Roosevelt Hotel deja de recibir migrantes en Nueva York
La ciudad de Nueva York cerró el martes 24 de junio de 2025 el centro de recepción de migrantes en el Roosevelt Hotel, un emblemático edificio de Manhattan que, desde 2022, fue clave en la respuesta a la crisis migratoria. La clausura, que marca el fin de una etapa significativa, refleja una disminución en las llegadas de solicitantes de asilo, pero también genera preocupaciones sobre el futuro de los migrantes reubicados.
Fin de operaciones en el Roosevelt
Ubicado cerca de Grand Central Terminal, el Roosevelt Hotel, con más de 1,000 habitaciones, dejó de funcionar como centro de recepción el lunes 24 de junio. Para el martes por la tarde, el edificio estaba vacío, según la oficina del alcalde Eric Adams. Durante casi dos años, el hotel fue un punto de registro para más de 173,000 de los 237,000 solicitantes de asilo que llegaron a la ciudad desde abril de 2022. Miles de familias hicieron filas diarias, a menudo durmiendo en las aceras, en busca de refugio y servicios básicos.
Las funciones del centro, como registro, ayuda legal y atención médica, se trasladarán a otros refugios dentro del sistema municipal. La administración Adams aseguró que todos los residentes del hotel que necesitaban alojamiento adaptado han recibido asistencia personalizada.
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Disminución del flujo migratorio
El cierre del Roosevelt coincide con una caída drástica en las llegadas de migrantes. En la semana del 22 de junio, menos de 100 personas arribaron a Nueva York, en comparación con las 4,000 semanales durante el pico de la crisis en 2023. Actualmente, la ciudad alberga a más de 37,000 migrantes en 170 sitios, una cifra mucho menor que los 70,000 de enero de 2025. Autoridades atribuyen esta reducción a las políticas migratorias más estrictas implementadas en los últimos meses de la administración Biden y reforzadas bajo el presidente Donald Trump desde enero.
La ciudad también ha introducido límites de tiempo para la estancia en albergues públicos, argumentando que su obligación legal de proporcionar vivienda es temporal. Estas medidas han permitido desmantelar varios refugios temporales, incluido el Roosevelt.
Preocupaciones de defensores de derechos
La clausura ha generado inquietudes entre organizaciones de derechos humanos. David Giffen, director de la Coalición para las Personas sin Hogar, advirtió que los traslados a otros refugios pueden generar problemas, especialmente para personas con discapacidades. “Cada vez que se reubica a personas, surgen complicaciones, y los más vulnerables suelen ser los más afectados”, señaló. Giffen criticó que algunas instalaciones de reubicación no cumplen con las necesidades de accesibilidad de estos migrantes.
Activistas han pedido transparencia sobre las condiciones de los nuevos refugios y un enfoque más humanitario en la reubicación. La incertidumbre sobre el destino de los migrantes trasladados ha avivado el debate sobre cómo Nueva York manejará la crisis migratoria a largo plazo.
Controversias y críticas políticas
El Roosevelt Hotel se convirtió en un blanco de críticas políticas durante la crisis. Algunos lo calificaron como un “foco de actividad de pandillas”, acusaciones que llevaron a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) a retener 80 millones de dólares destinados a reembolsar los costos de la ciudad. Estas tensiones reflejan la polarización en torno a la inmigración, especialmente bajo la administración Trump, que ha priorizado deportaciones y controles fronterizos más estrictos.
La ciudad ha gastado más de 4,000 millones de dólares desde 2022 para atender la crisis migratoria, incluyendo el arrendamiento del Roosevelt, propiedad de la aerolínea estatal de Pakistán. Con el contrato ahora expirado, el futuro del edificio permanece incierto, y los representantes del hotel no han hecho comentarios al respecto.
Un capítulo histórico
Inaugurado en 1924, el Roosevelt Hotel fue durante décadas un ícono de Manhattan, albergando eventos de gala, la orquesta de Guy Lombardo y la campaña presidencial de Thomas Dewey en 1948. Su conversión en centro de recepción de migrantes marcó un hito en su historia, simbolizando los esfuerzos de Nueva York para enfrentar una de las mayores olas migratorias en décadas. Aunque el cierre del centro representa un alivio logístico, las preguntas sobre el bienestar de los migrantes y el manejo futuro de la inmigración persisten en la ciudad.