El empresario Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX, volvió a provocar una tormenta política esta semana tras calificar como una «abominación repugnante» el proyecto de ley fiscal impulsado por el presidente Donald Trump. La reforma fiscal, que busca extender los recortes de impuestos aplicados durante su primer mandato y sumar nuevas exenciones, ha generado críticas por el posible impacto en el déficit de Estados Unidos. Musk no solo criticó el contenido de la propuesta, sino también a los legisladores republicanos que le dieron su voto favorable.
“Lo siento, pero no lo puedo soportar más. Este proyecto de ley de gasto del Congreso, masivo, escandaloso y lleno de gastos innecesarios, es una abominación repugnante. Qué vergüenza para quienes votaron a favor: saben que cometieron un error. Lo saben”, escribió Musk desde su cuenta oficial en X, antes conocida como Twitter.
I’m sorry, but I just can’t stand it anymore.
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This massive, outrageous, pork-filled Congressional spending bill is a disgusting abomination.
Shame on those who voted for it: you know you did wrong. You know it.
— Elon Musk (@elonmusk) June 3, 2025
Las declaraciones del magnate llegan en un momento delicado, con negociaciones activas en el Senado y un ambiente electoral cada vez más polarizado en torno al manejo de la economía. La reforma fiscal de Trump, bautizada por él mismo como «el gran y hermoso proyecto de ley», promete aliviar la carga tributaria para sectores estratégicos, pero según economistas y figuras públicas como Musk, podría empujar aún más al país hacia una crisis de deuda.
La reforma fiscal de Trump preocupa por su impacto en el déficit
Elon Musk no se quedó en la retórica. En una segunda publicación, advirtió que la reforma fiscal de Trump “incrementará masivamente el déficit ya gigante del presupuesto a 2,5 billones de dólares (!!!) y cargará a los ciudadanos de EE.UU. con una deuda devastadoramente insostenible”.
El enfoque fiscal de Trump plantea una continuidad respecto a las medidas tomadas durante su primer mandato entre 2017 y 2021. Entonces, se aprobó una importante reforma que recortó los impuestos corporativos del 35 % al 21 %, y redujo las tasas para ciertos sectores de la población. Ahora, la nueva reforma fiscal de Trump pretende no solo mantener esos recortes, sino ampliarlos a nuevas áreas como las propinas, las horas extras y las compras de automóviles producidos en EE.UU.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump (I), con el empresario Elon Musk (D). EFE/EPA/Will Oliver
Sin embargo, analistas advierten que el paquete fiscal, lejos de ser autosustentable, podría agravar la deuda pública, que ya supera los 34 billones de dólares, según datos recientes del Departamento del Tesoro. Musk, quien recientemente renunció a su puesto en el Departamento de Eficiencia Gubernamental, aseguró que el plan compromete los esfuerzos por contener el gasto público y representa un retroceso en la disciplina fiscal.
Elon Musk se distancia de Trump por la reforma fiscal
Aunque Musk ha sido un simpatizante de varias políticas de Trump, esta vez tomó distancia de forma pública y frontal. En una entrevista con CBS, transmitida el domingo, el empresario fue claro: “Estoy de acuerdo con muchas cosas que hace esta administración, pero tengo diferencias de opinión. No quiero hablar en contra, pero tampoco asumir responsabilidad de todo lo que hacen”.
Con esta declaración, Musk marcó su posición frente a una reforma fiscal que, según él, no solo es financieramente irresponsable, sino políticamente arriesgada. Su postura ha generado reacciones mixtas dentro del Partido Republicano, que ahora se enfrenta a divisiones internas entre quienes apoyan el plan fiscal y quienes comparten las preocupaciones del multimillonario.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, minimizó las críticas. “El presidente sabe la postura de Elon Musk sobre este proyecto de ley. Esto no cambia su opinión. La opinión del presidente es que este es un proyecto de ley grande y hermoso, y lo respalda”, afirmó en conferencia de prensa.
Reforma fiscal de Trump divide al Congreso y preocupa a economistas
Actualmente, la mayoría republicana en el Senado ha iniciado negociaciones para ajustar la versión del plan fiscal que fue aprobada en la Cámara Baja. El objetivo es lograr un texto consensuado antes del 4 de julio, una fecha simbólica para anunciar una victoria legislativa de cara a las elecciones de noviembre.
Entre los elementos más polémicos de la reforma fiscal de Trump se encuentra la propuesta de eximir de impuestos las propinas, una medida que busca captar el voto de trabajadores de servicios como camareros, repartidores y empleados de hoteles. Si bien la medida puede parecer popular, expertos como el economista Paul Krugman advierten que su impacto real en los ingresos del fisco será significativo y podría obligar a recortes en otros sectores clave como salud, educación y seguridad social.
Además, la reforma fiscal de Trump incluye incentivos a la compra de autos fabricados en EE.UU., lo que ha sido criticado por organismos internacionales que lo ven como una medida proteccionista en tiempos de tensión comercial con China y la Unión Europea.
Por su parte, grupos de vigilancia fiscal como el Committee for a Responsible Federal Budget (CRFB) han emitido informes alertando que la aprobación de esta nueva reforma podría añadir entre 3 y 4 billones de dólares al déficit en la próxima década, dependiendo del comportamiento de la economía y los tipos de interés.
¿Qué significa esto para la comunidad latina?
La comunidad latina en Estados Unidos, que representa cerca del 19 % de la población, se encuentra en el centro del debate económico. Muchos trabajadores latinos podrían beneficiarse, al menos en el corto plazo, de las exenciones fiscales en propinas y horas extras que contempla la reforma fiscal de Trump. Sin embargo, también serían vulnerables si estas medidas provocan recortes en servicios públicos, subsidios o programas sociales.
Organizaciones como UnidosUS y LULAC han expresado su preocupación por el impacto a largo plazo que podría tener esta política fiscal en las familias de bajos ingresos, muchas de ellas latinas, que dependen de la estabilidad presupuestaria del gobierno federal.
En ese sentido, las críticas de Elon Musk a la reforma fiscal de Trump resuenan más allá del ámbito empresarial. Ponen sobre la mesa una discusión urgente sobre la sostenibilidad fiscal, el gasto público y las prioridades de política económica en un país que se prepara para otra elección presidencial decisiva.