El presidente Donald Trump ha vuelto a centrar su discurso político en las elecciones de 2020, al exigir una nueva investigación que, según él, debe esclarecer lo que califica como el “fraude más grande en la historia de Estados Unidos”. Aunque tanto tribunales estatales como federales han desestimado estas afirmaciones por falta de pruebas, Trump mantiene que la elección que perdió frente a Joe Biden fue manipulada.
En un nuevo mensaje publicado en su red Truth Social, el republicano insistió en que existen “pruebas masivas y abrumadoras” de fraude electoral, aunque no presentó evidencia concreta. Además, pidió que se designe un investigador especial para reabrir el caso de las elecciones presidenciales de 2020.
Trump insiste en investigar las elecciones de 2020 sin pruebas verificables
Esta no es la primera vez que Trump lanza acusaciones sin fundamento sobre el proceso electoral. Desde la madrugada del 4 de noviembre de 2020, cuando los resultados comenzaron a inclinarse a favor del candidato demócrata, Trump ha sostenido que fue víctima de un fraude. Sin embargo, tanto el Departamento de Justicia bajo su administración como la Comisión Federal de Elecciones han declarado que no se encontraron irregularidades significativas.
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El expresidente de Estados Unidos Donald Trump. EFE/EPA/Shawn Thew
Más de 60 demandas presentadas por su equipo legal fueron desestimadas por jueces a lo largo del país. A pesar de ello, Trump insiste en que los votos por correo fueron manipulados y que algunos estados permitieron la votación de personas no habilitadas. Su insistencia ha alimentado teorías conspirativas entre su base política, que continúa desconfiando del sistema electoral estadounidense.
La investogación como estrategia electoral
Analistas políticos señalan que Trump ha convertido las denuncias sobre las elecciones en una pieza central de su campaña para regresar a la Casa Blanca en 2024. Para muchos votantes conservadores, la narrativa del fraude electoral se ha convertido en una cuestión de identidad política, reforzada por medios de comunicación afines y figuras del Partido Republicano que temen contradecir al presidente.
Algunos expertos interpretan esta estrategia como un intento de deslegitimar futuros resultados adversos, mientras que otros la consideran una forma de mantener movilizada a su base más leal. La insistencia de Trump también ha contribuido a que legislaturas estatales controladas por republicanos impulsen leyes más restrictivas sobre el voto por correo y el registro electoral.
Foto: Mark Lyons/EFE
Recientemente, un tribunal federal suspendió provisionalmente parte de una orden ejecutiva de Trump que pretendía modificar el sistema de registro de votantes. Esta orden buscaba exigir una verificación documental obligatoria de ciudadanía y anular cualquier voto por correo que llegara después del cierre de urnas, algo que, según expertos, afectaría desproporcionadamente a comunidades latinas, afroamericanas y jóvenes votantes.
Petición de investigación mientras enfrenta procesos legales
La nueva petición de investigación llega mientras Trump enfrenta varias causas judiciales, incluyendo cargos relacionados con su intento de revertir los resultados electorales de Georgia, su papel en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 y acusaciones de mal manejo de documentos clasificados.
En ese contexto, su renovada presión para reabrir la investigación sobre las elecciones de 2020 podría servir también como una distracción o como una herramienta para desacreditar a quienes lo investigan. En su mensaje de Truth Social, Trump atacó directamente a Biden, acusándolo de liderar un gobierno “corrupto y repugnante”, y aseguró que lo ocurrido en 2020 “no puede volver a repetirse”.
Pese a que no hay señales de que el Congreso o el Departamento de Justicia vayan a seguir sus pedidos, el tema continúa dominando la agenda política republicana. Sectores moderados del partido han mostrado preocupación por esta estrategia, ya que consideran que podría alejar a votantes independientes. No obstante, hasta el momento, Trump lidera las encuestas internas del Partido Republicano.
Organismos independientes, como la organización Verified Voting, han reiterado que el sistema electoral estadounidense es uno de los más seguros del mundo. La Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA) declaró en 2020 que las elecciones fueron “las más seguras de la historia del país”. Aun así, el presidente se mantiene firme en su postura y busca imponerla como verdad política entre sus seguidores.