Brotes de sarampión, tosferina y otras enfermedades olvidadas preocupan a la comunidad médica y a las autoridades sanitarias.
En un fenómeno que genera alarma entre expertos en salud pública, varias enfermedades prevenibles resurgen en Estados Unidos tras años de aparente erradicación. El sarampión, la tosferina y otras infecciones han reaparecido con fuerza en distintas regiones del país, justo cuando el acceso a vacunas esenciales —como la del COVID-19— comienza a restringirse por nuevas regulaciones federales.
La comunidad médica advierte que esta situación no solo pone en riesgo décadas de avances en inmunización, sino que también expone a millones de personas —especialmente niños, adultos mayores y poblaciones vulnerables— a consecuencias graves e incluso mortales.
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Enfermedades prevenibles como sarampión y tosferina resurgen en Estados Unidos por falta de vacunación
Durante la conferencia “El resurgimiento de las enfermedades prevenibles”, organizada por American Community Media (ACOM), expertos de distintas universidades y agencias de salud coincidieron en que el principal factor detrás del resurgimiento de estas infecciones es la caída en las tasas de vacunación. El doctor William Schaffner, epidemiólogo de la Universidad de Vanderbilt, fue enfático: “El escepticismo sobre las vacunas ha abierto la puerta al retorno de enfermedades que ya estaban controladas”.
Un caso dramático es el del oeste de Texas, donde una comunidad menonita —que rechaza la vacunación por motivos religiosos— ha registrado más de 1,000 casos de sarampión, con varios niños hospitalizados y dos fallecimientos. “Antes de la vacuna, morían hasta 500 niños por año por sarampión en Estados Unidos. Ese número se había reducido a cero. Ahora vuelve a aparecer”, advirtió Schaffner.
Pero no se trata de un fenómeno aislado. También se han detectado brotes en zonas urbanas de clase media y alta, donde familias que buscan una crianza “natural” optan por no vacunar a sus hijos. Esta tendencia pone en peligro la inmunidad comunitaria, necesaria para proteger a quienes no pueden vacunarse por razones médicas.
La vacunación infantil es fundamental para detener el avance de enfermedades como el sarampión.Ed Maynard
Nuevas normas sobre Covid-19 podrían propagar enfermedades prevenibles como sarampión y tosferina
Mientras los brotes de sarampión y tosferina se propagan, las nuevas reglas para acceder a la vacuna contra la COVID-19 podrían empeorar el panorama. Según el doctor Peter Chin-Hong, de la Universidad de California en San Francisco, la versión más reciente de la vacuna solo estará disponible para adultos mayores de 65 años o personas con condiciones médicas de alto riesgo.
Esto deja fuera a grupos clave como embarazadas sanas, niños menores de dos años y trabajadores de la salud que no cumplan con esos criterios. “Estamos frente a una tormenta perfecta. Menos acceso a vacunas significa más riesgo de contagios masivos. Y eso se traduce en muertes evitables”, advirtió Chin-Hong.
La confusión generada por estas nuevas políticas podría provocar una caída aún más pronunciada en las tasas de vacunación en el otoño, justamente cuando los virus respiratorios tienden a aumentar.
Enfermedades prevenibles resurgen en Estados Unidos en un contexto de inestabilidad sanitaria global
A esta preocupante situación se suma la crisis en los programas internacionales de salud, como el Plan de Emergencia del Presidente para el Alivio del SIDA (PEPFAR), que ha salvado más de 25 millones de vidas desde su creación en 2003. El doctor Jirair Ratevosian, de la Universidad de Yale, denunció que el programa ha sufrido un parón de 90 días debido a decisiones de la nueva administración federal, lo cual interrumpe el tratamiento antirretroviral de millones de personas.
“Más del 50% de las actividades de PEPFAR están suspendidas. Y cuando se interrumpe el tratamiento del VIH, aumentan la carga viral, la transmisión y las muertes”, explicó Ratevosian. Esta suspensión afecta no solo a África, donde el programa tiene gran presencia, sino también a comunidades migrantes en Estados Unidos que dependen de estos servicios.
Expertos como el doctor Benjamín Neuman, de la Universidad Texas A&M, recordaron que una sola persona no vacunada puede iniciar una cadena de contagios de enfermedades prevenibles. “Las vacunas no son solo decisiones individuales. Son una responsabilidad social. Nos han dado la libertad de trabajar, estudiar y cuidar a nuestros seres queridos. Renunciar a ellas es retroceder décadas”, afirmó.