La reciente nominación de Donald Trump al Premio Nobel de la Paz por su papel en el acuerdo de alto el fuego entre Israel e Irán ha generado una mezcla de elogios y críticas tanto en Estados Unidos como en la comunidad internacional. La propuesta, impulsada por el congresista republicano Buddy Carter, destaca el rol del exmandatario en la firma de un acuerdo que puso fin, al menos temporalmente, a una escalada bélica que había encendido las alarmas en Medio Oriente.
Según Carter, Trump desempeñó un “papel histórico y extraordinario” en la resolución del conflicto, al lograr lo que, en sus palabras, “muchos creían imposible”: un cese de hostilidades entre dos enemigos históricos. En una carta enviada al Comité Noruego del Nobel, el legislador de Georgia elogió la determinación del presidente al “impedir que el mayor Estado patrocinador del terrorismo del mundo obtuviera el arma más letal del planeta”.
La nominación de Trump al Nobel de la Paz genera controversia
La nominación de Trump al Nobel de la Paz no es inédita. Durante su mandato, fue propuesto en varias ocasiones por legisladores conservadores, principalmente por sus esfuerzos en acuerdos diplomáticos como los Acuerdos de Abraham. Sin embargo, esta nueva nominación toma especial relevancia en medio de una tensa coyuntura geopolítica, marcada por ataques cruzados, amenazas nucleares y la intervención directa de Estados Unidos en operaciones militares en la región.
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El congresista Carter sostuvo que la influencia de Trump fue clave para lograr una tregua “rápida y eficaz”, y que su accionar ofrece “un rayo de esperanza poco común” en un escenario históricamente plagado de violencia. A pesar de ello, diversas voces han señalado que el papel de Trump en el conflicto no ha sido precisamente pacificador, especialmente considerando que el alto el fuego llegó tras una serie de bombardeos dirigidos por Estados Unidos a instalaciones nucleares iraníes.
La carta enviada para nominar a Donald Trump al Premio Noble de la Paz. Foto: X/@srdmk01
En su red social Truth Social, el presidente celebró la nominación y se mostró orgulloso de los ataques realizados en Isfahán, Natanz y Fordo. “Ha sido un gran honor para mí destruir sus capacidades nucleares”, escribió, refiriéndose a los bombardeos que provocaron reacciones internacionales encontradas.
¿Trump, Nobel de la Paz? Reacciones y cuestionamientos
Organismos de derechos humanos y líderes políticos alrededor del mundo han manifestado su escepticismo ante la propuesta. Para muchos, nominar a Trump al Nobel de la Paz tras haber liderado bombardeos no solo es contradictorio, sino que socava la esencia del galardón, que busca reconocer esfuerzos genuinos en la promoción de la paz mundial.
Aun así, sus partidarios aseguran que el uso de la fuerza fue necesario para evitar una guerra prolongada y que su estrategia —por controversial que sea— logró su objetivo: detener las hostilidades. Algunos medios conservadores estadounidenses han empezado a catalogar la nominación como un acto de justicia histórica, mientras que otros, tanto dentro como fuera del país, la ven como un intento político para fortalecer su imagen de cara a las elecciones de 2026.
Protestas contra la Administración Trump. Foto: EFE
Por su parte, analistas internacionales advierten que la frágil tregua aún está en una etapa inicial, y que podría romperse fácilmente si no hay un compromiso sostenido de ambas partes. “No se puede hablar de paz real cuando el acuerdo llega tras una ofensiva militar y sin una negociación diplomática formal entre los involucrados”, opinó el especialista en relaciones internacionales Hadi Farsan desde Ginebra.
¿Qué sigue tras la nominación de Trump al Nobel de la Paz?
El proceso de selección para el Nobel de la Paz es reservado y se realiza cada año por un comité designado por el Parlamento noruego. Aunque cualquier parlamentario en funciones puede nominar candidatos, la elección final está en manos de cinco miembros independientes, que analizan cada propuesta según los criterios históricos del premio.
La nominación de Trump será considerada junto a otras decenas de postulaciones. En años anteriores, entre los candidatos han figurado desde activistas hasta organizaciones internacionales, pasando por líderes mundiales con trayectorias consolidadas en el campo humanitario o diplomático.
Por ahora, la nominación de Trump al Nobel de la Paz es simbólica, pero no deja de ser un gesto con fuerte carga política y mediática. En un contexto en el que el presidente busca mantener influencia en el Partido Republicano y perfilarse para un nuevo mandato, cada acción pública se interpreta como parte de una estrategia electoral más amplia.
Desde ya, su postulación reabre el debate sobre qué significa realmente trabajar por la paz: ¿es prevenir la guerra con negociaciones o evitarla con ataques preventivos? Mientras algunos lo ven como un artífice de la estabilidad regional, otros lo señalan como el detonante de un nuevo capítulo de tensión internacional.