Trump refuerza redadas migratorias en tres grandes ciudades de EE.UU.
El presidente Donald Trump ordenó este domingo 15 de junio intensificar las operaciones de deportación en algunas de las ciudades más grandes de Estados Unidos. Las instrucciones fueron dirigidas directamente al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), con el objetivo de ejecutar lo que calificó como “el mayor programa de deportaciones en la historia del país”.
La orden se centrará en urbes gobernadas por demócratas como Los Ángeles, Chicago y Nueva York, donde la administración considera que existe una alta concentración de inmigrantes en situación irregular. A través de una publicación en redes sociales, Trump afirmó que “millones y millones de extranjeros ilegales” residen en estas ciudades y que el ICE debe actuar con urgencia.
Aumento de arrestos diarios y despliegue operativo
Te Recomendamos
Funcionarios de la Casa Blanca indicaron que ICE tiene la instrucción de alcanzar un promedio de al menos 3.000 arrestos diarios, lo que representa un aumento significativo frente al promedio de 650 detenciones por día registrado durante los primeros meses del actual mandato presidencial.
Este despliegue responde a una estrategia coordinada para intensificar la vigilancia migratoria en centros urbanos considerados “ciudades santuario”, es decir, lugares donde las autoridades locales han limitado su cooperación con agentes federales de inmigración. En estas ciudades, las redadas se centrarán en vecindarios con alta presencia de comunidades migrantes, particularmente latinas.
Trump protege sectores clave de la economía
A pesar de la ofensiva migratoria, la administración ha ordenado al ICE abstenerse temporalmente de realizar redadas en industrias estratégicas como la agricultura, hotelería y servicios alimentarios. Esta decisión responde al impacto económico que podrían tener las detenciones masivas en sectores con alta dependencia de mano de obra migrante.
Un funcionario federal explicó que se busca evitar interrupciones en la producción agrícola y la cadena de suministro, especialmente durante la temporada alta de verano. Granjas, restaurantes y hoteles seguirán bajo observación, pero no serán blanco inmediato de las redadas para evitar afectaciones directas en la economía.
Rechazo de gobiernos locales y movilización comunitaria
Las redadas han generado una fuerte respuesta de líderes locales. El alcalde de Nueva York afirmó que su ciudad no colaborará con operativos federales que “atenten contra los derechos civiles”. En tanto, autoridades de Chicago y Los Ángeles han prometido brindar asesoría legal gratuita a quienes enfrenten procesos de deportación y reforzar sus políticas de protección para inmigrantes.
Organizaciones civiles, abogados migratorios y comunidades religiosas han comenzado a organizar redes de apoyo, centros de información y campañas para documentar posibles abusos durante los operativos. Las protestas también han crecido en barrios con alta densidad migrante, en respuesta al anuncio del presidente.
Stephen Miller, el arquitecto detrás de la ofensiva
La iniciativa forma parte de una estrategia diseñada por Stephen Miller, asesor principal de Trump en materia de inmigración. Conocido por su postura estricta en temas migratorios, Miller ha impulsado políticas orientadas a limitar las vías legales de entrada al país y acelerar las deportaciones.
Bajo su dirección, el gobierno busca aplicar redadas masivas combinadas con un mensaje político firme. Miller ha defendido públicamente que una política migratoria “severa y sostenida” es esencial para mantener la soberanía y el orden interno.
Operación Safeguard: plan de deportación a gran escala
El refuerzo de redadas forma parte de la Operación Safeguard, una iniciativa federal lanzada a comienzos de 2025 para frenar la inmigración irregular en zonas urbanas. Este plan incluye tácticas como arrestos dirigidos, vigilancia comunitaria y coordinación con cuerpos de seguridad locales en estados que se adhieran voluntariamente al programa.
Safeguard está centrada inicialmente en ciudades como Washington D.C., Denver, Filadelfia y especialmente Chicago, donde ya se han realizado reuniones tácticas entre agentes federales para planificar la logística del operativo.
Tom Homan, apodado “el zar de la frontera”, lidera la implementación del programa. Según sus declaraciones, los vuelos de deportación comenzaron en la primera semana del segundo mandato de Trump. La operación cuenta con el respaldo de recursos adicionales, incluida la posibilidad de incorporar policías locales y efectivos de la Guardia Nacional de estados aliados.
Clima de tensión e incertidumbre en comunidades inmigrantes
La aplicación de estas medidas ha generado un clima de temor entre comunidades inmigrantes. Muchos residentes han comenzado a evitar el transporte público, las escuelas y los hospitales por miedo a ser detenidos. Las organizaciones de defensa de derechos humanos alertan sobre un posible aumento en casos de discriminación, separación familiar y violaciones al debido proceso.
Mientras tanto, la Casa Blanca mantiene su postura firme: las redadas continuarán y podrían expandirse a más ciudades si las autoridades locales no colaboran. El país se encuentra ante una nueva etapa de la política migratoria que podría redefinir el panorama de las comunidades migrantes en Estados Unidos.