DEA alerta: cárteles mexicanos operan con redes globales para traficar fentanilo a EE.UU.
Los cárteles mexicanos, especialmente el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), lideran la producción y tráfico de drogas sintéticas como el fentanilo y la metanfetamina hacia Estados Unidos, revela el informe anual 2025 de la Administración de Control de Drogas (DEA). Este reporte, publicado el 15 de mayo, expone que estos grupos criminales transnacionales (OCT) utilizan precursores químicos importados principalmente desde China para fabricar drogas en laboratorios clandestinos ubicados en México.
Redes globales y complejos métodos de contrabando
Según el informe de la DEA, los cárteles mexicanos han desarrollado sofisticadas redes de tráfico que atraviesan la frontera con Estados Unidos, empleando métodos diversos como transporte aéreo, marítimo y terrestre. Además, usan túneles clandestinos, redes de correos humanos y escondites para mover grandes cantidades de drogas. Estas organizaciones también cuentan con elaboradas operaciones de lavado de dinero que involucran redes financieras en Estados Unidos, México y China.
“El Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación, junto a otras seis organizaciones criminales transnacionales designadas como organizaciones terroristas extranjeras, son los principales productores y traficantes de drogas sintéticas que causan muertes por sobredosis en Estados Unidos”, señala el documento.
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Impacto en la salud pública y la seguridad nacional
La DEA advierte que estas operaciones representan una amenaza grave no solo para la seguridad nacional de Estados Unidos, sino también para la salud pública, al contribuir al aumento de muertes por sobredosis. Aunque los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) reportaron una caída del 27 % en muertes por sobredosis en 2024 —con 80,391 fallecimientos— el fentanilo sigue siendo un factor principal en la crisis de opioides en el país.
Lavado de dinero y expansión internacional
El informe detalla que los cárteles mexicanos no solo trafican drogas sino que están profundamente involucrados en el lavado de dinero a gran escala. El CJNG, por ejemplo, opera a través de su brazo financiero, Los Cuinis, que lidera una red global para repatriar ganancias ilícitas a México usando métodos sofisticados como casas de cambio de criptomonedas, comercio internacional y el contrabando de grandes sumas en efectivo.
Esta capacidad para mover dinero ilegal con rapidez y eficiencia fortalece la expansión y resistencia de estas organizaciones, dificultando la labor de las agencias de seguridad en Estados Unidos y sus aliados.
Violencia y desestabilización en ambos lados de la frontera
Además de su papel en el tráfico de drogas, los cárteles mexicanos son responsables de una ola de violencia que afecta a comunidades en México y Estados Unidos. La DEA indica que estas organizaciones utilizan asesinatos, amenazas e intimidación para proteger sus operaciones y controlar las rutas de tráfico.
“Los cárteles no solo están impulsando las muertes por intoxicación en Estados Unidos, sino que también cometen actos atroces que amenazan la seguridad y estabilidad en todo el hemisferio occidental”, advierte el informe.
Impacto en territorios indígenas y zonas remotas
El documento destaca que las organizaciones criminales aprovechan zonas remotas, incluyendo territorios indígenas a ambos lados de la frontera, para contrabandear drogas. Estas áreas, como la frontera desértica entre México y Estados Unidos, ofrecen a los cárteles una cobertura casi impenetrable, complicando la labor policial y aumentando la violencia y adicción en estas comunidades vulnerables.
La DEA señala que la presencia del narcotráfico en estos territorios agrava los problemas sociales existentes, incrementando la delincuencia y la inseguridad, y creando desafíos adicionales para las autoridades locales y federales.
Este informe reafirma la urgencia de una cooperación internacional más estrecha para frenar la producción y el tráfico de fentanilo y otras drogas sintéticas que siguen poniendo en riesgo la vida de miles de personas en Estados Unidos.