La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, anunció el lunes una reducción del toque de queda en el centro de la ciudad, tras una noche sin arrestos ni disturbios. Esta medida llega después de varios días marcados por protestas y saqueos que estallaron en respuesta a redadas migratorias ordenadas por el gobierno del presidente Donald Trump.
Según el nuevo horario, el toque de queda comenzará a las 10 de la noche y se extenderá hasta las 6 de la mañana del día siguiente. Esta modificación supone un ajuste de dos horas respecto a la medida anterior, que comenzaba a las 8 p.m.
Toque de queda en Los Ángeles: qué zonas siguen bajo restricción
La zona afectada por el toque de queda sigue siendo una sección de aproximadamente una milla cuadrada en el corazón del centro de Los Ángeles. Esta área incluye los puntos donde se concentraron las manifestaciones más intensas, especialmente en torno a las oficinas gubernamentales y centros comerciales.
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A pesar del ajuste horario, la medida se mantiene vigente y no se ha anunciado una fecha oficial para su finalización. “El toque de queda, junto con los esfuerzos continuos de prevención del delito, han sido en gran medida exitosos para proteger a las tiendas, restaurantes, negocios y comunidades residenciales de los actores perjudiciales que no se preocupan por la comunidad inmigrante”, expresó la alcaldesa Bass en un comunicado difundido el lunes.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, se dirige a los medios durante una rueda de prensa en el Centro de Operaciones de Emergencia de la Ciudad, California, Estados Unidos. EFE/EPA/CAROLINE BREHMAN
La decisión fue tomada luego de que la policía reportara una noche sin arrestos ni incidentes graves, lo cual sugiere una disminución de la violencia, el vandalismo y los saqueos que habían marcado las jornadas anteriores.
Protestas y despliegue militar tras operativos migratorios
El toque de queda fue implementado el pasado 10 de junio, luego de que 23 negocios resultaran saqueados durante los disturbios que siguieron a las redadas migratorias. La violencia llevó a la alcaldesa a declarar que la ciudad había alcanzado “un punto de inflexión”.
En respuesta a las protestas, el presidente Donald Trump ordenó el despliegue de cerca de 4.000 elementos de la Guardia Nacional y 700 marines para reforzar la seguridad en la segunda ciudad más grande del país. Esta decisión fue criticada por líderes locales y defensores de los derechos civiles, quienes la consideraron una respuesta desproporcionada ante una protesta que, en muchos sectores, fue pacífica.
Trump también instruyó a las autoridades de inmigración a priorizar las deportaciones en ciudades con gobiernos demócratas, lo que intensificó la tensión en Los Ángeles y otras urbes donde se organizaron marchas multitudinarias en rechazo a sus políticas.
Comunidades latinas bajo presión
El toque de queda en Los Ángeles ha afectado especialmente a los residentes latinos, muchos de los cuales trabajan en turnos nocturnos o dependen del transporte público para movilizarse durante la noche. Organizaciones locales han denunciado que las medidas de seguridad limitan injustamente los derechos de los inmigrantes, quienes ya viven bajo una constante amenaza de deportación.
La policía detiene a un manifestante durante una protesta contra las recientes redadas del ICE en Los Ángeles, California, Estados Unidos. EFE/EPA/ALLISON DINNE
“El gobierno no puede seguir criminalizando la protesta ni usar a la comunidad latina como chivo expiatorio de su fracaso migratorio”, declaró a medios locales una portavoz de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA).
A pesar de la tensión, la reducción del horario de restricción es vista como una señal positiva por sectores empresariales del centro, que han sufrido pérdidas económicas por el cierre temprano de locales y la disminución del flujo de clientes.
¿Cuándo terminará el toque de queda en Los Ángeles?
Hasta el momento, la alcaldesa Bass no ha precisado cuándo se levantará por completo el toque de queda en Los Ángeles. La continuidad de la medida dependerá, en gran parte, del comportamiento de las protestas y de la respuesta del gobierno federal a las críticas.
Mientras tanto, líderes comunitarios y organizaciones de derechos civiles han solicitado que las autoridades dialoguen con los manifestantes y promuevan soluciones a largo plazo que incluyan la protección de los derechos de los inmigrantes y el retiro del despliegue militar de las calles.
Las manifestaciones, aunque han disminuido en intensidad, continúan en varios puntos de la ciudad. El mensaje de los participantes sigue siendo claro: rechazo a las políticas migratorias de Trump y demanda de respeto para las comunidades latinas.