El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) ha comenzado a usar una nueva aplicación móvil, Mobile Fortify, que permite a sus agentes identificar personas en tiempo real mediante reconocimiento facial y huellas dactilares sin contacto, según correos internos obtenidos por fuentes confiables.
Esta herramienta, integrada con sistemas del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), está siendo utilizada en operativos de detención y deportación, generando preocupación sobre la privacidad y los derechos de los migrantes. La falta de transparencia sobre su uso y los riesgos de errores en la identificación han puesto a ICE en el centro de un debate sobre la vigilancia masiva. Aquí te contamos qué es esta tecnología, cómo funciona y por qué está causando tanta controversia.
Mobile Fortify permite a los agentes de ICE capturar imágenes faciales o huellas dactilares usando solo la cámara de sus teléfonos oficiales, sin necesidad de equipo adicional. Estas imágenes se comparan con bases de datos como el Traveler Verification Service de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y el Automated Biometric Identification System (IDENT), que almacena registros de más de 270 millones de personas.
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La aplicación, que incluye un modo de entrenamiento, es parte de los esfuerzos de la administración Trump para intensificar las deportaciones, con una meta de 3,000 arrestos diarios. Sin embargo, la falta de claridad sobre cómo se usa y almacena esta información ha levantado alarmas entre defensores de los derechos civiles.
¿Cómo funciona Mobile Fortify?
La aplicación Mobile Fortify representa un salto en la capacidad de ICE para identificar personas en cualquier lugar, desde calles hasta estaciones de transporte. Según un correo interno enviado a los oficiales de Operaciones de Ejecución y Remoción (ERO), la app permite “verificar identidades biométricas en tiempo real” utilizando solo un smartphone.
Las imágenes capturadas se envían a servidores del DHS, donde algoritmos de inteligencia artificial las comparan con bases de datos masivas. Aunque el reconocimiento de huellas es más preciso, el componente de reconocimiento facial es el que genera mayor preocupación debido a su historial de imprecisiones, especialmente en personas de tez oscura, mujeres y adultos mayores, según un informe de la Comisión de Derechos Civiles de EE.UU.de septiembre de 2024.

El sistema también se conecta con herramientas como Super Query, que permite a los agentes con acceso al sistema Unified Passenger Login de CBP realizar búsquedas más profundas sobre el estatus migratorio de una persona. Aunque ICE asegura que la tecnología ayuda a identificar “sujetos desconocidos” en el campo, grupos como la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) advierten que su uso indiscriminado podría llevar a arrestos erróneos. “El reconocimiento facial es notoriamente poco confiable y ha causado detenciones injustas en el pasado”, dijo Nathan Freed Wessler, subdirector del Proyecto de Expresión, Privacidad y Tecnología de la ACLU.
Preocupaciones por la privacidad
La implementación de Mobile Fortify ha generado críticas por la falta de regulación clara. Un informe de la Oficina del Inspector General del DHS de febrero de 2025 advirtió que el uso de tecnologías biométricas sin supervisión adecuada aumenta los riesgos de violaciones a los derechos de las personas. Por ejemplo, no está claro cuánto tiempo se retienen los datos capturados ni si los individuos son notificados de que están siendo escaneados. A diferencia de los sistemas usados en fronteras, donde los viajeros suelen dar consentimiento, el uso doméstico de reconocimiento facial por ICE ocurre sin notificación pública, lo que podría violar la Cuarta Enmienda, que protege contra registros arbitrarios.

Además, la seguridad de los dispositivos móviles de ICE es otro punto de preocupación. La misma auditoría reveló que el 73% de los teléfonos de la agencia no cumplen con los estándares de ciberseguridad requeridos, y algunos incluso permiten la instalación de aplicaciones de alto riesgo. Entre 2021 y 2023, cerca del 30% de los dispositivos descartados no tenían registros claros de limpieza de datos, lo que podría exponer información biométrica sensible. Estas fallas han intensificado las críticas sobre cómo ICE maneja datos tan delicados como imágenes faciales y huellas dactilares.
Impacto en comunidades migrantes
El uso de Mobile Fortify se enmarca en un contexto de creciente vigilancia bajo la administración Trump, que ha prometido deportaciones masivas. Además de esta aplicación, ICE ha invertido millones en contratos con empresas como Clearview AI, que utiliza imágenes de redes sociales para identificar personas, y Palantir, que desarrolla sistemas para rastrear a migrantes.
En abril de 2025, ICE gastó 30 millones de dólares en extender un contrato con Palantir para localizar a personas marcadas para deportación. También se ha reportado que los agentes acceden a bases de datos de lectores de matrículas sin contratos formales, ampliando aún más su red de vigilancia.

Organizaciones defensoras de los migrantes, como el Texas Civil Rights Project, han denunciado que estas tecnologías afectan desproporcionadamente a comunidades vulnerables. En Los Ángeles, por ejemplo, ICE ha detenido a trabajadores migrantes sin antecedentes violentos, mientras que solo el 6% de los arrestos han involucrado a personas con condenas por delitos graves, según datos internos. La demanda a ICE presentada por una madre hondureña y su hijo con leucemia, arrestados en un tribunal de inmigración, refleja cómo estas políticas están impactando a familias que cumplen con los procesos legales.
A medida que Mobile Fortify se expande, los activistas piden al Congreso que establezca límites claros sobre el uso del reconocimiento facial por parte de ICE. Mientras tanto, la comunidad migrante enfrenta un entorno de creciente incertidumbre, con agentes equipados con herramientas que pueden identificarlos en cualquier momento y lugar, sin previo aviso.