Bernie Sanders busca impedir ataque de Trump a Irán: Así lo hará
El senador Bernie Sanders encabeza un esfuerzo demócrata para frenar cualquier acción militar del presidente Donald Trump contra Irán, en medio de una escalada de tensiones en Oriente Medio. Este martes, Sanders y varios legisladores presentaron una resolución que exige la autorización del Congreso antes de que Estados Unidos pueda usar la fuerza contra la República Islámica, en un intento por evitar una guerra regional.
Una resolución contra la guerra
Bautizada como “No a la guerra con Irán”, la iniciativa de Sanders busca reforzar el poder exclusivo del Congreso para declarar la guerra, según lo estipulado en la Constitución de Estados Unidos. En un comunicado, el senador por Vermont criticó los recientes ataques israelíes contra instalaciones iraníes, ordenados por el primer ministro Benjamín Netanyahu, calificándolos como una violación del derecho internacional. “Estos ataques corren el riesgo de desencadenar una guerra regional devastadora”, afirmó Sanders, subrayando que Trump no tiene autoridad para iniciar un conflicto sin el respaldo del Congreso.
La resolución cuenta con el apoyo de senadores demócratas clave, incluidos Peter Welch, Elizabeth Warren, Jeff Merkley, Chris Van Hollen, Ed Markey, Tammy Baldwin y Tina Smith. La medida refleja la creciente preocupación entre los legisladores por la retórica beligerante de Trump y su historial de decisiones unilaterales en política exterior.
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El rol del Congreso en la autorización militar
Paralelamente, el senador Tim Kaine presentó una resolución complementaria que urge al Congreso a debatir y votar antes de autorizar cualquier acción militar estadounidense contra Irán. “No podemos permitir que el presidente tome decisiones de guerra sin el consentimiento de los representantes del pueblo”, señaló Kaine. Ambas iniciativas buscan limitar la capacidad de Trump para ordenar operaciones militares significativas, aunque la Constitución permite al presidente ejecutar acciones limitadas sin aprobación previa.
El esfuerzo demócrata llega en un momento crítico, tras cinco días de enfrentamientos entre Israel e Irán. Los bombardeos israelíes contra instalaciones estratégicas iraníes han dejado decenas de víctimas civiles, mientras que los contraataques iraníes con misiles han intensificado el conflicto. Aunque el Pentágono ha negado la participación de Estados Unidos en los ataques israelíes, las declaraciones de Trump han avivado las especulaciones sobre un posible involucramiento.
Trump y la crisis en Oriente Medio
El presidente Trump abandonó abruptamente la cumbre del G7 en Canadá el lunes para regresar a Washington y reunirse con su Consejo de Seguridad Nacional. En un mensaje publicado en Truth Social, Trump afirmó que Estados Unidos mantiene un “control total” sobre el espacio aéreo iraní, destacando la superioridad de los sistemas de rastreo estadounidenses. Estas declaraciones, sin pruebas públicas que las sustenten, han generado críticas por exacerbar las tensiones en la región.
La postura de Trump también está ligada al colapso del acuerdo nuclear con Irán, del que Estados Unidos se retiró en 2018 durante su primer mandato. Recientemente, el presidente impuso un ultimátum a Teherán para negociar un nuevo pacto, un plazo que expiró sin avances. Algunos analistas sugieren que los ataques israelíes podrían estar relacionados con esta presión, aunque la Casa Blanca no ha confirmado ninguna coordinación.
Reacciones y contexto internacional
La iniciativa de Sanders ha sido aplaudida por grupos pacifistas y sectores progresistas, que ven en ella un intento de frenar lo que consideran una política exterior impulsiva de Trump. Sin embargo, republicanos cercanos al presidente han calificado la resolución como un obstáculo a la seguridad nacional, argumentando que el presidente necesita flexibilidad para responder a amenazas.
En el ámbito internacional, la ONU ha instado a Israel e Irán a cesar las hostilidades, mientras que aliados europeos han expresado preocupación por la retórica de Trump. En Irán, el gobierno ha denunciado las afirmaciones del presidente como una provocación, prometiendo fortalecer sus defensas. Mientras tanto, el Congreso de Estados Unidos se prepara para un debate que podría definir el rumbo de la política exterior estadounidense en esta crisis.