La aerolínea regional Silver Airways, con sede en Fort Lauderdale, anunció el miércoles 11 de junio que cancelaba todos sus vuelos y cesaba operaciones de forma inmediata, una decisión que ha afectado a cientos de pasajeros en Florida, las Bahamas y otras zonas del Caribe. El anuncio sorprendió a los viajeros, quienes quedaron varados en aeropuertos como Tampa, Orlando, Fort Lauderdale y Nassau sin recibir notificación previa.
Este cierre repentino marca uno de los colapsos más relevantes en el transporte aéreo regional en lo que va del año. La compañía, que había estado operando bajo el Capítulo 11 de la ley de bancarrotas desde diciembre de 2024, confirmó a través de sus redes sociales que no pudo completar la venta de sus activos ni asegurar la continuidad de sus operaciones.
“Lamentamos informar que cesamos operaciones a partir de hoy, 11 de junio de 2025”, escribió la empresa en su comunicado oficial. Además, explicó que, aunque existía un acuerdo preliminar con un grupo comprador, este último decidió no seguir adelante con el plan de rescate, lo que precipitó el colapso.
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Según el sitio especializado FlightAware, al menos 50 vuelos fueron cancelados el mismo día del anuncio. Solo en el Aeropuerto Internacional de Tampa se suspendieron más de 20 operaciones de Silver Airways. Este hecho afectó a viajeros que no solo buscaban vuelos de ocio o negocios, sino también a residentes de islas que dependían de la aerolínea para su conectividad regular.
Impacto económico y logístico tras el colapso de la aerolínea en Florida
El impacto del anuncio fue inmediato. Pasajeros atrapados en terminales aéreas compartieron en redes sociales escenas de incertidumbre: vuelos cancelados sin explicación, mostradores cerrados y empleados que también fueron notificados de la medida al llegar a trabajar.
Pasajeros abordando un avión de Silver Airways. Foto de archivo: X/ @oswaldo_o
Silver Airways había acumulado deudas cercanas a los 400 millones de dólares, lo que ya generaba preocupación entre sus inversionistas. Además, durante el primer trimestre de 2025, la aerolínea había registrado una alta frecuencia de cancelaciones y demoras, lo que indicaba una progresiva desestabilización.
El analista aeronáutico Henry Harteveldt declaró a CBS News que el cierre era previsible. “No era una cuestión de si ocurriría, sino de cuándo”, afirmó. La decisión pone en jaque a rutas regionales que ya eran escasamente atendidas por aerolíneas mayores, como los vuelos entre Fort Lauderdale y Freeport, o entre San Juan y St. Thomas.
Silver Airways operaba una flota modesta compuesta por aviones ATR de turbohélice, con capacidad limitada pero aptos para pistas cortas en aeropuertos regionales. A través de su subsidiaria, Seaborne Airlines, conectaba destinos como San Juan, St. Croix y St. Thomas, donde ahora no existen reemplazos inmediatos.
A esto se suma la situación laboral de sus empleados, quienes también quedaron en el limbo. La aerolínea no ha especificado cuántos trabajadores serán indemnizados ni si habrá algún tipo de plan de transición. En todo caso, estos empleados deben ahora sumarse al proceso judicial de bancarrota para reclamar compensaciones, al igual que los pasajeros que no puedan obtener reembolsos automáticos.
Colapsa aerolínea en Florida y deja a comunidades aisladas
El cierre de Silver Airways no solo significa un problema inmediato para los pasajeros varados, sino que también representa una amenaza para la conectividad aérea de pequeñas comunidades. La aerolínea era una pieza fundamental del transporte entre zonas poco servidas, uniendo ciudades medianas de Florida con islas en el Caribe donde las grandes aerolíneas no tienen operaciones regulares.
Información de los vuelos. Foto: Pixabay
Según el experto Robert W. Mann Jr., el colapso de la aerolínea en Florida obligará a muchos pasajeros a buscar vuelos en otras compañías, generalmente a precios más elevados y con menos frecuencias. “Los usuarios de estas rutas probablemente verán reducida su movilidad, y no está claro si otras aerolíneas absorberán los itinerarios”, afirmó en declaraciones a USA Today.
En Nassau, Freeport y Marsh Harbour, varias familias quedaron sin vuelos de regreso, y algunos turistas han tenido que pagar boletos de última hora con compañías que cobran hasta tres veces más por trayectos similares.
Silver Airways recomendó a sus clientes no presentarse en los aeropuertos y, en cambio, buscar reembolsos a través de las entidades emisoras de sus tarjetas de crédito. Sin embargo, los consumidores que pagaron en efectivo o por otros medios no tradicionales enfrentan una situación mucho más compleja: deberán sumarse a la lista de acreedores en el proceso de liquidación de la empresa, sin certeza sobre si recuperarán su dinero.
Además, muchas de estas comunidades dependen del transporte aéreo no solo para fines turísticos, sino para acceder a servicios médicos, enviar mercancías y mantener una mínima conexión con el continente. La desaparición de esta aerolínea podría implicar un retroceso en la movilidad y la economía de varias regiones caribeñas.
¿Quién llenará el vacío tras el colapso de la aerolínea en Florida?
Ante la abrupta salida de Silver Airways del mercado, la pregunta clave es quién tomará su lugar. Aunque aerolíneas mayores como JetBlue o American Airlines mantienen vuelos al Caribe, muchas de las rutas que cubría Silver eran económicamente poco rentables para compañías grandes.
Durante la pandemia de COVID-19, aerolíneas regionales más pequeñas como Tailwind o ExpressJet también cesaron operaciones, y algunas de sus rutas quedaron desatendidas por meses. En este caso, las autoridades aeroportuarias y estatales de Florida ya evalúan incentivos para atraer nuevas compañías que cubran los trayectos abandonados.
Por ahora, varias agencias de viaje están ofreciendo alternativas con escalas, lo que encarece y complica aún más los itinerarios. También se ha visto un aumento en la demanda de vuelos charter, sobre todo en rutas entre Miami y Bahamas.
El colapso de esta aerolínea en Florida pone en evidencia las dificultades que enfrentan los operadores regionales para sobrevivir en un mercado dominado por grandes firmas, con márgenes de ganancia cada vez más estrechos y costos operativos que no cesan de aumentar. Para los viajeros, especialmente en la comunidad latina, que usa frecuentemente estos vuelos por vínculos familiares o laborales con el Caribe, la situación representa una barrera adicional de movilidad.