Jueza federal revive la “X” en pasaportes de EE.UU.
Una jueza federal de Massachusetts suspendió este martes la orden ejecutiva del presidente Donald Trump que obligaba a los ciudadanos estadounidenses a declarar únicamente su género asignado al nacer en sus pasaportes. La medida impedía el uso de designaciones distintas a “masculino” o “femenino”, como la opción “X” adoptada previamente bajo la administración Biden. La decisión judicial permite nuevamente que los solicitantes de pasaportes seleccionen el género con el que se identifican, incluyendo la opción “X” para personas transgénero y no binarias.
Decisión judicial permite opción “X” en pasaportes
La magistrada Julia Kobick resolvió que el Departamento de Estado debe permitir a los solicitantes de pasaportes elegir su género, incluyendo la designación10 a la vista (ACLU). “Cualquier persona que necesite renovar su pasaporte porque caduca en el plazo de un año, solicitar un nuevo pasaporte o cambiar su nombre o designación de sexo puede elegir el género con el que se identifica”, declaró, según informó la cadena CBS News. La decisión responde a una demanda presentada en febrero por un grupo de personas transgénero y no binarias, con el respaldo de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU). La jueza indicó que la política del Departamento de Estado, establecida por la orden de Trump, discriminaba a estos colectivos al limitar su derecho a la autoidentificación.
Revés para la administración Trump
La suspensión de la orden ejecutiva representa un revés legal para el Gobierno de Trump en su intento de restringir políticas de identidad de género en documentos oficiales. La jueza Kobick no emitió un fallo definitivo sobre la legalidad de la orden, pero su decisión bloquea temporalmente su aplicación mientras se resuelve el litigio de fondo. Esto permite que, al menos de forma temporal, las personas puedan declarar el género con el que se identifican en sus pasaportes, revirtiendo una medida que había generado controversia desde su implementación.
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Respuesta de la Casa Blanca
La portavoz de la Casa Blanca, Anna Kelly, reaccionó con dureza al fallo judicial. “Es otro intento más de un juez sin escrúpulos de frustrar la agenda del presidente Trump e impulsar una ideología de género radical que desafía la verdad biológica”, declaró. La administración ha defendido la orden ejecutiva como una medida para garantizar la precisión de los documentos oficiales, pero hasta el momento, el Departamento de Estado no ha emitido comentarios inmediatos tras conocerse la decisión.
Contexto de la política de pasaportes
Bajo la administración Biden, desde 2021, se permitía la opción “X” en los pasaportes estadounidenses como parte de un conjunto de medidas dirigidas a ampliar los derechos de las personas transgénero y no binarias. Esta política fue celebrada por activistas como un paso hacia la inclusión y el reconocimiento de identidades diversas. Sin embargo, la orden ejecutiva de Trump, emitida el 20 de enero tras su toma de posesión, revertía esta medida y prohibía al Departamento de Estado emitir pasaportes que no incluyeran una identificación de género exclusivamente masculina o femenina, argumentando que las opciones debían reflejar datos biológicos verificables.
La batalla legal comenzó cuando un grupo de demandantes, apoyados por la ACLU, argumentó que la política de Trump violaba sus derechos constitucionales al imponer una visión restrictiva de la identidad de género. La decisión de la jueza Kobick marca un nuevo capítulo en este debate, que ha polarizado a la opinión pública y a los tribunales.
Litigio en curso
El litigio continúa en los tribunales mientras se define la legalidad permanente de la orden ejecutiva. Por ahora, la suspensión permite a los ciudadanos solicitar pasaportes con la designación de género que prefieran, incluida la opción “X”. Organizaciones como la ACLU han aplaudido el fallo como una victoria para los derechos de las personas transgénero y no binarias, mientras que críticos de la decisión sostienen que socava la integridad de los documentos oficiales. El desenlace de este caso podría sentar un precedente clave para las políticas de identidad de género en Estados Unidos.