La práctica de añadir flúor al agua potable en Estados Unidos, un pilar de la salud pública desde 1945, enfrenta un futuro incierto que podría afectar a los niños de todo el país. Un nuevo estudio publicado en JAMA Health Forum advierte que eliminar el flúor de los sistemas de agua pública podría generar 25.4 millones de caries adicionales en niños y adolescentes en solo cinco años, con costos médicos que superarían los 9,800 millones de dólares. Esta medida, impulsada por recientes prohibiciones en estados como Utah y Florida, ha encendido el debate sobre su impacto en la salud dental infantil.
El estudio, liderado por la Dra. Lisa Simon del Hospital Brigham and Women’s, estima que en una década estas cifras podrían duplicarse, alcanzando casi 54 millones de caries y 19,400 millones de dólares en gastos. La experta explicó que el impacto no sería uniforme, afectando especialmente a niños de familias de bajos ingresos y aquellos cubiertos por Medicaid, quienes dependen más de esta intervención gratuita. “El flúor ha sido clave para quienes no tienen fácil acceso a atención dental”, afirmó Simon, destacando que un tercio de los niños en EE.UU. podría sufrir un diente cariado adicional si se elimina.
Riesgos para la salud infantil
El flúor es un mineral natural que fortalece el esmalte dental, protegiéndolo de los ácidos causados por bacterias y azúcares. Según datos del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), en 2022 casi dos tercios de la población estadounidense bebía agua fluorada, una medida que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) consideran una de las grandes victorias de la salud pública del siglo XX. Sin embargo, la propuesta del secretario del HHS, Robert F. Kennedy Jr., de pedir a los CDC que dejen de recomendar esta práctica ha generado controversia, especialmente tras prohibiciones estatales este año.
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Los investigadores usaron datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición para proyectar que sin flúor, las tasas de caries aumentarían en más de 7 puntos porcentuales entre los niños. Esto significa que más del 57% de los adolescentes y más de la mitad de los niños de 6 a 12 años podrían enfrentar problemas dentales, desde empastes hasta extracciones costosas. “Es un costo evitable para el país, y no hay un sustituto tan efectivo como el flúor en el agua”, señaló el Dr. Brett Kessler, presidente de la Asociación Dental Estadounidense, en un comunicado oficial.
Fluor en agua: Desafíos y debates actuales
La eliminación del flúor también ha desatado un debate sobre sus posibles riesgos. Durante la campaña electoral del pasado otoño, Kennedy lo calificó como un “residuo industrial” y sugirió vínculos con problemas como el cáncer, afirmaciones rechazadas por los CDC y la Sociedad Estadounidense del Cáncer. En abril, el HHS y la Agencia de Protección Medioambiental iniciaron un estudio sobre los efectos del flúor, tras un informe que relacionó niveles altos con un menor coeficiente intelectual en niños. Sin embargo, el nuevo estudio encontró que solo el 1.5% de los niños en 2016 estuvo expuesto a niveles excesivos, mientras que el 40% disfrutó de concentraciones óptimas para prevenir caries.
Expertos como Simon advierten que los efectos en EE.UU. podrían ser peores que en otros lugares, como Calgary, Canadá, donde la eliminación del flúor en 2011 llevó a un aumento de caries que llevó a su reintroducción este año. “Hemos olvidado cuánto ha hecho el flúor durante 80 años, desde evitar caries hasta reducir la necesidad de dentaduras en adultos”, dijo Simon, subrayando el impacto en niños que sufren dolor o faltan a la escuela por problemas dentales. Las desigualdades en el acceso a la atención dental en EE.UU. podrían amplificar estas consecuencias, dejando a las familias más vulnerables enfrentando costos y sufrimiento innecesarios.