¿En qué aeropuertos de EE.UU. ya no debes quitarte los zapatos?
La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) ha comenzado a eliminar la obligatoriedad de quitarse los zapatos en los controles de seguridad de varios aeropuertos de Estados Unidos, marcando un cambio significativo en los protocolos establecidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Desde julio de 2025, terminales como Baltimore, Fort Lauderdale y Filadelfia han implementado esta medida, impulsada por tecnología avanzada de escaneo y la necesidad de reducir demoras. Aunque la transición es gradual, los viajeros deben estar atentos a las reglas específicas de cada aeropuerto.
Aeropuertos pioneros en el cambio
La nueva política, que exime a los pasajeros de quitarse los zapatos, se aplica en aeropuertos como Baltimore/Washington International (BWI), Fort Lauderdale International (FLL), Cincinnati/Northern Kentucky International (CVG), Portland International (PDX), Philadelphia International (PHL) y Piedmont Triad International (PTI) en Carolina del Norte. Además, reportes de viajeros en Los Ángeles International (LAX) y LaGuardia (LGA) en Nueva York confirman que la medida ya está en vigor en estas terminales. La TSA estima que más de 30 millones de pasajeros al año se beneficiarán de esta actualización, que busca agilizar los controles en los 430 aeropuertos comerciales del país.
Tecnología detrás de la reforma
El cambio responde al despliegue de escáneres de última generación, como los sistemas de tomografía computarizada (CT), que detectan amenazas con mayor precisión sin requerir la remoción del calzado. Estos equipos, instalados en un 40% de los puntos de control de la TSA, identifican materiales sospechosos en 3D, reduciendo la necesidad de inspecciones manuales. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) destacó que esta tecnología, combinada con inteligencia artificial, ha mejorado la detección de explosivos en un 25% desde 2023. Sin embargo, los pasajeros que activen alarmas aún podrían ser requeridos a quitarse los zapatos para inspecciones adicionales.
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Origen de la medida de descalzarse
La obligatoriedad de quitarse los zapatos comenzó tras el intento de atentado de Richard Reid, conocido como el “shoe bomber”, en diciembre de 2001. Reid intentó detonar explosivos ocultos en su calzado en un vuelo de París a Miami, lo que llevó a la TSA a implementar la regla en 2006. Durante casi dos décadas, esta medida afectó a millones de viajeros, generando quejas por demoras y molestias, con tiempos de espera promedio de 15 minutos en puntos de control, según la TSA. Solo los miembros de TSA PreCheck, que pagan 78 dólares por cinco años, estaban exentos tras una verificación de antecedentes.
Impacto en los viajeros y el programa PreCheck
La eliminación del requisito de quitarse los zapatos podría reducir los tiempos de espera en un 20%, según estimaciones de la TSA, beneficiando especialmente a aeropuertos con alto tráfico como LAX, donde 70,000 pasajeros pasan diariamente. Sin embargo, la medida plantea preguntas sobre el futuro de TSA PreCheck, que cuenta con 20 millones de miembros y ofrece colas más rápidas. Analistas sugieren que la universalización de esta exención podría disminuir el atractivo del programa, que genera 1,500 millones de dólares anuales. La TSA evalúa ajustar los beneficios de PreCheck, como revisiones más rápidas de equipaje, para mantener su relevancia.
Transición y recomendaciones
La TSA no ha establecido una fecha para la implementación nacional, ya que el proceso depende de la capacitación de 45,000 agentes y la instalación de escáneres en 2,200 puntos de control. Aeropuertos como Atlanta Hartsfield-Jackson y Dallas/Fort Worth comenzarán pruebas en agosto de 2025. Mientras tanto, la agencia recomienda a los viajeros consultar los sitios web oficiales de los aeropuertos o la plataforma Fly.faa.gov antes de viajar, ya que las reglas varían. En Nueva York, por ejemplo, JFK aún requiere quitarse los zapatos en la mayoría de sus terminales, mientras que LaGuardia ha avanzado más rápido.
Reacciones y expectativas
La portavoz del DHS, Sarah Jenkins, afirmó que la prioridad es “mantener la seguridad mientras se mejora la experiencia del pasajero”. En redes sociales, viajeros han celebrado la medida, aunque algunos expresan escepticismo sobre su consistencia. La Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas, que representa a 77,000 pilotos, apoyó el cambio, pero pidió garantizar que no comprometa la seguridad. Mientras la TSA continúa evaluando los resultados de esta fase piloto, el ajuste marca un hito en la modernización de los controles aeroportuarios, aliviando una de las molestias más comunes para los 2.9 millones de pasajeros diarios en Estados Unidos.