Bombardeos en Gaza alcanzan a civiles que buscaban alimentos
El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, denunció este martes los recientes bombardeos del Ejército israelí en Gaza, que han dejado al menos 62 muertos y cientos de heridos entre civiles que intentaban acceder a ayuda alimentaria. Las víctimas se registraron en los últimos tres días en las inmediaciones de puntos de distribución de asistencia en la Franja, una zona devastada por la guerra y el hambre.
De acuerdo con la información del organismo internacional, 32 palestinos murieron el 1 de junio, otros tres fallecieron el lunes y al menos 27 perdieron la vida la madrugada del martes. Hamás, por su parte, elevó la cifra de víctimas a 102, calificando los hechos como «uno de los crímenes más atroces de asesinato en masa».
Ayuda convertida en blanco de fuego
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Los ataques han ocurrido cerca de un centro de distribución gestionado por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), un mecanismo creado por Israel con apoyo de Estados Unidos para coordinar el reparto de alimentos tras la salida de la ONU de estas tareas por falta de seguridad. Sin embargo, el esquema ha sido fuertemente cuestionado por su militarización y la inseguridad para los civiles.
“Los palestinos enfrentan una elección inhumana: morir de hambre o arriesgarse a ser asesinados intentando obtener comida”, denunció Jeremy Laurence, portavoz del Alto Comisionado. “Los ataques dirigidos contra civiles son una grave violación del derecho internacional y constituyen crímenes de guerra”, agregó.
El Comité Internacional de la Cruz Roja confirmó que este martes al menos 27 personas murieron y 157 resultaron heridas tras ser atacadas mientras esperaban recibir alimentos en Rafah, en el sur de Gaza.
Civiles desplazados y hospitales saturados
Los cuerpos, entre ellos el de un menor de 17 años, fueron trasladados desde el hospital de campaña de la Cruz Roja hacia el hospital Naser en Jan Yunis. Las autoridades médicas locales indicaron que al menos 184 personas fueron atendidas por heridas graves, y que más de 35 pacientes requirieron intervenciones quirúrgicas de emergencia.
“Diecinueve murieron al llegar al hospital y ocho más fallecieron poco después a causa de las heridas”, señaló el Comité Internacional de la Cruz Roja. Las escenas de caos se repiten entre carpas y campamentos improvisados en la costa gazatí, donde miles de familias desplazadas sobreviven en condiciones precarias.
El Ejército israelí justifica el uso de la fuerza
En un comunicado, el Ejército israelí reconoció haber abierto fuego cerca del punto de distribución en Rafah, alegando que actuó contra “sospechosos que se acercaban de manera amenazante” a las tropas. Aseguró que se realizaron disparos de advertencia antes de emplear fuerza letal, aunque no ofreció pruebas visuales ni detalles sobre la supuesta amenaza.
“Durante el movimiento de personas hacia el punto de ayuda, las tropas identificaron a varios sospechosos que se desviaron de las rutas designadas. Al no retirarse tras los avisos, se produjeron disparos más cercanos”, indicó el Ejército, que afirma estar investigando los hechos.
La Fundación Humanitaria se deslinda de responsabilidad
La Fundación Humanitaria de Gaza, entidad que coordina los centros de distribución, aseguró en un comunicado que no es responsable de la seguridad fuera de sus instalaciones. “Las zonas alrededor de nuestros puntos siguen siendo áreas de guerra activa. Exhortamos a los civiles a mantenerse dentro del corredor seguro para evitar riesgos”, expresó la organización respaldada por Estados Unidos.
Sin embargo, los ataques recientes ocurrieron a escasos 500 metros de la zona de entrega, lo que ha generado críticas sobre la efectividad de los llamados “corredores seguros” y el papel que juega esta fundación en la protección de la población civil.
Precedentes de violencia en centros de ayuda
Este nuevo episodio de violencia no es aislado. El pasado domingo, al menos 31 palestinos murieron y más de 170 resultaron heridos en condiciones similares, también en las cercanías de un punto de distribución en Rafah. Aquel día, las tropas israelíes también negaron su responsabilidad directa, asegurando que realizaron “disparos de advertencia”.
Los repetidos ataques en zonas donde se concentra población hambrienta y desplazada han generado condenas internacionales y renovado el llamado a una investigación independiente. Organismos humanitarios y defensores de derechos humanos insisten en que los civiles no pueden seguir siendo víctimas de una estrategia militar que convierte la ayuda alimentaria en un campo de batalla.