¿Qué es el labneh, de dónde viene y por qué todo el mundo habla de él?
El labneh es un yogur colado, cremoso y ácido; podríamos decir que es una versión más ligera y fresca que el queso crema y es un alimento básico en muchas cocinas del Medio Oriente y del Mediterráneo. ¡Ha existido durante miles de años, casi tanto como el yogur, que se remonta al 5000 a.C.!
Los orígenes del labneh
Cuenta la leyenda que el origen del labneh fue resultado de un accidente. Entre el 5000 a.C. y el 2000 a.C., en la región del Levante, que abarca lo que hoy conocemos como Líbano, Siria, Jordania y Palestina, se dice que un viajero árabe llevaba leche de oveja en el estómago de un cordero, y después de viajar varios días descubrió que la leche se había convertido en una pasta suave y cremosa, perfecta para untar y que duraba mucho más, convirtiéndose en una excelente solución para preservar durante más tiempo el yogurt, ya que no contaban con la invención de la refrigeración.
A partir de ahí la gente empezó a utilizar los intestinos de oveja o cabra como filtros naturales. El yogur se vertía dentro de las cavidades y se colgaban para que la gravedad dreanara lentamente el suero, dejando atrás un delicioso labneh, espeso y cremoso.
Te Recomendamos
Con el paso del tiempo, se desarrolló una técnica más práctica y precisa (e higiénica) para hacer labneh usando una tela especial llamada cheesecloth, hecha de algodón con un tejido muy ligero. Esta tela se volvió la opción ideal para colar el yogur, ya que ofrecía mayor control sobre el espesor y la textura del queso. El proceso consistía en verter el yogur sobre la tela, cerrarla con firmeza y colgarla sobre un bol o desde un gancho. Esta forma de preparación resultaba más sencilla y limpia, por lo que se volvió muy popular y, hasta el día de hoy, sigue siendo la más utilizada en muchos hogares.
La expansión del labneh
A lo largo de los siguientes miles de años, el labneh emprendió un viaje por el Medio Oriente, conquistando la región. Las rutas comerciales lo llevaron a las cocinas de Turquía, Irán, Irak y más allá, y cada región lo adaptó según los ingredientes locales y los gustos populares.
Hoy en día, el labneh es un ingrediente básico de los sabores de Medio Oriente, pero también ha conquistado el Occidente y lo puedes encontrar en cualquier supermercado. Pero tienes que tener mucho cuidado al elegirlo porque hoy en día la industrialización ha malogrado un producto naturalmente nutritivo y le ha agregado aditivos innecesarios, así que si comes lácteos, revisa siempre la lista de ingredientes en la etiqueta y asegúrate de que sea básicamente leche grass-fed fermentada y sal.
Y para ti que, como yo, te gusta hacer todo en casa, te recomiendo esta versión sin lácteos que no tiene nada que envidiarle a la original.
Labneh de coco
Ingredientes
- 1 lb de yogurt de coco de la marca Cocojune (elegí esta marca por sus ingredientes orgánicos y limpios; lo encuentras en supermercados saludables).
- Sal marina o sal del Himalaya, un par de pizcas.
- Cheesecloth (es una tela de algodón —orgánico de preferencia— que puedes encontrar en tiendas online).
- 2 bowls
- Colador
- Banda elástica para cerrar el cheesecloth
Instrucciones
- Coloca el yogurt en un bowl y agrégale un par de pizcas de sal. Mezcla bien.
- Coloca el colador sobre un bowl limpio y, encima de éste, pon el cheesecloth.
- Echa el yogurt sobre el cheesecloth, junta las esquinas de la tela y usa la banda elástica para cerrarlo firmemente.
- Coloca el bowl con el colador y el yogurt en el cheesecloth en la refrigeradora por uno o dos días. Verás que el yogurt desprende el “suero”, que se acumulará en el bowl.
- Luego de ese periodo, descarta el líquido y coloca el labneh de coco en un bowl. Puedes comerlo tal cual, o saborizarlo, por ejemplo, con damascos secos picados finamente y un poco de romero molido.
Úntalo en tu pan, úsalo como base para un aderezo de ensaladas o como acompañamiento de verduras. Te vas a enamorar de él y lo vas a usar de mil maneras.