Hamás cierra la puerta: la oferta de EE.UU. “no cumple ninguna demanda”
El grupo islamista Hamás rechazó este viernes la más reciente propuesta de alto el fuego en Gaza presentada por Estados Unidos y respaldada por Israel. Según la organización, el plan “no satisface ninguna de las justas y legítimas demandas del pueblo palestino”, y acusó a Israel de buscar perpetuar la ocupación bajo el pretexto de una tregua.
En un comunicado difundido por medios palestinos, Basem Naim, miembro del buró político de Hamás, aseguró que “la respuesta israelí busca fundamentalmente consolidar la ocupación y perpetuar políticas de matanza y hambruna, incluso durante lo que se supone es un período de desescalada temporal”.
Naim subrayó que, a pesar del rechazo inicial, el liderazgo de Hamás sigue revisando el plan “de forma exhaustiva y responsable”, en consideración a “la gravedad del genocidio en curso” que, según el grupo, sufre la población civil en Gaza desde el inicio de la ofensiva militar israelí.
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Qué contempla la propuesta de Estados Unidos
La propuesta, impulsada por el enviado especial del presidente Donald Trump para Oriente Medio, Steve Witkoff, contempla un cese temporal de las hostilidades durante 60 días. A cambio, Hamás debería liberar a diez rehenes vivos y entregar los cuerpos de 18 más que habrían muerto en cautiverio.
El plan no exige de forma explícita que Israel detenga definitivamente su ofensiva o retire sus tropas de la Franja de Gaza, un punto que ha sido clave en las negociaciones previas que fracasaron. Fuentes cercanas a las conversaciones aseguran que esta ambigüedad ha sido uno de los principales obstáculos para lograr un acuerdo duradero.
La propuesta incluye también la entrega urgente de ayuda humanitaria, en coordinación con agencias internacionales como las Naciones Unidas y la Media Luna Roja, lo que permitiría cierto alivio para una población que atraviesa niveles críticos de necesidad.
Devastación humanitaria en la Franja
Desde el 18 de marzo, cuando Israel reanudó su campaña de bombardeos tras declarar unilateralmente la ruptura del alto el fuego, la situación en Gaza ha empeorado considerablemente. Según fuentes médicas locales y datos respaldados por organismos internacionales, casi 4.000 palestinos han muerto durante este período.
Además, se estima que al menos 600.000 personas han sido desplazadas de forma forzosa en menos de tres meses, sumándose a los cientos de miles que ya vivían en situación de desplazamiento desde los primeros meses del conflicto.
La combinación de ataques constantes y un férreo bloqueo israelí ha generado lo que las Naciones Unidas califican como una “catástrofe humanitaria sin precedentes” en la Franja. Un reciente informe del sistema de agencias humanitarias de la ONU indica que la inseguridad alimentaria ha alcanzado niveles alarmantes, afectando a más del 85 % de la población. La mitad de las personas afectadas son niños.
Israel mantiene su posición militar en el sur de Gaza
Mientras continúan las negociaciones indirectas y se intercambian propuestas diplomáticas, las Fuerzas de Defensa de Israel mantienen operaciones activas, especialmente en el sur de Gaza, donde han intensificado sus incursiones terrestres en zonas como Rafah y Jan Yunis. Según portavoces israelíes, el objetivo sigue siendo desmantelar por completo la infraestructura militar de Hamás y garantizar la liberación de todos los rehenes.
La comunidad internacional ha intensificado los llamados a una solución inmediata para evitar un nuevo colapso total en la Franja. Sin embargo, la falta de consenso sobre las condiciones del alto el fuego, así como la ausencia de garantías políticas y de seguridad para ambas partes, mantiene bloqueado el avance hacia una tregua efectiva.
El rol de Estados Unidos en el proceso
La propuesta actual marca un nuevo intento de Washington por recuperar el control diplomático de la crisis, en medio de crecientes críticas sobre el manejo del conflicto por parte de la Casa Blanca. El presidente Donald Trump ha reiterado su apoyo a Israel, pero también ha instruido a su equipo diplomático a encontrar una salida viable que no implique una prolongación indefinida de la violencia.
No obstante, la falta de compromiso formal para detener permanentemente la ofensiva militar ha sido interpretada por Hamás como un intento de ganar tiempo sin resolver el fondo del conflicto: el fin del bloqueo, la retirada de tropas israelíes y el establecimiento de garantías de protección para la población palestina.
Con la situación humanitaria deteriorándose a un ritmo acelerado, el margen de maniobra diplomática se acorta, mientras en Gaza la población continúa atrapada entre bombardeos, escasez de alimentos y desplazamientos forzados.