Texas frena el muro: ¿Un giro en la política migratoria de Abbott?
Texas ha detenido el financiamiento para nuevos tramos del muro fronterizo con México, marcando un cambio significativo en la estrategia del gobernador Greg Abbott, quien hace cuatro años priorizó la construcción de la barrera como pilar de su política migratoria. Este giro, impulsado por el nuevo presupuesto estatal y las medidas del presidente Donald Trump, refleja una reorientación de recursos hacia otras iniciativas de seguridad fronteriza.
Fin del financiamiento para el muro
El presupuesto estatal aprobado en junio de 2025 no incluye fondos adicionales para extender el muro fronterizo, un proyecto que Abbott promovió con una inversión de miles de millones de dólares desde 2021. Hasta ahora, Texas ha construido solo 104 kilómetros de los 1,930 kilómetros de frontera que comparte con México, enfrentándose a obstáculos como la adquisición de tierras privadas y la oposición de comunidades locales. En un esfuerzo inusual, Abbott incluso solicitó donaciones privadas para financiar el proyecto, asegurando que contaba con el respaldo de muchos estadounidenses.
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La oficina del gobernador justificó el cambio, señalando que las políticas migratorias de Trump, que incluyen deportaciones masivas y un reforzamiento federal de la frontera, han permitido al estado reasignar recursos. “Gracias al liderazgo audaz del presidente Trump, Texas puede ajustar sus esfuerzos de seguridad fronteriza”, afirmó Andrew Mahaleris, portavoz de Abbott.
Operación Lone Star toma protagonismo
El nuevo presupuesto destina 3,400 millones de dólares a seguridad fronteriza durante los próximos dos años, una cifra significativamente menor a los 6,500 millones aprobados en 2023. Estos fondos se canalizarán principalmente hacia la Operación Lone Star, lanzada por Abbott en 2021 para reforzar la vigilancia en la frontera mediante el Departamento de Seguridad Pública de Texas y la Guardia Nacional. A diferencia de años anteriores, el enfoque ahora está en patrullas, tecnología de vigilancia y coordinación con autoridades federales, en lugar de la construcción de nuevas secciones del muro.
La senadora republicana Joan Huffman, quien lideró la redacción del presupuesto, aseguró que los 2,500 millones de dólares restantes de fondos previos permitirán completar hasta 136 kilómetros adicionales de muro para 2026. Sin embargo, Huffman enfatizó que estos esfuerzos están diseñados para “preparar el terreno” para las políticas federales de Trump.
Críticas y oposición local
El freno al financiamiento ha generado reacciones encontradas. Grupos ambientalistas y activistas, como Scott Nicol de Friends of the Wildlife Corridor, han celebrado la decisión, calificando el muro como “ineficaz” y perjudicial para los ecosistemas del Valle del Río Grande. “No había necesidad de construirlo en primer lugar”, afirmó Nicol, señalando que el proyecto ha dividido comunidades y dañado hábitats naturales.
Por otro lado, Bekah Hinojosa, cofundadora de South Texas Environmental Justice Network, denunció el impacto social del muro, argumentando que “separa familias y comunidades” sin abordar las causas profundas de la migración. La oposición local también ha destacado las dificultades logísticas, como la lenta adquisición de tierras privadas, que han retrasado el proyecto desde su inicio.
Un cambio impulsado por la política federal
El declive en los cruces migratorios durante 2025, atribuido a las estrictas políticas migratorias de Trump, ha reducido la presión sobre Texas para continuar con el muro. En 2021, cuando Abbott anunció el proyecto, la frontera enfrentaba un aumento significativo de llegadas de migrantes. Sin embargo, datos recientes muestran una caída drástica en los cruces, lo que ha permitido al estado justificar la reasignación de fondos.