Trump responde a críticas: “No soy cobarde” por cambios arancelarios
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, salió al paso de las críticas por su política comercial fluctuante, defendiendo su estilo negociador y rechazando tajantemente las acusaciones de que se “acobarda” al retroceder en sus amenazas arancelarias. Trump aseguró que su táctica forma parte de una estrategia cuidadosamente planificada para beneficiar a la economía estadounidense.
Durante una conferencia de prensa este miércoles, el mandatario se mostró visiblemente molesto cuando fue interrogado sobre el acrónimo “TACO” —“Trump Always Chickens Out” o “Trump siempre se acobarda”—, popularizado por el columnista Robert Armstrong del Financial Times. Según los críticos, este término refleja la costumbre de Trump de anunciar aumentos drásticos de aranceles solo para retroceder días o semanas después, generando inestabilidad en los mercados financieros.
“Eso no es acobardarse, es negociar”, dice Trump
Te Recomendamos
Trump respondió con firmeza a las acusaciones. “¿Llamas a eso acobardarse? Se llama negociación”, afirmó. El mandatario explicó que su estilo consiste en establecer “un número ridículamente alto” de aranceles para luego ajustar la cifra durante las conversaciones. “Es una estrategia. Presentas una posición fuerte y luego trabajas desde ahí”, agregó.
El presidente citó como ejemplo su reciente amenaza de imponer un arancel del 145% a los productos importados desde China, que fue reducida temporalmente al 30% mientras avanzan las negociaciones. Asimismo, recordó que la semana pasada propuso un arancel del 50% sobre productos de la Unión Europea, aunque luego decidió posponerlo hasta el 9 de julio para dar espacio a las conversaciones diplomáticas, manteniendo de momento el arancel base del 10%.
Mercados reaccionan con volatilidad ante las decisiones de Trump
Cada una de estas decisiones ha tenido un impacto directo en los mercados financieros. Las amenazas iniciales de Trump suelen generar caídas abruptas en la bolsa, debido al temor de un crecimiento económico más lento y al aumento de precios que afectaría las ganancias corporativas. Sin embargo, las posteriores reducciones de aranceles han llevado a recuperaciones rápidas de los índices bursátiles.
A inicios de abril, el índice S&P 500 cayó hasta un 15% en lo que va del año, reflejando la incertidumbre provocada por las políticas comerciales del presidente. No obstante, para la tarde de este miércoles, el mismo índice había logrado una recuperación parcial, avanzando ligeramente y reflejando la cautela de los inversores.
Trump asegura que su política comercial impulsa la economía
Pese a las críticas y la volatilidad del mercado, Trump insiste en que su enfoque está dando frutos. Según declaró, sus políticas arancelarias han llevado a más de 14 billones de dólares en nuevas inversiones dentro del país, aunque esta cifra no ha sido verificada por fuentes oficiales ni por los datos económicos disponibles.
“Esa cifra demuestra el poder de una negociación firme”, comentó Trump. “Si yo fuera débil, no estaríamos viendo este nivel de compromiso económico con Estados Unidos”. El presidente también sostuvo que sus amenazas han obligado a la Unión Europea a sentarse a negociar condiciones más justas para el comercio bilateral.
Críticas y apoyo dentro del Congreso
Las estrategias del presidente han generado división entre los legisladores. Algunos miembros del Congreso consideran que los cambios constantes en la política arancelaria afectan negativamente a los agricultores, fabricantes y exportadores del país. Otros, sin embargo, respaldan el enfoque de Trump y lo consideran un método efectivo para presionar a socios comerciales reticentes.
A pesar de las controversias, Trump dejó claro que no cambiará de rumbo. “Para mí, esa es la pregunta más desagradable: insinuar que estoy retrocediendo. No lo estoy. Estoy liderando, estoy negociando, y lo estoy haciendo para el bien del pueblo estadounidense”, concluyó el mandatario.
Una estrategia de alto riesgo con impacto global
La postura de Trump ha llevado a una redefinición de las relaciones comerciales entre Estados Unidos y el resto del mundo. Sus decisiones sobre aranceles han afectado no solo a China y la Unión Europea, sino también a países aliados que se han visto obligados a revisar sus acuerdos de exportación con Washington.
Mientras las negociaciones avanzan y los mercados siguen reaccionando, la Casa Blanca continúa defendiendo la línea dura del presidente como una forma de proteger la economía nacional y corregir los desequilibrios comerciales históricos.