El mundo de la moda está en shock: Anna Wintour, la icónica editora en jefe de Vogue Estados Unidos, anunció su salida del cargo el 26 de junio de 2025, tras 37 años liderando la revista que marcó el rumbo de la industria. La noticia, confirmada por Condé Nast, ha sacudido a fans y profesionales por igual, poniendo fin a una era en la que Wintour transformó no solo Vogue, sino la percepción global de la moda. Aunque dejará el puesto de editora en jefe, seguirá como directora global de contenido de Condé Nast y directora editorial global de Vogue, manteniendo su influencia en títulos como Vanity Fair, GQ y Wired.
Wintour, nacida en Londres el 3 de noviembre de 1949, comenzó su carrera en 1970 como asistente en Harper’s & Queen. Su ascenso fue meteórico: pasó por Harper’s Bazaar y New York antes de llegar a Vogue en 1983 como directora creativa. En 1988, asumió el timón de la edición estadounidense, y su primera portada marcó un antes y un después. La modelo Michaela Bercu apareció con jeans Guess y un suéter Christian Lacroix, rompiendo con la estética rígida de la alta costura y apostando por un estilo más fresco y accesible.
El legado de Wintour en Vogue
Desde su llegada, Wintour redefinió lo que significa una revista de moda. Fue pionera en poner a celebridades en las portadas, desde Madonna hasta Michelle Obama, y dio espacio a diseñadores emergentes como Marc Jacobs y Alexander McQueen. Su visión convirtió a Vogue en una plataforma que no solo dictaba tendencias, sino que también abordaba temas culturales, desde política hasta sostenibilidad. “Cuando me convertí en editora, quería demostrar que había una forma nueva y emocionante de imaginar una revista de moda americana”, dijo Wintour en un comunicado interno a su equipo.

Uno de sus mayores legados es la Met Gala, que bajo su liderazgo desde 1995 se convirtió en el evento de moda más importante del mundo, recaudando más de 400 millones de dólares para el Costume Institute del Metropolitan Museum of Art. Lo que comenzó como una gala benéfica se transformó en un espectáculo global, con alfombras rojas que definen la cultura pop. Wintour también impulsó proyectos como Vogue World, un evento que fusiona moda, música y cultura, consolidando su influencia más allá de las páginas de la revista.
Anna Wintour y su estilo de liderazgo
Conocida como “Nuclear Wintour” por su estilo exigente, Wintour no estuvo exenta de críticas. Su liderazgo perfeccionista y su reputación de dureza inspiraron el personaje de Miranda Priestly en El Diablo Viste a la Moda. En 2020, enfrentó cuestionamientos por la falta de diversidad en Vogue, lo que la llevó a emitir una disculpa pública y a implementar cambios para promover mayor inclusión. “Reconozco que cometimos errores y que debemos hacer más para reflejar la diversidad del mundo”, declaró entonces. Desde ese momento, Vogue incorporó más voces y perspectivas, incluyendo portadas con figuras como Lizzo y Simone Biles.

A sus 75 años, Wintour no se retira del todo. Como directora global de contenido de Condé Nast, seguirá supervisando marcas internacionales y eventos clave como la Met Gala. Sin embargo, su salida como editora en jefe marca un cambio significativo. Condé Nast está buscando un nuevo responsable de contenido editorial para Vogue Estados Unidos, un puesto que reportará directamente a Wintour. Aunque no se ha anunciado un sucesor, nombres como Chioma Nnadi, actual directora de Vogue Reino Unido, y Amy Astley, de Architectural Digest, están en el radar.
El futuro de Vogue sin Wintour
La salida de Wintour llega en un momento de reestructuración en Condé Nast, con cambios recientes como la renuncia de Susan Cappa, jefa de ventas de moda y lujo, y la salida de Radhika Jones de Vanity Fair. La transición refleja un esfuerzo por adaptarse a una industria en evolución, donde las redes sociales y los influencers han cambiado la forma en que se consume la moda. Wintour misma destacó la necesidad de “nunca dejar de crecer” y expresó su entusiasmo por encontrar un nuevo líder que aporte ideas frescas. “Espero ayudar a la próxima generación de editores a llevar Vogue al futuro”, afirmó.

El impacto de Wintour es innegable. Desde su primera portada en 1988 hasta convertir la Met Gala en un fenómeno global, redefinió lo que una revista de moda puede ser. Su influencia seguirá sintiéndose, pero la pregunta en el aire es quién podrá llenar sus zapatos. Mientras Vogue busca un nuevo rumbo, los fans esperan que la revista mantenga su estatus como referente del estilo, guiada por el legado de una mujer que, para muchos, seguirá siendo sinónimo de moda.