Cada año, el 4 de julio se celebra en Estados Unidos como el Día de la Independencia, una de las fechas más significativas del calendario nacional. Con desfiles, fuegos artificiales, parrilladas y banderas ondeando en rojo, blanco y azul, millones de personas recuerdan el momento en que las 13 colonias americanas declararon su independencia del dominio británico. Sin embargo, detrás de esta fecha festiva hay una historia mucho más compleja y fascinante que se remonta a 1776.
El origen del 4 de julio: una declaración histórica
El 4 de julio de 1776, el Congreso Continental adoptó la Declaración de Independencia, un documento redactado principalmente por Thomas Jefferson. Aunque la decisión de separarse del Reino Unido se votó el 2 de julio, fue dos días después cuando se aprobó formalmente el texto que marcó el nacimiento de los Estados Unidos como nación soberana.
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Personas participan del desfile por la Declaración de la Independencia en Avondale Estates, Georgia. Foto:ERIK S. LESSER, EPA-EFE
El comité encargado de redactar la Declaración estuvo formado por cinco figuras clave: Jefferson, John Adams, Benjamin Franklin, Roger Sherman y Robert R. Livingston. Jefferson, considerado el mejor escritor del grupo, fue el autor principal del borrador, que luego sufrió 86 modificaciones antes de su aprobación final.
Aunque muchas personas creen que el documento se firmó el 4 de julio, la mayoría de los delegados no lo firmaron hasta el 2 de agosto de 1776. De hecho, los representantes de Nueva York no pudieron respaldarlo oficialmente hasta el 9 de julio. Aun así, el 4 de julio quedó registrado como el día oficial de la independencia y, con el tiempo, se convirtió en sinónimo de libertad y unidad nacional.
¿Por qué el 4 de julio es tan importante para los estadounidenses?
El 4 de julio no solo marca un hecho histórico: también representa los valores fundacionales de la democracia estadounidense. Es la fecha en la que el pueblo decidió autodeterminarse y romper con un régimen colonial. En ese contexto, la Declaración de Independencia se considera el documento fundacional del país, al igual que la Constitución y la Carta de Derechos.
Durante décadas, la fecha fue celebrada de forma informal. No fue sino hasta 1870 cuando el Congreso la reconoció oficialmente como un feriado federal, y en 1941 se estableció como un feriado pagado por el gobierno. Desde entonces, se ha convertido en un día de orgullo nacional, reflexión histórica y celebración popular.
Hay varios elementos simbólicos asociados con el 4 de julio. Uno de los más curiosos es que tanto Thomas Jefferson como John Adams murieron el mismo día: el 4 de julio de 1826, exactamente 50 años después de la aprobación de la Declaración. Ambos fueron presidentes y padres fundadores que participaron activamente en la redacción del documento.
Curiosidades sobre el documento original del 4 de julio
Aunque el documento más conocido de la Declaración de Independencia se encuentra en exhibición en los Archivos Nacionales de Washington D.C., existen otras copias históricas conocidas como los “panfletos de Dunlap”. Estas versiones impresas por John Dunlap fueron distribuidas a las colonias para dar a conocer la noticia de la independencia. De las cientos de copias que se imprimieron, solo 26 han sobrevivido, incluyendo una que fue encontrada en 1989 dentro de un marco de fotos comprado en un mercado de pulgas por apenas $4.
También hay misterios no resueltos. En la versión oficial del documento que se conserva, aparece una huella de mano en la esquina inferior izquierda. Aunque no se sabe con certeza a quién pertenece ni cómo llegó ahí, los historiadores creen que es resultado del manejo poco cuidadoso que recibió el pergamino durante sus primeros años: fue enrollado, transportado en bolsas de arpillera y expuesto a luz y humo.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la seguridad del documento se reforzó al máximo. Fue transportado en un contenedor de titanio con control de humedad y llevado a Fort Knox, Kentucky, donde permaneció protegido durante toda la guerra.
La herencia cultural del 4 de julio en la actualidad
El 4 de julio también ha influido profundamente en la cultura popular de Estados Unidos. Desde desfiles militares hasta concursos de comer hot dogs y maratones patrióticos, las celebraciones combinan historia y entretenimiento. Uno de los momentos más esperados por muchas familias es el espectáculo de fuegos artificiales, que simboliza la alegría por la libertad conquistada.
Además, canciones como The Star-Spangled Banner, escrita durante la Guerra de 1812 por Francis Scott Key, refuerzan el sentido patriótico que se vive en esta fecha. En 1931, esta canción fue oficialmente declarada himno nacional de Estados Unidos.
Más allá de las festividades, el 4 de julio es un recordatorio del precio de la libertad, de los ideales de justicia y de la voluntad de un pueblo por decidir su destino. En un país diverso y en constante evolución, esta fecha sigue siendo un punto de unión entre generaciones, culturas y visiones de nación.