Harvard bloquea plan migratorio de Trump con fallo clave
Una jueza federal de Massachusetts bloqueó de manera temporal una proclamación del presidente Donald Trump que pretendía suspender los visados de estudiantes internacionales de nuevo ingreso a la Universidad de Harvard, uno de los centros educativos más prestigiosos del mundo. La decisión judicial representa un duro revés para el gobierno federal, que ha intensificado su presión sobre instituciones académicas acusadas de “fomentar la ideología progresista”.
La jueza Allison Burroughs, del Tribunal de Distrito de Estados Unidos, emitió la orden de restricción a última hora del jueves, tras una petición urgente por parte de Harvard. La universidad argumentó que la medida presidencial causaría un “daño inmediato e irreparable” a la institución, al impedir el ingreso de miles de estudiantes que representan cerca del 25% de su comunidad académica.
Burroughs, nombrada durante la administración de Barack Obama, aclaró que la medida estará vigente hasta nueva orden y convocó a una audiencia para mediados de junio, donde se discutirá la posibilidad de frenar de forma indefinida la proclamación firmada por Trump.
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Harvard denuncia represalias políticas
La proclamación presidencial, emitida un día antes del fallo, instruía al Departamento de Estado y al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) a revisar, suspender o revocar visados tipo F, M y J, utilizados por estudiantes, académicos e investigadores internacionales. Sin embargo, Harvard sostiene que la acción constituye una represalia política directa por parte del gobierno federal.
En su demanda, la universidad acusa al presidente Trump de tomar medidas “inconstitucionales” que violan la Primera Enmienda y atentan contra la libertad académica. El texto legal sostiene que la proclamación representa una escalada en la “campaña de represalias” del gobierno contra Harvard, y que discrimina específicamente a quienes desean ingresar a su campus, mientras permite la entrada de otros extranjeros no inmigrantes al país.
“Sin sus estudiantes internacionales, Harvard no es Harvard”, argumentó la institución en la presentación judicial. El presidente interino de la universidad, Alan Garber, calificó la proclamación como un intento “ilegal” de dañar a la institución y subrayó que la comunidad internacional de Harvard “hace contribuciones sobresalientes dentro y fuera de nuestras aulas y laboratorios”.
Presiones del gobierno y amenazas de recortes
Esta disputa legal se enmarca en una serie de tensiones crecientes entre el gobierno federal y las universidades de élite. Harvard ya había denunciado en mayo la cancelación de su certificación en el Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (SEVP), lo que habría impedido su capacidad para recibir alumnos internacionales. Tras esa acción, la jueza Burroughs también intervino, bloqueando temporalmente al DHS.
Además, la universidad está involucrada en otra demanda contra la Casa Blanca, luego de que la administración Trump recortara más de 2,200 millones de dólares en fondos federales destinados a la institución y amenazara con revocar su estatus de exención de impuestos. Ambos procesos están siendo supervisados por la misma jueza.
Antisemitismo y vigilancia en redes sociales: nuevas justificaciones
Entre los argumentos del gobierno, la proclamación acusa a Harvard de no abordar con contundencia los casos de antisemitismo en su campus, así como de priorizar políticas de diversidad, equidad e inclusión que, según la administración Trump, constituyen “discriminación ilegal e inmoral”.
De manera paralela, el Departamento de Estado emitió un cable a todas sus oficinas consulares, ordenando un mayor escrutinio para los solicitantes de visados de Harvard. El mensaje instruye a realizar un análisis detallado de la presencia digital de cada aspirante, incluyendo perfiles en redes sociales, publicaciones e interacciones.
Según el documento, incluso si un solicitante cumple con todos los requisitos para obtener el visado, puede ser rechazado si su historial en línea genera “dudas sobre su credibilidad” o si no tiene redes sociales públicas. Esta política aplica tanto a estudiantes como a profesores, contratistas, visitantes académicos y turistas vinculados a Harvard.
Un caso emblemático sobre educación e inmigración
El litigio entre Harvard y la administración Trump se ha convertido en un caso emblemático del actual debate en torno a la libertad académica, la inmigración y el papel de las universidades en el discurso político nacional. Mientras el gobierno argumenta que busca proteger la seguridad nacional, críticos sostienen que se trata de una ofensiva ideológica contra instituciones que promueven la diversidad y el pensamiento crítico.
Se espera que el caso continúe escalando judicialmente y siente un precedente relevante para cientos de otras instituciones académicas estadounidenses que dependen del talento y la participación de estudiantes internacionales.