La Fiscalía de Estados Unidos ha imputado a un joven identificado como Noah Lamb, de 24 años, por presuntamente conspirar para asesinar a jueces y senadores, en un caso que ha generado preocupación por el alcance de los movimientos extremistas y el uso de redes sociales cifradas para coordinar acciones violentas. Lamb habría participado activamente en la creación de una lista con posibles víctimas, muchas de ellas elegidas por razones ideológicas, étnicas o religiosas.
El Departamento de Justicia indicó que el acusado enfrenta ocho cargos federales, entre ellos conspiración para cometer asesinatos, incitación a la violencia y participación en actividades terroristas domésticas. Lamb habría colaborado con otros dos individuos previamente imputados para desarrollar y difundir “La Lista”, un documento que contenía información detallada sobre funcionarios públicos.
¿Quién es el joven acusado de querer matar a jueces en EE.UU.?
Según documentos judiciales obtenidos por CNN, Noah Lamb era miembro activo del grupo extremista conocido como Terrorgram Collective, una red informal de usuarios de Telegram y otras plataformas de mensajería cifrada que promueve el supremacismo blanco y la violencia como medio de alcanzar un supuesto “etno-Estado blanco” en Estados Unidos.
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Parte de la documentación de la acusación de Noah Lamb. Foto: X/awinston
Lamb habría integrado esta comunidad desde hacía siete años, durante los cuales ayudó a identificar y rastrear a personas consideradas como “enemigos” del movimiento supremacista. La lista elaborada por el grupo incluía datos personales de jueces federales, senadores y otros servidores públicos, a quienes describían con términos despectivos relacionados con su postura política, su origen étnico o religión.
Entre los objetivos, se encontraba un senador “antiarmas, judío y contrario a los blancos”, y un juez federal descrito como “invasor de otro país”. Según los fiscales, el grupo no se limitó a compartir nombres, sino que Lamb fue responsable de recopilar direcciones de viviendas y otra información sensible con el fin de facilitar posibles ataques.
El grupo supremacista detrás del plan
Terrorgram Collective no es una organización estructurada con jerarquías tradicionales, pero funciona como un ecosistema de radicalización y propaganda. A través de canales privados, sus miembros intercambian teorías conspirativas, material violento y documentos ideológicos que justifican el uso del terrorismo como medio de acelerar un conflicto racial.
La Fiscalía sostiene que los acusados, incluyendo a Lamb, buscaron inspirarse en ataques anteriores perpetrados por supremacistas blancos en Estados Unidos y Europa. En ese contexto, el grupo promovía abiertamente la necesidad de “limpiar” el país de toda figura opuesta a su visión extremista.
Departamento de Justicia. Foto: X/@MarioNawfal
Las autoridades federales han considerado al Terrorgram Collective como una amenaza creciente dentro del panorama del terrorismo doméstico, y su monitoreo ha sido reforzado por agencias como el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional.
¿Qué consecuencias enfrenta el joven acusado?
Noah Lamb permanece bajo custodia federal mientras espera su primera audiencia formal ante la corte. Los cargos que enfrenta pueden derivar en múltiples cadenas perpetuas, dependiendo del fallo del jurado y las pruebas que se presenten en el juicio.
Entre las evidencias citadas por los fiscales figuran mensajes cifrados, capturas de pantalla y documentos digitales en los que se detallan nombres, fotografías y ubicaciones de los supuestos objetivos. También se presentarán testimonios de expertos en radicalización, quienes analizarán el comportamiento del acusado y su nivel de implicancia ideológica.
La Fiscalía ha destacado que la detención de Lamb y sus cómplices es un paso importante para desarticular redes violentas que operan bajo el anonimato de internet. Aunque por ahora no se ha confirmado que existiera un plan concreto para ejecutar alguno de los asesinatos listados, las autoridades sostienen que el solo hecho de elaborar y distribuir esa lista constituye un acto criminal grave.
Los fiscales también alertaron que el caso representa una advertencia sobre cómo los discursos extremistas en línea pueden traducirse en amenazas reales para la seguridad pública. Grupos como Terrorgram Collective están cada vez más presentes en foros digitales, donde reclutan jóvenes con vulnerabilidades psicológicas o frustraciones políticas.