Ucrania bajo fuego: Rusia lanza ataque con nueve misiles y cientos de drones
Rusia intensificó su ofensiva aérea contra Ucrania con un nuevo ataque masivo, el tercero consecutivo en menos de 72 horas. Durante la noche y la madrugada del lunes, las fuerzas rusas lanzaron nueve misiles de crucero Kh-101 y un total de 355 drones, incluyendo tanto vehículos aéreos no tripulados de ataque como réplicas diseñadas para confundir a las defensas ucranianas, según reportó la Fuerza Aérea de Ucrania.
Las autoridades ucranianas indicaron que lograron interceptar y destruir los nueve misiles, así como 288 de los drones utilizados en el ataque. Sin embargo, varios objetivos estratégicos e infraestructuras civiles resultaron afectados, sumando tensión a una semana de violencia persistente en medio del conflicto que ya supera los dos años.
Drones impactan en zonas industriales y residenciales
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El parte oficial ucraniano señala que cinco lugares fueron alcanzados directamente por drones rusos, mientras que otros diez sitios sufrieron daños por fragmentos de los aparatos interceptados en pleno vuelo. Entre los objetivos dañados se encuentran instalaciones industriales, edificios residenciales y partes del sistema eléctrico nacional.
En la región de Jmelnitski, ubicada al oeste de Ucrania, las autoridades informaron sobre daños materiales en al menos 18 bloques de viviendas, cuatro infraestructuras industriales y una línea de distribución eléctrica. Equipos de rescate y mantenimiento se desplegaron desde primeras horas del día para evaluar y comenzar las labores de reparación.
Imágenes difundidas desde pueblos cercanos a Kiev muestran a civiles removiendo escombros en viviendas destruidas, mientras equipos de emergencia aseguran las zonas afectadas ante el riesgo de nuevos ataques.
Ucrania responde con ataque a fábrica de drones en Rusia
En lo que representa una de las respuestas más significativas por parte de Kiev, Ucrania atacó durante la noche una fábrica de producción de drones Shahed, ubicada en la república rusa de Tatarstán. Estos drones de tipo kamikaze han sido utilizados masivamente por Rusia desde el inicio de la guerra para golpear posiciones ucranianas y saturar sus defensas.
El ataque contra territorio ruso se enmarca en una estrategia cada vez más agresiva de ambas partes para afectar las capacidades logísticas e industriales del enemigo. La acción en Tatarstán se suma a una serie de bombardeos cruzados que han marcado el inicio de la semana, con especial énfasis en afectar la retaguardia de cada bando.
Rusia también bajo ataque: más de 100 drones ucranianos derribados
En territorio ruso, el Ministerio de Defensa informó este lunes que sus sistemas de defensa aérea derribaron al menos 20 drones ucranianos entre las 8:30 y las 11:00 hora local. Estos aparatos fueron interceptados sobre las regiones de Oriol, Kursk, Tula y Yaroslavl.
Durante la noche previa, las defensas rusas reportaron la destrucción de 96 drones adicionales, seis de ellos en las proximidades de Moscú. En la región de Briansk se derribaron 36 drones; en Bélgorod, 16; y en Kursk, 11 más.
Como resultado del incremento en la actividad aérea y por disposición de Rosaviatsia, la agencia federal de aviación civil, varios aeropuertos del oeste de Rusia, incluidos tres de la capital –Domodédovo, Vnúkovo y Zhukovski–, suspendieron temporalmente sus operaciones. Los vuelos fueron reanudados tras el fin de los ataques.
Civiles, los más afectados en la escalada del conflicto
El ataque del domingo ya había dejado un saldo trágico de 12 muertos en distintas regiones de Ucrania, incluyendo Kiev, Dnipró y Zaporiyia. La ofensiva rusa durante ese día también incluyó decenas de misiles y drones que provocaron incendios y cortes de energía en varias zonas urbanas.
Los últimos ataques masivos reflejan una intensificación del conflicto justo cuando Ucrania insiste en la necesidad de recibir más apoyo internacional, especialmente en sistemas de defensa aérea, para hacer frente a la presión creciente desde Moscú. Por su parte, Rusia sostiene que las acciones son una respuesta a los intentos ucranianos de atacar infraestructura rusa y zonas cercanas a la frontera.
Con ambos países lanzando ataques coordinados más allá de las líneas del frente, la guerra entra en una fase donde la tecnología aérea y los drones de ataque están jugando un papel cada vez más decisivo en el desarrollo del conflicto.