Alaska tiembla: Juneau azotada por tormenta eléctrica
La capital de Alaska, Juneau, enfrentó un evento meteorológico poco común el pasado lunes: una tormenta eléctrica severa que azotó la ciudad con fuertes vientos y dejó daños a su paso. Con una población de unos 32,000 habitantes y un clima típicamente invernal, Juneau registra tormentas eléctricas solo cada dos años, lo que hace que este fenómeno sea excepcional. La intensidad del evento llevó al Servicio Meteorológico Nacional (NWS) a emitir la primera advertencia de tormenta severa en la historia de la ciudad, alertando sobre ráfagas de viento de hasta 96 km/h y granizo.
Histórica advertencia de tormenta severa
A las 3:26 p.m. hora de Alaska, el NWS emitió una advertencia sin precedentes para Juneau, señalando que la tormenta se desplazaba sobre Douglas Boat Harbor hacia el noroeste a 48 km/h. Esta fue la primera advertencia de tormenta severa para la ciudad y la segunda en la historia de la oficina meteorológica local, tras una emitida en 2019 para Misty Fjords. Sin radar Doppler funcional en la zona —el más cercano, en la isla de Biorka, está a 160 km y bloqueado por montañas—, los meteorólogos recurrieron a datos satelitales y a la Red Nacional de Detección de Rayos para rastrear el fenómeno.
Brian Bezenek, meteorólogo jefe en Juneau, explicó: “Usamos detección de rayos por satélite y temperaturas de la cima de las nubes para seguir su movimiento”. La advertencia destacó el riesgo de vientos destructivos y granizo del tamaño de un centavo, algo inusual para esta región del sureste de Alaska.
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Daños causados por la tormenta
La tormenta dejó su marca en varios puntos de Juneau. En el centro de la ciudad, el edificio federal registró ráfagas de viento de hasta 100 km/h a las 3:10 p.m., mientras que la estación de la Guardia Costera reportó 76 km/h. En el área de Mendenhall Valley, cerca de Lemon Creek, árboles fueron derribados, y en Twin Lakes, un dosel fue arrancado por la fuerza del viento. Una estación meteorológica en Rocky Island, al este de Hoonah, también midió ráfagas de 76 km/h.
El NWS clasifica como tormenta severa cualquier evento con vientos superiores a 92.5 km/h, lo que confirma la magnitud de este incidente. Aunque no se reportaron heridos, los daños materiales evidencian el impacto de un fenómeno que tomó por sorpresa a los residentes.
Condiciones que desataron el caos
El evento fue impulsado por una baja presión ubicada al sureste de Juneau, sobre el noreste del Pacífico. Según Bezenek, las tormentas se desplazaban hacia el noreste en un “bolsillo de giro”, y el terreno montañoso de Alaska intensificó el movimiento ascendente del aire, agravando la tormenta. Aunque las tormentas eléctricas ocurren ocasionalmente en la franja de Alaska y la Columbia Británica durante el verano, suelen ser débiles. “Emitimos advertencias marinas para ráfagas de 64 a 80 km/h, pero esto fue mucho más intenso”, señaló el meteorólogo.
Foto: ERIK S. LESSER/ EFE
Este tipo de condiciones, combinadas con la geografía local, explican por qué la tormenta alcanzó niveles históricos. Los habitantes de Juneau, poco acostumbrados a truenos y relámpagos, se vieron enfrentados a un recordatorio de la fuerza impredecible de la naturaleza en una región donde los eventos meteorológicos extremos son raros.