Trump ondea su visión: Banderas gigantes en la Casa Blanca
El presidente Donald Trump marcó un nuevo hito en su agenda patriótica al instalar dos banderas estadounidenses colosales en los jardines norte y sur de la Casa Blanca este miércoles. Con mástiles de 30 metros financiados por él mismo, Trump calificó el acto como una “corrección histórica” destinada a reforzar el simbolismo nacional. La iniciativa, que ha generado tanto aplausos como críticas, refleja el enfoque del presidente en transformar los espacios emblemáticos de la nación con su visión personal.
Un acto de patriotismo
En una ceremonia en el Jardín Sur, Trump supervisó el izado de las banderas, declarando que la Casa Blanca “llevaba dos siglos necesitando” este símbolo visible de orgullo estadounidense. “Estos son los mástiles más magníficos del mundo: altos, inoxidables, de la más alta calidad”, afirmó en Truth Social. Hasta ahora, la única bandera en la Casa Blanca ondeaba desde la azotea, menos visible para el público. Los nuevos mástiles, que costaron 50,000 dólares cada uno y fueron pagados por Trump, buscan proyectar una imagen de fortaleza y unidad.
Detalles de la instalación
Los mástiles, diseñados con cuerda interior y fabricados en acero inoxidable, miden 30 metros, casi el doble de la altura estándar de los postes residenciales. Cada bandera, de 10 por 19 metros, es visible desde varios puntos de Washington D.C., incluyendo el National Mall. Trump saludó al equipo de instalación y participó en el primer izado, un evento que atrajo a decenas de periodistas y simpatizantes. La Casa Blanca no ha revelado el costo total del proyecto, pero fuentes estiman que la logística y las banderas elevaron el gasto a más de 120,000 dólares.
Te Recomendamos
Cambios estéticos en la Casa Blanca
La instalación de las banderas es parte de una serie de transformaciones impulsadas por Trump desde su regreso al poder en enero. Entre los cambios destacan la sustitución de una magnolia centenaria en el Jardín Sur, considerada enferma, por un roble rojo, y la pintura dorada de los acabados del Despacho Oval, que ha generado críticas por su costo estimado de 200,000 dólares. Además, Trump anunció planes para pavimentar la Rosaleda, diseñada en 1962, para facilitar eventos oficiales, un proyecto que enfrenta oposición de historiadores que temen la pérdida de su valor patrimonial.
Reacciones divididas
La iniciativa ha polarizado opiniones. Seguidores de Trump, que representan el 47% de los votantes según una encuesta de Gallup de mayo, celebraron las banderas como un símbolo de renovación patriótica. En Truth Social, usuarios elogiaron al presidente por “devolver el orgullo a América”. Sin embargo, críticos, incluidos demócratas y conservacionistas, acusaron a Trump de usar fondos personales para “marcar territorio” en un espacio público. La representante Nancy Pelosi tuiteó que los cambios “desvirtúan la historia de la Casa Blanca”. El Servicio de Parques Nacionales, que supervisa los jardines, no comentó sobre el impacto a largo plazo.
Contexto político
La instalación ocurre en un momento en que Trump refuerza su imagen de líder nacionalista, tras decisiones como el despliegue de aviones militares hacia Europa y su presión a Rusia para resolver el conflicto en Ucrania. Las banderas gigantes se alinean con su retórica de “América Primero”, que resuena entre su base, especialmente en estados republicanos donde el 62% aprueba su gestión, según Rasmussen Reports. Sin embargo, analistas señalan que estas acciones también buscan desviar la atención de controversias, como la demanda del Departamento de Justicia contra Kentucky por matrículas a indocumentados.
Significado simbólico
Las banderas, visibles desde el Monumento a Washington, han transformado el paisaje de la Casa Blanca, atrayendo a turistas que, según el Servicio de Parques Nacionales, sumaron 1.2 millones de visitantes en 2024. Trump afirmó que los mástiles “permanecerán erguidos por décadas”, sugiriendo un legado duradero. Mientras algunos ven el gesto como un homenaje al patriotismo, otros lo interpretan como una extensión de la personalidad de Trump, conocida por su gusto por lo grandioso. La Casa Blanca planea iluminar los mástiles por las noches, asegurando que las banderas sean un punto focal permanente en la capital.