El impuesto del 5% para remesas de inmigrantes en Estados Unidos ha generado preocupación tras el anuncio del proyecto de ley presentado por congresistas republicanos, anunciada por el 14 de mayo. Esta medida afectaría a más de 40 millones de personas, incluyendo residentes permanentes y titulares de visas temporales, quienes envían dinero a sus familias en el extranjero. Con la entrada en vigor propuesta para el próximo trimestre, los inmigrantes buscan alternativas para minimizar el impacto financiero de este nuevo gravamen, que será cobrado por bancos y proveedores de servicios financieros al momento de realizar las transacciones.
La iniciativa, impulsada por legisladores que buscan aumentar los ingresos federales, ha sido presentada como una forma de financiar proyectos de infraestructura, pero ha desatado críticas por su impacto en comunidades migrantes que dependen de estas transferencias. Según estimaciones del Departamento del Tesoro, las remesas anuales superan los 80,000 millones de dólares, y el impuesto podría reducir significativamente el ingreso disponible para millones de familias en países como México, Guatemala y El Salvador. Mientras las autoridades evalúan los detalles de implementación, los inmigrantes exploran opciones para adaptarse a esta nueva realidad.
Alternativas disponibles
Una de las primeras alternativas que los inmigrantes están considerando es el uso de plataformas digitales de transferencia de dinero que operan fuera del sistema bancario tradicional. Empresas como Wise y Remitly han ganado popularidad al ofrecer tasas de cambio más competitivas y menores comisiones en comparación con los bancos, lo que podría amortiguar el efecto del impuesto del 5%. El Departamento del Tesoro ha indicado que estas plataformas también estarán sujetas al gravamen, pero algunos usuarios han reportado que las tarifas fijas de estas empresas podrían ser más económicas para transferencias pequeñas.
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Otra opción emergente es el envío de dinero a través de redes informales, como amigos o familiares que viajan al país de destino. Aunque esta práctica no está regulada y conlleva riesgos, algunos inmigrantes la ven como una forma de evitar el impuesto del 5% para remesas, especialmente en comunidades donde las transferencias son frecuentes. Además, el Departamento de Comercio ha señalado que las cooperativas de crédito están explorando paquetes de servicios que podrían incluir descuentos en comisiones para sus miembros, una alternativa que podría beneficiar a quienes buscan reducir costos a largo plazo.
Impacto y reacciones
El impacto de esta propuesta de ley ya se siente en las comunidades inmigrantes, donde muchos dependen de estas transferencias para cubrir necesidades básicas como alimentos y educación. En estados con alta población migrante, como California y Texas, las autoridades locales han expresado preocupación por el posible aumento de la pobreza si las familias receptoras ven reducidos sus ingresos. El Departamento del Trabajo ha estimado que el gravamen podría retirar hasta 4,000 millones de dólares anuales del flujo de remesas, afectando economías enteras en América Latina.
Las reacciones han sido variadas. Mientras algunos legisladores defienden el impuesto como una medida necesaria para equilibrar el presupuesto federal, otros lo consideran una carga injusta para los trabajadores inmigrantes. En paralelo, las autoridades han recibido reportes de un aumento en el uso de efectivo para envíos informales, una práctica que podría complicar el monitoreo financiero. Con la implementación aún en desarrollo, los inmigrantes están atentos a posibles exenciones o ajustes, pero por ahora, el impuesto del 5% para remesas ha puesto en marcha una búsqueda urgente de alternativas que garanticen el apoyo a sus familias, en un contexto donde la resiliencia se convierte en clave.