Puerto Rico busca encender su futuro: planes para energía y economía
La gobernadora de Puerto Rico, Jenniffer González, delineó un ambicioso plan para recuperar el control económico y energético de la isla durante su primer mensaje de situación de Estado. En un discurso cargado de propuestas y promesas, González se comprometió a poner fin a la presencia de la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) y a cancelar el contrato con la polémica empresa LUMA Energy, responsable de la transmisión y distribución eléctrica.
La JSF, también conocida como “la Junta”, fue impuesta por el Congreso de Estados Unidos en 2016 bajo la ley PROMESA para supervisar la reestructuración de la deuda pública de la isla, que en ese momento superaba los 70 mil millones de dólares. Su presencia ha sido fuente constante de rechazo por parte de amplios sectores de la sociedad puertorriqueña, que la perciben como una intervención federal sin representación democrática.
Transición hacia la autonomía fiscal
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Durante su intervención ante la Asamblea Legislativa, González afirmó que su administración tiene como objetivo cerrar definitivamente el capítulo de la JSF. “Solo con una visión clara sobre lo que queremos, y la toma de decisiones correctas, es que Puerto Rico va a poder salir del organismo no electo, impuesto por nuestra condición colonial”, declaró, generando una ovación en el hemiciclo.
La gobernadora reconoció que el camino recorrido bajo la supervisión de la JSF ha sido “duro y lleno de lecciones”, pero aseguró que ahora el gobierno está preparado para asumir el control de las finanzas. Para ello, enfatizó la necesidad de disciplina fiscal, ejecución de presupuestos balanceados y planificación responsable.
El nuevo presupuesto para el año fiscal que inicia en julio asciende a 13,100 millones de dólares, lo que representa un aumento del 1.5 % respecto al año anterior. Este presupuesto será clave para demostrar la capacidad de la isla de operar sin la tutela de la Junta.
La crisis energética como prioridad inmediata
Uno de los temas centrales del mensaje de González fue el colapso del sistema eléctrico, considerado por la mandataria como “el mayor reto” de su administración. Con apagones frecuentes que afectan tanto a residencias como a sectores productivos, la situación energética se ha convertido en una urgencia nacional.
González anunció con firmeza que “¡LUMA se va!”, aludiendo a la empresa privada que desde 2021 gestiona la transmisión y distribución de energía eléctrica en Puerto Rico. “Nuestro pueblo merece una red eléctrica que funcione, que no falle cada vez que llueve”, afirmó, prometiendo que su administración trabajará con urgencia para asegurar un sistema confiable y moderno.
Aunque la isla ha experimentado al menos dos apagones generales en los últimos meses, González aseguró que el estado actual del sistema de generación es “mucho mejor” que en los veranos entre 2020 y 2024, lo que da cierta esperanza de estabilidad para los próximos meses.
Compromiso con la estadidad y la identidad política
En un momento político clave, la gobernadora reafirmó su compromiso con la ‘estadidad’, es decir, la anexión formal de Puerto Rico como el estado número 51 de Estados Unidos. “Como gobernadora, voy a conseguir que Puerto Rico se convierta en estado de EE.UU.”, proclamó ante la Asamblea Legislativa.
González recordó que en las últimas décadas se han celebrado cuatro consultas no vinculantes en la isla sobre el estatus político, y en todas ellas ha prevalecido la opción de convertirse en estado. A pesar de ese respaldo popular, el Congreso federal aún no ha dado pasos concretos para reconocer ese mandato.
“El reclamo por la estadidad no es solo una meta: es un derecho”, insistió la mandataria, aunque reconoció implícitamente los obstáculos políticos, ya que la Administración Trump no ha mostrado señales de apoyar un proceso vinculante que conduzca a la estadidad para Puerto Rico.
Un nuevo capítulo para la isla
El mensaje de Jenniffer González marca el inicio de una etapa de definiciones en Puerto Rico, con una agenda que apunta a recuperar la soberanía fiscal, mejorar el sistema energético y resolver el estatus político de la isla. Su liderazgo, en sintonía con las demandas populares, busca abrir un camino hacia una mayor estabilidad económica y política, mientras la isla continúa enfrentando los desafíos heredados de una crisis profunda.