Tregua con Irán pende de un hilo mientras Trump presiona a Israel y Teherán celebra una «victoria histórica».
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El alto el fuego entre Israel e Irán, anunciado por el presidente Donald Trump, pende de un hilo apenas 24 horas después de su entrada en vigor. La tregua, que buscaba poner fin a 12 días de intensos combates, ha sido sacudida por acusaciones mutuas de violaciones, con Israel e Irán señalándose como responsables de nuevos ataques. Mientras Trump presiona a Israel para mantener la calma, Irán proclama una “victoria histórica” tras lo que describe como una “guerra impuesta” por Israel. En medio de este frágil equilibrio, Estados Unidos defiende sus recientes ataques como un golpe significativo al programa nuclear iraní, mientras Teherán insiste en que sus ambiciones nucleares siguen intactas. La comunidad internacional permanece en alerta, temiendo que la paz colapse ante la mínima provocación.
Un alto el fuego bajo fuego cruzado
La Casa Blanca anunció un “alto el fuego total y completo” entre Israel e Irán, según un comunicado oficial del presidente Trump. La tregua, mediada por Estados Unidos con apoyo de actores regionales, establecía que Irán detendría sus ataques a medianoche (hora del este), y que Israel haría lo propio 12 horas después, al mediodía. Sin embargo, la implementación del acuerdo se vio comprometida por una serie de incidentes que han intensificado las tensiones.
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Según el Ministerio de Defensa de Israel, Irán lanzó misiles hacia territorio israelí horas después del inicio de la tregua, incluyendo ataques a las 7:06 a.m. y 10:25 a.m. (hora local de Israel). Uno de estos misiles impactó un edificio residencial en Beersheba, dejando cuatro muertos y 20 heridos leves, según un comunicado oficial del gobierno israelí. En respuesta, Israel llevó a cabo un ataque limitado contra un radar cerca de Teherán, según la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu. Irán, por su parte, negó haber violado el acuerdo y acusó a Israel de realizar tres oleadas de bombardeos hasta las 9:00 a.m. (hora de Teherán), según la agencia estatal IRNA.
Intervención de Trump y tensiones con Israel
El presidente Trump expresó su frustración con ambos países, pero apuntó especialmente a Israel. En declaraciones a la prensa, antes de partir a una cumbre de la OTAN, Trump afirmó: “Tan pronto como hicimos el acuerdo, Israel salió y lanzó una cantidad de bombas como nunca antes había visto. No estoy contento con Israel”. Tras una conversación telefónica con Netanyahu, Trump fue “excepcionalmente firme” al exigir que Israel detuviera sus ataques, según un funcionario de la Casa Blanca. Como resultado, Israel canceló bombardeos adicionales y limitó su respuesta a un ataque contra un radar iraní, según la oficina de Netanyahu.
Netanyahu, en un comunicado posterior, afirmó que Israel había alcanzado sus objetivos, incluyendo “golpes severos” a la infraestructura militar y nuclear de Irán, y aseguró que respetaría el alto el fuego siempre que Irán lo haga. Sin embargo, el embajador de Israel ante la ONU, Danny Danon, advirtió en una sesión del Consejo de Seguridad que cualquier violación de la tregua enfrentaría una respuesta “contundente”, subrayando la postura defensiva de Israel.
La «victoria histórica» de Irán
En Teherán, el presidente iraní, Masoud Pezeshkian, celebró el alto el fuego como una “victoria histórica” tras la “guerra de 12 días impuesta” por Israel. En un discurso transmitido por IRNA, Pezeshkian afirmó que las fuerzas iraníes resistieron con éxito los ataques y demostraron su capacidad defensiva. Sin embargo, el ministro de Asuntos Exteriores, Seyed Abbas Araghchi, matizó que no existe un “acuerdo formal” de alto el fuego, aunque Irán detendría sus ataques si Israel hacía lo mismo a partir de las 4:00 a.m. (hora de Teherán). Según el Ministerio de Salud iraní, los ataques israelíes dejaron 610 muertos y 4,746 heridos, incluyendo un científico nuclear, lo que ha alimentado la retórica beligerante de Teherán.
El impacto en el programa nuclear iraní
Estados Unidos ha defendido sus acciones como un golpe significativo al programa nuclear de Irán. En una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, el embajador estadounidense afirmó que los ataques liderados por EE.UU. “debilitaron sustancialmente” la capacidad de Irán para desarrollar un arma nuclear. Trump reforzó esta postura, declarando en una conferencia de prensa que “Irán nunca reconstruirá su programa nuclear” tras los daños infligidos. Sin embargo, Irán desmintió estas afirmaciones. En la misma sesión de la ONU, el representante iraní aseguró que los intentos de obligar a Teherán a abandonar su programa nuclear “han fracasado estrepitosamente”. Según un análisis de The New York Times, los ataques estadounidenses e israelíes dañaron instalaciones nucleares clave, pero solo retrasaron el programa nuclear iraní “unos meses”, según expertos en proliferación nuclear.

Imagen satelital de Maxar Technologies que muestra el daño de ataque de EE.UU. a la instalación de Isfahán, pieza clave del programa nuclear de Irán, el 22 de junio de 2025. EFE/Maxar Technologies
Trump también aclaró que EE.UU. no busca un cambio de régimen en Irán. “No queremos cambiar su gobierno, queremos que dejen de amenazar al mundo”, afirmó en su declaración. A pesar de esto, funcionarios de seguridad estadounidenses, según el Departamento de Defensa, continúan vigilando posibles amenazas relacionadas con Irán, incluyendo ataques cibernéticos y misiles dirigidos a bases estadounidenses en la región.
Un equilibrio precario
El alto el fuego sigue siendo vulnerable a las provocaciones de ambos lados. Las acusaciones mutuas de violaciones, combinadas con la retórica beligerante de Israel e Irán, mantienen a la región al borde de una nueva escalada. La intervención de Trump ha logrado frenar temporalmente los ataques, pero la desconfianza entre las partes y las afirmaciones contradictorias sobre el programa nuclear iraní sugieren que la tregua es, en el mejor de los casos, un respiro frágil en un conflicto profundamente arraigado.