Ante la llegada de la temporada de huracanes en Estados Unidos, el Gobierno federal aseguró que la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) se encuentra completamente preparada. Así lo afirmó el secretario de Comercio, Howard Lutnick, quien compareció ante el subcomité del Senado encargado de supervisar el funcionamiento de la agencia climática.
Lutnick, que asumió su cargo en medio de tensiones presupuestarias, sostuvo que “contamos con todo nuestro personal de meteorólogos y científicos” y aseguró que “estamos completamente preparados para la temporada de huracanes”. Sus declaraciones buscan disipar las dudas generadas por los recortes propuestos por la administración del presidente Donald Trump, que ha planteado reducir considerablemente el presupuesto de agencias clave como la NOAA y FEMA (Agencia Federal de Gestión de Emergencias).
Temporada de huracanes se anticipa más activa por el cambio climático
Los pronósticos para la temporada de huracanes de 2025 son especialmente alarmantes. De acuerdo con estimaciones del Centro Nacional de Huracanes (NHC), se espera la formación de al menos 10 huracanes y 19 tormentas con nombre. Estas cifras superan el promedio histórico y responden en gran medida al calentamiento de las aguas oceánicas y al impacto del cambio climático.
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La NOAA ha advertido que el aumento sostenido en la temperatura del mar, en especial en el Atlántico, puede intensificar la fuerza de los ciclones tropicales. Además, fenómenos como La Niña podrían favorecer condiciones atmosféricas propicias para el desarrollo de huracanes más agresivos y duraderos.

Fotografía satelital de a localización de dos tormentas tropicales. EFE/ NOAA-NHC /
Aunque la temporada oficialmente comenzó el 1 de junio y se extenderá hasta el 30 de noviembre, expertos han señalado que la actividad ciclónica podría adelantarse o prolongarse si las condiciones oceánicas se mantienen inusualmente cálidas.
El huracán Milton, que afectó recientemente zonas costeras de Florida, dejó una estela de destrucción que refuerza los temores sobre la vulnerabilidad de muchas comunidades. Las imágenes de los daños en Sarasota circularon ampliamente, recordando la necesidad de una respuesta rápida y eficaz por parte de las autoridades meteorológicas y de emergencia.
NOAA asegura estar operativa pese a los recortes propuestos
La inquietud de diversos sectores no proviene únicamente de los pronósticos climáticos. También está motivada por las propuestas legislativas impulsadas desde la Casa Blanca, como el llamado “Gran y hermoso proyecto de ley”, promovido por Trump, que contempla una reducción del 30 % en el presupuesto de la NOAA y recortes similares para FEMA, que perdería hasta 646 millones de dólares.
A pesar de estas medidas, el secretario de Comercio defendió la operatividad de la agencia. “Tenemos a 2.100 meteorólogos y cientos de otros científicos. Actualmente no hay vacantes en el Centro Nacional de Huracanes”, indicó Lutnick durante su intervención ante el Senado.
Interior de un avión de investigación Lockheed WP-3D Orion de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica del Departamento de Comercio (NOAA). Foto: Cristobal Herrera-Ulashkevich / EFE
También aclaró que el Servicio Meteorológico Nacional está exento del congelamiento de contrataciones federales, lo que permite mantener las funciones críticas de pronóstico y monitoreo durante la temporada de huracanes.
Además de su rol en la vigilancia de ciclones, la NOAA emite pronósticos que impactan directamente en sectores como la agricultura, la pesca y el transporte marítimo. La reducción de su capacidad operativa podría tener efectos colaterales que van más allá de la gestión de desastres naturales.
Preocupación por la preparación federal frente a la temporada de huracanes
La respuesta del Gobierno no ha logrado calmar del todo los temores de legisladores, científicos y comunidades costeras. El congresista demócrata Joaquín Castro, representante de Texas, cuestionó durante la audiencia si es realista mantener los niveles de preparación con un recorte tan profundo.
“Estamos viendo más huracanes, más fuertes, y al mismo tiempo se está reduciendo el financiamiento a las agencias que se encargan de protegernos”, señaló Castro. Otras voces en el Congreso han exigido garantías presupuestarias a largo plazo para NOAA y FEMA.
En paralelo, organizaciones como la Cruz Roja y la Federación Nacional de Municipios han alertado que muchas localidades vulnerables carecen de planes de evacuación actualizados o refugios adecuados ante tormentas de categoría 3 o superior.
En años anteriores, situaciones similares han dejado lecciones costosas. El paso del huracán Ian en 2022, por ejemplo, reveló deficiencias en la comunicación de alertas tempranas y falta de coordinación entre agencias estatales y federales.
Este año, con una temporada de huracanes que promete ser más agresiva, los analistas advierten que cualquier reducción en la capacidad técnica de NOAA o FEMA podría tener consecuencias directas sobre la seguridad de millones de personas.