Tener antecedentes penales en Estados Unidos puede ser un obstáculo serio para quienes buscan regularizar su estatus migratorio. En los últimos meses, las políticas migratorias se han endurecido, especialmente bajo la nueva administración, que ha puesto el foco en los inmigrantes con historial delictivo, incluso cuando se trata de delitos menores.
El impacto de tener antecedentes penales varía dependiendo del tipo de solicitud migratoria, la naturaleza del delito y si este ocurrió dentro o fuera del país. En todos los casos, la presencia de una condena puede significar la negación de la visa, el inicio de un proceso de deportación o la exclusión de ciertos beneficios.
Qué tipos de delitos afectan más a tu proceso migratorio
En general, los delitos en EE.UU. se clasifican en tres grupos: infracciones, delitos menores y delitos graves. Las infracciones suelen ser faltas administrativas o civiles, como cruzar la calle imprudentemente o violaciones menores de tránsito. Por sí solas, no suelen afectar un trámite migratorio.
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Vista de inmigrantes detenidos por las autoridades estadounidenses, en una fotografía de archivo. EFE/Allison Dinner
Sin embargo, cuando se trata de delitos menores, como conducir en estado de ebriedad, hurtos o alteración del orden público, la situación se complica. En procesos como la solicitud de residencia permanente o naturalización, estos delitos pueden impedir que el solicitante demuestre «buen carácter moral», un requisito clave que evalúa el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS).
Los delitos graves son los que tienen consecuencias más severas. Incluyen tráfico de drogas, violencia doméstica, robo a mano armada o posesión ilegal de armas. Estos pueden hacer que un inmigrante sea inadmisible para cualquier tipo de visa, o incluso deportable, aunque haya vivido años en el país o tenga familia ciudadana.
Cómo afectan los antecedentes penales a distintas solicitudes migratorias
Los antecedentes penales afectan en especial a quienes solicitan beneficios como:
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Residencia permanente (green card): USCIS revisa todas las condenas previas. Aunque algunos delitos pueden ser perdonables, otros generan inadmisibilidad automática.
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Naturalización: Se exige demostrar buen carácter moral, generalmente en los últimos cinco años. Una sola condena puede poner en riesgo la aprobación.
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Asilo o TPS: Ciertos delitos impiden el acceso a estos programas. En el caso del Estatus de Protección Temporal (TPS), dos delitos menores o un delito grave pueden invalidar la solicitud.
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Visas familiares o laborales: Aunque no siempre excluyen automáticamente, aumentan el escrutinio y pueden motivar rechazos si no hay una explicación clara o si el delito es reciente.
Fotografía de archivo del secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, encargado en el Gobierno de Donald Trump de planear el envío de inmigrantes a terceros países. EFE/Olivier Matthys
Incluso cuando se trata de delitos antiguos, USCIS puede considerar si hubo un patrón de conducta que muestre falta de arrepentimiento, reincidencia o peligro para la comunidad.
La Ley Laken Riley y su impacto en inmigrantes con antecedentes penales
Desde la firma de la Ley Laken Riley en 2024, se ha endurecido la política hacia inmigrantes indocumentados con historial penal. Esta ley fue impulsada tras varios casos de alto perfil donde migrantes sin estatus fueron acusados de delitos violentos. Como resultado, ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) ha intensificado las detenciones de personas con cualquier tipo de cargo penal pendiente o condena.
En enero de 2025, el presidente Donald Trump firmó varias órdenes ejecutivas orientadas a reforzar esta estrategia. Una de las más destacadas, la Orden Ejecutiva 14159, otorga a ICE facultades para priorizar la detención y deportación de personas con condenas, e incluso de quienes hayan sido acusados sin condena firme.
Según datos enviados al Congreso por ICE, más de 662,000 no ciudadanos tienen cargos pendientes o condenas penales activas, en su mayoría relacionados con agresión, drogas y delitos domésticos. Esta cifra ha motivado una política de «cero tolerancia» que afecta directamente a quienes desean ajustar su estatus migratorio.
Además, se han habilitado mecanismos para que autoridades estatales y locales colaboren con ICE, permitiéndoles actuar como agentes migratorios en ciertas jurisdicciones. Esto ha provocado un aumento significativo en las detenciones y deportaciones.
Qué hacer si tienes antecedentes penales y estás en un proceso migratorio
Aunque tener antecedentes penales representa una barrera, no significa que todos los casos serán rechazados automáticamente. USCIS evalúa las solicitudes caso por caso. Por eso es fundamental contar con:
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Documentación completa: Incluye sentencias, registros de arresto, pruebas de cumplimiento de la pena o rehabilitación.
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Asesoría legal calificada: Un abogado especializado en inmigración puede evaluar si es posible solicitar un perdón (waiver) o aplicar a una exención por causas humanitarias.
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Pruebas de buen carácter moral: Cartas de recomendación, voluntariado, historial de empleo y evidencia de integración a la comunidad pueden ayudar a compensar errores del pasado.
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Transparencia total: Nunca ocultes una condena. Mentir u omitir información puede llevar a la negación automática y futuras sanciones.
Además, ciertos delitos cometidos en el extranjero no afectan automáticamente la elegibilidad si se trata de delitos de motivación política o si ocurrieron bajo regímenes autoritarios. En esos casos, el solicitante debe presentar evidencia detallada del contexto.
Con el nuevo entorno migratorio, es más importante que nunca conocer cómo los antecedentes penales pueden afectar tu proceso, prepararte con anticipación y actuar con orientación legal adecuada.