Los líderes religiosos de distintas comunidades en Estados Unidos han alzado su voz para denunciar los obstáculos que enfrentan al intentar brindar ayuda espiritual a inmigrantes detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Las redadas recientes en fábricas de Los Ángeles, como la de Ambiance Apparel, han dejado a cientos de personas bajo custodia en condiciones restrictivas que incluso limitan su acceso a asistencia religiosa.
Miguel Ángel Salas León, un inmigrante mexicano detenido durante esa operación, encuentra consuelo únicamente al orar junto a sus compañeros en el Centro de Detención de Adelanto. Su caso refleja lo que muchos religiosos consideran una negación sistemática de derechos humanos fundamentales.
Ayuda espiritual en centros de detención del ICE
El pastor Guillermo Torres, director de programación de la organización Clérigos y Laicos Unidos por la Justicia Económica (CLUE), ha liderado múltiples intentos para ingresar a los centros de detención y brindar ayuda espiritual a los inmigrantes. Señala que, si bien en Adelanto se ha logrado un acceso limitado, en el Centro de Detención Metropolitano de Los Ángeles, conocido como B-18, las visitas están prácticamente bloqueadas.
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Decenas de inmigrantes llegan al albergue de la Iglesia del Sagrado Corazón para pedir por ayudas, hoy en El Paso (EE. UU). EFE/ Octavio Guzmán
“Nos impiden hablar incluso con los familiares y abogados de los detenidos”, comenta Torres. Esta barrera afecta la salud emocional y mental de los migrantes, especialmente de aquellos que enfrentan procesos de deportación tras huir de contextos de violencia o persecución religiosa.
Uno de esos casos es el de un joven egipcio detenido en Adelanto. Solicitó asilo por persecución religiosa, pero se encuentra profundamente deprimido. “Tiene miedo de volver a Egipto y ser castigado por su fe católica. Me dijo que ya no quiere vivir”, expresó el pastor.
Líderes religiosos defienden la necesidad de ayuda espiritual
La ayuda espiritual no tiene fines proselitistas, según los líderes religiosos, sino que se enfoca en brindar consuelo, estabilidad emocional y acompañamiento a personas que atraviesan un momento crítico. “Muchos de estos inmigrantes no tienen a nadie. Solo la fe puede sostenerlos cuando pierden toda esperanza”, afirmó Torres.
Durante una reciente visita, observó cómo familias de diversas nacionalidades acudían a ver a sus seres queridos en Adelanto: latinos, rusos, indios, filipinos y chinos. “Este centro ya está al tope. Hace poco llegaron más de 100 inmigrantes desde Florida en dos camiones”, detalló.
Decenas de inmigrantes llegan al albergue de la Iglesia del Sagrado Corazón para pedir por ayudas en El Paso (EE. UU). EFE/ Octavio Guzmán
Además de consolar, los pastores también ejercen presión política. En el caso del egipcio detenido, Torres contactó al congresista Lou Correa para interceder por su liberación. También acompañan a familiares en cortes de inmigración, donde su presencia —identificada por su vestimenta religiosa— a veces suaviza el trato de los oficiales del ICE.
No obstante, no siempre ocurre así. En un incidente reciente, la pastora Tanya López fue amenazada con un arma por un oficial enmascarado mientras defendía los derechos de su comunidad en Downey, California. “Les dijeron que toda la nación era su propiedad. Esa arrogancia es preocupante”, denunció Torres.
La lucha por garantizar la ayuda espiritual continúa
Los obstáculos para proveer ayuda espiritual a detenidos por ICE han motivado a organizaciones como Adelanto Visitation & Advocacy Network (AVAN) a redoblar sus esfuerzos. Blanca Malpartida, su coordinadora, explicó que los permisos especiales para visitas religiosas son muy difíciles de conseguir. Por ello, muchos pastores ingresan como visitantes sociales.
“También los ayudamos con abogados o con donaciones para pagar sus fianzas. No solo necesitan oración, necesitan atención médica, legal y emocional”, afirmó.
Un aspecto legal clave es la Ley de Uso de Tierras Religiosas y Personas Institucionalizadas (RLUIPA), que protege el ejercicio de la religión en detención. Sin embargo, abogados de derechos civiles como Sergio Pérez señalan que ICE está violando esta ley al negar sistemáticamente el acceso a líderes religiosos.
Una investigación de Christianity Today reveló que muchos pastores deben esperar durante horas sin éxito para localizar a sus feligreses detenidos. La situación es aún más preocupante cuando se considera que más de diez millones de cristianos indocumentados viven en Estados Unidos, según el Centro para el Estudio del Cristianismo Global del Seminario Teológico Gordon-Conwell.
Además, las redadas en Los Ángeles han afectado desproporcionadamente a cristianos, debido a que gran parte de los inmigrantes arrestados profesan esta religión. Sin acceso a sus comunidades de fe, muchos de ellos enfrentan una detención en aislamiento espiritual.
Alligator Alcatraz: un nuevo desafío para la ayuda espiritual
La reciente apertura del centro de detención “Alligator Alcatraz” en Florida, con capacidad para 3.000 personas, representa un nuevo desafío para quienes intentan brindar ayuda espiritual. Líderes religiosos temen que el acceso en esa instalación sea aún más restrictivo que en centros como Adelanto o el B-18 en Los Ángeles.
“El gobierno quiere hacer invisible el sufrimiento de estos inmigrantes, pero nosotros seguiremos luchando. Dios nunca le da la espalda a un inmigrante”, declaró el pastor Torres con firmeza.
A medida que se intensifican las redadas en todo el país, organizaciones de derechos humanos, iglesias y redes comunitarias están uniendo esfuerzos para garantizar que la ayuda espiritual no sea considerada un privilegio, sino un derecho.