El gobierno de Estados Unidos ha autorizado la tala en más de 24 millones de hectáreas de bosques nacionales que hasta ahora se mantenían bajo protección. La decisión llega tras la eliminación de la llamada Roadless Rule, una normativa federal que por más de dos décadas prohibía la construcción de caminos y el desarrollo comercial en áreas forestales sin infraestructura.
La norma, instaurada en 2001 al final de la administración de Bill Clinton, resguardaba extensos territorios vírgenes del país, incluyendo el 92% del bosque nacional de Tongass en Alaska y grandes porciones de bosques en Utah y Montana. Con la derogación, se abre la puerta al avance de la industria maderera, la minería y otros sectores extractivos, marcando un antes y un después en la política ambiental de Estados Unidos.
Talarán 24 millones de hectáreas de bosques protegidos
La secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, fue la encargada de anunciar el cambio durante la cumbre de la Asociación de Gobernadores del Oeste, celebrada en Santa Fe, Nuevo México. Según Rollins, la eliminación de la Roadless Rule responde a la necesidad de “devolver la autoridad a los gobiernos estatales” y permitir una gestión más activa de los recursos forestales, especialmente frente a amenazas como los incendios.
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Incendios en Careiro da Várzea, en el estado de Amazonas (Brasil). EFE/Raphael Alves/ARCHIVO
Con esta medida, aproximadamente 59 millones de acres (24 millones de hectáreas) de bosques quedarán disponibles para la construcción de caminos y la explotación comercial. Solo en Utah se verán afectadas unas 2,5 millones de hectáreas, y en Montana cerca de 2,9 millones. En Alaska, se desprotege la mayor parte del icónico bosque de Tongass, considerado uno de los pulmones verdes más importantes del hemisferio norte.
Impacto ambiental de la decisión
La noticia ha generado fuertes reacciones por parte de organizaciones ambientalistas y comunidades indígenas. Para muchas de estas agrupaciones, el anuncio representa un golpe ambiental sin precedentes en los últimos años. “Esta decisión amenaza ecosistemas únicos y expone a los bosques a una deforestación masiva”, advirtió Alex Craven, del grupo Sierra Club.
Foto: EFE
El bosque nacional de Tongass, por ejemplo, es el hogar de numerosas especies endémicas y funciona como un importante sumidero de carbono. La apertura de caminos y la tala comercial no solo ponen en riesgo la biodiversidad, sino que también alteran el equilibrio climático regional y global, alertan los científicos.
Según datos oficiales, más del 30% del Sistema Nacional de Bosques de Estados Unidos estaba cubierto por la Roadless Rule. Estas áreas se mantenían libres de carreteras para conservar la integridad de sus ecosistemas, proteger fuentes de agua y preservar hábitats de fauna silvestre. Su eliminación representa un giro radical en la política forestal del país.
División política por tala de bosques nacionales
La decisión también ha reavivado el debate entre quienes apoyan el desarrollo económico de zonas rurales y quienes defienden la conservación ambiental. Representantes republicanos y funcionarios de varios estados del oeste han celebrado la eliminación de la norma, señalando que permitirá reactivar economías locales deprimidas.
“Durante años, las comunidades forestales han estado sujetas a regulaciones excesivas que impiden el crecimiento”, escribió el congresista Nick Begich, de Alaska. “La Roadless Rule nunca fue sobre conservación real, sino sobre control burocrático”.
En contraste, ambientalistas y líderes demócratas han advertido que esta medida forma parte de una agenda más amplia de desregulación ambiental, que prioriza intereses económicos a corto plazo sobre la protección de los recursos naturales.
Además del impacto ecológico, expertos en manejo forestal advierten que la construcción de caminos en territorios hasta ahora vírgenes facilitará la entrada de actividades ilegales, incrementará la erosión del suelo y aumentará el riesgo de incendios forestales. La fragmentación del hábitat y la alteración de las cuencas hidrográficas son otras de las preocupaciones centrales.
Organizaciones preparan demandas legales
Frente a este panorama, varios grupos ambientalistas ya han anunciado que presentarán demandas para detener la ejecución de la medida. “Esto no quedará así. Vamos a luchar en los tribunales por cada árbol y cada hectárea de bosque que está en peligro”, declaró un vocero de Earthjustice, organización legal dedicada a causas ambientales.
Aunque el Departamento de Agricultura publicará próximamente los detalles técnicos de la revocación, la presión social y jurídica será clave para definir el futuro inmediato de estos territorios.
La derogación de la Roadless Rule no solo tiene implicancias ambientales, sino también culturales y sociales. Muchas comunidades indígenas que habitan dentro o cerca de estos bosques han manifestado su rechazo a la medida, argumentando que sus formas de vida dependen directamente de la salud de estos ecosistemas.
A medida que avanza el calendario electoral, el debate por la conservación de los bosques nacionales podría ganar protagonismo como uno de los temas centrales entre los votantes, especialmente en estados con vastas extensiones de territorio natural.