En una muestra de fuerza política, el presidente Donald Trump acudió este martes al Capitolio para reunirse con congresistas republicanos con el objetivo de asegurar el respaldo necesario a su ambicioso proyecto de recortes fiscales, un plan que busca reducir impuestos y limitar el gasto federal, pero que ha generado divisiones dentro del propio Partido Republicano.
La reunión se produce en un momento en que los republicanos tienen una mayoría ajustada en la Cámara de Representantes, lo que obliga a Trump y al liderazgo legislativo a mantener al bloque unificado para que el proyecto avance sin obstáculos. La propuesta incluye una extensión de las exenciones fiscales aprobadas en 2017, además de nuevas medidas como recortes en préstamos automotrices y un impuesto del 5 % a las remesas enviadas fuera de Estados Unidos.
RECORTES FISCALES: DIVISIÓN INTERNA EN EL PARTIDO REPUBLICANO
El plan de recortes fiscales ha reavivado tensiones entre los sectores moderados y más conservadores del Partido Republicano. Mientras los primeros buscan proteger ciertas deducciones fiscales clave para sus estados, como las deducciones por impuestos estatales y locales, los segundos exigen un mayor rigor en la reducción del gasto federal.
Te Recomendamos
Uno de los focos de tensión es el impacto que la ley tendría en la deuda pública. Según análisis del Comité para un Presupuesto Federal Responsable, una organización independiente, la propuesta podría incrementar la deuda entre 3 y 5 billones de dólares en los próximos años. Este punto ha sido utilizado por congresistas como Chip Roy (Texas) y Thomas Massie (Kentucky), quienes han manifestado públicamente su oposición al plan, alegando que no representa una verdadera contención del gasto.
Roy fue clave para frenar momentáneamente el avance del proyecto en la Cámara, mientras que Massie reiteró que su voto seguirá siendo negativo. “Nada ha cambiado en el texto que me haga reconsiderar”, declaró el legislador.
CONTROVERSIAS EN LOS RECORTES FISCALES PROPUESTOS POR TRUMP
La propuesta de recortes fiscales impulsada por Trump también incluye un impuesto del 5 % sobre las remesas, lo que ha sido duramente criticado por el gobierno de México y por organizaciones de defensa de los migrantes, que lo califican como una medida discriminatoria. Por su parte, Trump ha intentado justificar esta disposición señalando que los recortes no afectarán a los trabajadores estadounidenses, sino a inmigrantes con antecedentes penales.
Además, el programa de salud pública Medicaid también ha sido motivo de controversia dentro del debate. Algunos congresistas exigen reducir aún más el presupuesto destinado a este sistema, mientras que otros temen que estos recortes afecten negativamente a sus distritos, especialmente a comunidades vulnerables. Trump trató de calmar a los moderados asegurando que los cambios serían focalizados y no generalizados.
El Freedom Caucus, un grupo influyente de republicanos conservadores, ha hecho saber su inconformidad. Su miembro Andy Biggs declaró que el proyecto no es lo suficientemente audaz en la reducción del tamaño del gobierno, señalando que aún hay margen para recortes adicionales.
LOS RECORTES FISCALES COMO ESTRATEGIA ELECTORAL
Con miras a las elecciones presidenciales de 2026, Trump apuesta por presentar los recortes fiscales como un componente central de su plataforma económica. Su equipo considera que revivir el mensaje de alivio tributario y reducción del gobierno federal puede movilizar tanto a la base conservadora como a los independientes que valoran la disciplina fiscal.
No obstante, el desafío inmediato es parlamentario. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, ha expresado su confianza en que el proyecto llegue al pleno esta misma semana, antes del feriado por el Día de los Caídos. La meta es que el Senado discuta la iniciativa en junio.
Con solo tres votos de margen en la Cámara Baja, Trump no puede permitirse más deserciones si todos los demócratas se oponen, como se prevé. En este escenario, cada legislador republicano se convierte en un voto crucial.