China acusa a EE.UU. de romper tregua con medidas sobre chips y visas
Las tensiones comerciales y diplomáticas entre China y Estados Unidos se agudizan en 2025 tras nuevas medidas adoptadas por Washington, que Beijing considera una ruptura del reciente acuerdo de tregua bilateral. Las acciones incluyen controles estrictos sobre la exportación de chips de inteligencia artificial (IA), la suspensión de ventas de software para diseño de chips y la revocación de visas a estudiantes chinos en Estados Unidos.
China denuncia violaciones al consenso bilateral
El Ministerio de Comercio de China emitió un comunicado el lunes en el que acusó a Estados Unidos de “violar gravemente el consenso” alcanzado en una declaración conjunta que buscaba reducir aranceles y aliviar la guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo. Según Beijing, las restricciones sobre tecnología y las medidas migratorias afectan sus intereses legítimos y contradicen el espíritu del acuerdo.
Este pacto, vigente por 90 días, permitió una reducción temporal de aranceles, generando esperanza para una solución más amplia. Sin embargo, la tregua no ha eliminado las tensiones subyacentes y deja incertidumbre entre empresas e inversionistas sobre el futuro de las relaciones comerciales entre ambos países.
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Detalles del acuerdo y las fricciones actuales
Según declaraciones oficiales, Estados Unidos acordó bajar del 145% al 30% el impuesto sobre productos chinos impuesto recientemente, mientras que China redujo sus aranceles del 125% al 10% sobre bienes estadounidenses. Beijing sostiene que ha cumplido con su parte, suspendiendo medidas recíprocas, pero acusa a Washington de provocar “nuevas fricciones económicas y comerciales” que desestabilizan la relación bilateral.
El gobierno chino advirtió que tomará “medidas resueltas y contundentes” para proteger sus derechos e intereses frente a lo que considera acciones unilaterales por parte de Estados Unidos.
Declaraciones de Trump y reacción china
El presidente Donald Trump intensificó la confrontación al declarar que Estados Unidos ya no será “amable” con China en asuntos comerciales. En redes sociales, afirmó que China ha incumplido completamente el acuerdo, y criticó duramente la postura china.
Horas después, desde la Oficina Oval, Trump anunció que dialogará con el presidente Xi Jinping para intentar resolver las diferencias, aunque mantuvo su acusación sobre la supuesta violación del pacto por parte de China.
En respuesta, el Ministerio de Comercio chino calificó estas acusaciones como “irrazonables” y contrarias a los hechos, señalando que Washington debería reconsiderar su propia conducta antes de responsabilizar a China.
Acciones estadounidenses para presionar a China
Más allá de la guerra comercial, la administración Trump ha implementado medidas adicionales para presionar a Beijing. Entre ellas destaca la decisión de revocar visas a estudiantes chinos que cursan estudios en universidades estadounidenses. Actualmente, más de 275,000 estudiantes chinos están matriculados en campus de Estados Unidos, y esta medida genera preocupación sobre el impacto en la cooperación educativa y cultural entre ambos países.
La competencia tecnológica y estratégica entre ambas potencias
El control de tecnologías avanzadas es uno de los principales puntos de conflicto. Estados Unidos busca limitar el acceso de China a chips de computadora y software de última generación relacionados con inteligencia artificial, en un intento por mantener su liderazgo tecnológico. Al mismo tiempo, China persigue consolidarse como la potencia dominante en Asia-Pacífico, especialmente en torno a Taiwán, un territorio clave en esta disputa geopolítica.
Estas tensiones revelan una competencia global intensa que afecta no solo el comercio, sino también la seguridad nacional y la influencia estratégica de ambos países en la región y el mundo.
Perspectivas y desafíos para la relación bilateral
El secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, declaró que China estaría “simplemente retrasando el acuerdo” desde la reunión en Ginebra y justificó las acciones estadounidenses como un mensaje para demostrar a Beijing cómo se siente estar en la posición contraria.
Por ahora, el futuro de las negociaciones comerciales sigue en suspenso, con riesgo de que la tregua de 90 días se prolongue o que surjan nuevas medidas restrictivas que compliquen aún más la relación entre Washington y Beijing.
La situación mantiene en alerta a empresas, inversionistas y gobiernos, mientras ambos países intentan equilibrar la competencia estratégica con la necesidad de evitar un conflicto económico abierto que podría afectar a la economía global.