Cuarenta y cinco chilenos deportados por Estados Unidos llegaron este jueves por la madrugada al aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez en medio de conmoción y denuncias de tratos vejatorios. Varios de ellos relataron que fueron tratados “como perros”, según declaraciones ofrecidas a medios locales.
“Abusan de nosotros. Los ‘sheriffs’ se ríen mientras nos tratan como perros. Yo dormía en el piso sin comer. Me perdieron todas mis cosas”, declaró Ricardo, uno de los chilenos deportados que pasó siete días detenido en Miami. Otros pasajeros contaron haber permanecido en condiciones insalubres y extremas, como habitaciones a temperaturas bajo cero, sin colchonetas ni mantas.
Uno de los testimonios más impactantes fue el de Yerko Aliaga, un reconocido coreógrafo y bailarín chileno que vivía legalmente en Miami desde hace cuatro años. “Pagaba mis impuestos, tenía residencia regular, trabajaba con artistas. Aun así, me deportaron. El trato fue pésimo. Estuvimos tirados en una sala que le llaman ‘la hielera’, a 12 grados, sin colchonetas, sin frazadas”, relató. Su caso pone en entredicho los criterios utilizados por las autoridades migratorias estadounidenses para ejecutar estas deportaciones.
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CHILENOS DEPORTADOS BAJO LA LUPA INTERNACIONAL Y LA RESPUESTA DEL GOBIERNO
La deportación masiva de estos chilenos ha generado fuertes reacciones tanto en la opinión pública como en el ámbito político. El ministro chileno del Interior, Álvaro Elizalde, reconoció en conferencia de prensa que “es altamente probable” que se repitan redadas similares en el futuro, lo que aumenta la preocupación por la seguridad y los derechos de los ciudadanos chilenos en Estados Unidos.
Según informó el Ministerio del Interior chileno, todos los chilenos deportados se encontraban en incumplimiento de la normativa legal estadounidense. Sin embargo, la situación es más compleja: al menos uno de los deportados asegura tener su documentación en regla, lo que plantea la posibilidad de errores administrativos o criterios arbitrarios en los procedimientos migratorios.
Luis Cordero, ministro de Seguridad Pública, declaró que la Cancillería investigará los casos denunciados para verificar si los deportados solicitaron asistencia consular y si esta fue efectivamente proporcionada. “El Estado de Chile tiene la obligación de otorgar asistencia consular a sus nacionales y solo después de eso es posible hacer una evaluación más precisa sobre la afectación de derechos”, afirmó.
Entre los 45 chilenos deportados, tres tenían órdenes de detención vigentes en Chile, por lo que fueron detenidos inmediatamente al aterrizar. Sin embargo, la mayoría carecía de antecedentes penales y su permanencia irregular se habría debido a vencimientos de permisos de estancia o cambios en su estatus migratorio, aspectos que usualmente se resuelven por vías administrativas y no con deportaciones inmediatas.

CHILENOS DEPORTADOS EN RIESGO DE QUEDAR FUERA DEL PROGRAMA VISA WAIVER
Uno de los elementos más delicados de esta situación es su potencial impacto sobre el programa de exención de visas entre Chile y Estados Unidos. Chile es el único país de América Latina que forma parte del programa Visa Waiver (VPW), lo que permite a los ciudadanos chilenos ingresar a EE.UU. por hasta 90 días sin visa, mediante una autorización electrónica.
No obstante, en los últimos meses, legisladores estadounidenses han expresado su preocupación por el uso indebido del programa. Algunos afirman que hay ciudadanos chilenos que aprovechan el ingreso sin visa para cometer delitos o permanecer más tiempo del permitido.
De hecho, varios congresistas republicanos han pedido públicamente la suspensión temporal del programa, basándose en cifras entregadas por el Departamento de Seguridad Nacional, que muestran un alza en los casos de chilenos involucrados en delitos menores como hurtos y fraudes.
La administración de Donald Trump ha reforzado su política migratoria desde su retorno al poder en enero de 2025. Las nuevas directrices apuntan a cumplir su promesa de campaña de expulsar a más de once millones de migrantes indocumentados. Esto ha sido fuertemente criticado por organizaciones de derechos humanos, que acusan al gobierno de violar el debido proceso y los derechos fundamentales de los migrantes.
En el caso de los chilenos deportados, estas preocupaciones se reavivan. El trato reportado, el desconocimiento de su estatus migratorio y la falta de acceso a representación legal ponen en evidencia fallas estructurales que podrían comprometer el acceso de Chile al Visa Waiver en el futuro cercano.
REACCIONES INTERNACIONALES Y FUTURO DE LOS CHILENOS DEPORTADOS
Las denuncias sobre el trato recibido por los chilenos deportados ya han generado reacciones de diversas organizaciones internacionales. Human Rights Watch y Amnistía Internacional han manifestado su preocupación por la falta de transparencia en los procesos de detención y deportación ejecutados por las autoridades migratorias estadounidenses.
“El gobierno de Trump está utilizando el sistema migratorio como una herramienta de castigo colectivo. Estas prácticas se alejan de los estándares internacionales de derechos humanos y deben ser revisadas urgentemente”, expresó Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
Mientras tanto, familiares de los deportados en Chile se encuentran movilizados para exigir apoyo legal y psicológico. Algunos planean presentar denuncias formales contra funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) por tratos crueles, inhumanos y degradantes.
El caso de los 45 chilenos deportados podría marcar un antes y un después en las relaciones bilaterales en materia migratoria entre Santiago y Washington. El Estado chileno ha prometido investigar cada caso de forma individual y ofrecer asesoría legal a quienes consideren que sus derechos fueron vulnerados. No obstante, el temor a nuevas redadas masivas ya se ha instalado entre las comunidades chilenas residentes en Estados Unidos.