajar sin permiso de trabajo, ya que esto podría complicar procesos como el ajuste de estatus, especialmente para quienes buscan beneficiarse de la Ley de Ajuste Cubano. Mientras tanto, las familias afectadas, como la de Heidy, luchan por encontrar soluciones, enfrentando un futuro incierto en un país donde su estabilidad depende de estas autorizaciones esenciales.